miércoles, 30 de diciembre de 2009

El año que corrí Valtiendas


En 2009 se ha cumplido el décimo aniversario desde que diera mis primeras zancadas como corredor popular por los madriles. Aunque abandoné esta actividad durante casi dos años y se produjeron lesiones que me tuvieron algún tiempo en el dique seco, puedo decir que en esta larga andadura (o, más bien, corredura) ya he participado en casi todas las carreras que me atraen de las que en la comunidad madrileña se celebran. Muchas me gustan y disfruto con ellas edición tras edición, pero llevo un tiempo sintiendo la necesidad de introducir cambios, de combinarlas con otras nuevas o alternarlas con algunas otras que coincidan en las mismas fechas.

En este sentido y siempre dentro del ámbito correril, el año que ahora termina se ha caracterizado por la puesta en marcha del programa de reestructuración que he venido denominando “Un país en la mochila”. Este proyecto, impulsado fundamentalmente a partir del mes de mayo, ha tenido su origen en la necesidad de cambio, en el deseo de descubrir nuevas competiciones y en la inquietud por conocer a la carrera diferentes rincones de nuestro país.

Hecha esta pequeña introducción, ya puedo comenzar el repaso al moribundo 2009. Vamos por partes, o más propiamente dicho por cuatrimestres.

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De enero a abril


Los primeros cuatro meses del año suelen ser el tiempo más difícil para innovar. Las temperaturas frías, el tiempo por lo general poco apacible y la escasa posibilidad de disponer de días de vacaciones, dificultan el participar en competiciones alejadas de mi lugar de residencia. En este periodo de 2009 debuté en dos carreras: i) el Trofeo Paris, disputado sobre un manto blanco que cubría todo el Parque Lineal del Manzanares, y ii) el Medio Maratón Coslada, carrera exigente y que a pesar de ir ya por su vigésimo primera edición, había pasado desapercibido para mí durante estos años.

Además revisité por cuarta vez el Medio Maratón Ciudad de Getafe en un día de perros, por tercera vez el de Fuencarral El Pardo y por quinta vez y de rebote el remodelado a mejor Medio Maratón Madrid. También volví con nostalgia a participar en el Medio Maratón Ciudad Universitaria diez años después de mi debut, pudiendo comprobar que hay cosas que para bien o para mal no cambian. El primer cuatrimestre concluyó como ya es tradicional el último domingo de abril con la primera gran cita del año: el MAPOMA. En la edición de este año, tras unos pequeños retoques en su recorrido, se me hizo más llevadero y pude completarlo sin pasar ningún momento de debilidad.

La única mala noticia de este primera parte del ejercicio fue el no poder asistir al Maratón de Barcelona. Inscrito y con los billetes del AVE comprados, un constipado que luego derivaría en bronquitis me dejó en casa. ¡Seguro que otra vez será!

Por cierto, no quiero olvidarme de la Cow Parade Race, mi primera pequeña chalaura sin dorsal que consistió en unir coriendo los lugares donde se ubicaban las vacas-estatua que formaban la exposición celebrada en Madrid allá por los meses de enero y febrero.



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De mayo a agosto

Sin duda alguna fue el mejor periodo del año. Comencé volviendo a Jadraque, una carrera que me tiene atrapado todavía no sé si por el sitio, por la gente, por los dulces (¡esas tortas de chicharrones!) o por todo junto. Este año el trazado abandonó la carretera de Bujalaro en favor de la de Membrillera, a mi modo de ver más llevadera.


Disfrutando de las buenas temperaturas madrileñas participé en la Liberty Seguros que va camino de convertirse en una “sansil mayera”, y en los moviditos, accidentados pero finalmente agradables 10 Kms de Torrejón de Ardoz (incluidos en el Circuito Mapoma). Con el calor ya apretando de lo lindo hice de comadrona en el nacimiento del Medio Maratón Ciudad de Leganés y asistí por segundo año consecutivo a los 10 Kms de Orgullo, que cada vez es para estarlo menos (orgulloso, digo).

Las otras cinco pruebas a las que acudí hasta finales de agosto pusieron el listón altísimo. Mi estreno en el Medio Maratón de El Burgo de Osma tenía el objetivo de hacérmelo pasar bien y de servirme de preparación para el Maratón de Valtiendas. Cumplió a la perfección. Disputada bajo un calor asfixiante, implicó a toda la bella localidad soriana y unió el encanto paisajístico con el arquitectónico-histórico. Del Trofeo de San Lorenzo, un clásico veraniego, creo que apenas me queda ya nada por decir que no haya comentado anteriormente en este blog. A mi modo de ver es una de las mejores carreras que se disputan en la capital: bien organizada y con gran ambiente, su trazado recorre los principales monumentos y construcciones del centro histórico madrileño.

Y llegó el plato fuerte. Así, sin hacer ruido, sin preparación específica, sin haber corrido nunca de noche a la luz de luna por caminos de tierra y carreteras secundarias (o terciarias). El Maratón nocturno (por parejas) de Valtiendas se convirtió en el máximo exponente del proyecto “Un país en la mochila”. Comida en Aranda de Duero, excursión de sobremesa por los pueblos de la zona y por la tarde-noche a correr… Todavía al recodarlo después de más de cuatro meses se me erizan los pelillos. Fue una experiencia inolvidable que no soy capaz de explicar con palabras. Los caminos de tierra, la interminable llanura, la puesta de sol, el viento y la lluvia torrencial, los voluntarios de los avituallamientos, la noche cerrada iluminada por los tenues frontales, el silencio, las palabras de ánimo de los participantes que adelantabas o te adelantaban, el compromiso con tu par (en la carrera), los charcos y el barro, los tropezones, el olor a tierra mojada, la última bajada hacia el pueblo, la emoción de cruzar la meta, los lugareños y organizadores esperando con chocolate y bizcochos la llegada de todos los participantes… ¡Ufff, que de recuerdos y sensaciones!

La dura Carrera del Esquileo en la segoviana localidad de Torrecaballeros fue una forma de prolongar el subidón de Valtiendas, y la Carrera Popular Vuelta al Monte de Valdilecha la opción idónea para despedir atléticamente agosto corriendo cerca de casa.


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De septiembre a diciembre


El buen tiempo reinante en los meses de septiembre y octubre me permitió continuar descubriendo carreras alejadas del foro. Recién aterrizado de unos días de vacaciones, la animada y muy exigente Carrera Popular Cuesta del Tirón de San Agustin de Guadalix se convirtió en mi último diez mil del año. El fin de semana siguiente me acerque a Valladolid para participar en su rapidísima media maratón. En mis dos años de ausencia ha aumentado de forma considerable el número de participantes pero sigue siendo una carrera muy agradable de correr, con una buena organización y con un recorrido céntrico y totalmente llano.

Cerré septiembre con un nuevo descubrimiento: la Carrera Cañada Soriana Occidental en Otero de los Herreros. Integrada al igual que la del Esquileo en el Circuito de Carreras Pedestres de la Provincia de Segovia, se trataba de hacer el cabra durante poco más de trece kilómetros por caminos anchos, senderos estrechos, cuestas interminables, dehesas solitarias, laderas pedregosas o secarrales dorados. Después de la experiencia de Torrecaballeros y de lo bien que lo pasé en Otero de los Herreros, he tomado nota de las otras dos pruebas que forman el circuito (Sebulcor y Palazuelos de Eresma) para ver si me es posible correrlas en el 2010.

Ya en octubre, un nuevo medio maratón sin mucha historia, el de Marchamalo, sirvió como última tirada larga previa al Maratón de Castilla La Mancha. De los tres de este año, fue en el que más sufrí. Teniendo en cuenta su perfil llevadero, supongo que la razón hay que buscarla en su escasa animación y encanto (salvo en el tránsito por Miguelturra) y en el día tirando a caluroso tras una semana en la que el cuerpo se había acostumbrado a unas temperaturas bastante más bajas.

Desde entonces, con los objetivos planteados a principio de año conseguidos sobradamente y bastante tocado por el cansancio físico y, sobre todo, mental, me dejé llevar por la inercia en los entrenamientos y en las competiciones completando cuatro medios maratones más: Villaverde, Moratalaz, Valencia y Guadalajara. De ellos, sólo el de Valencia constituyó una novedad en mi curriculum. Con gran participación, mejor ambiente y buena temperatura, fue una excusa estupenda para pasar un muy agradable fin de semana familiar en la ciudad del Turia.


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Conclusión

Superando al pasado, el 2009 se ha convertido en mi mejor año en número de carreras y en kilómetros recorridos en competición. 26 carreras, 16 competiciones fuera de la capital del reino, 13 debuts, 14 medios maratones, 3 maratones, 5 diez miles, 4 carreras sobre otras distancias, 519.343 metros… En cuanto a las marcas, tiempos y demás zarandajas similares, lo siento pero no van conmigo.


Mis objetivos para el año que entra no son otros que poder acercarme a las cifras de este, seguir impulsando el plan “un país en la mochila” y, si es posible, avanzar en el proceso de internacionalización con la puesta en marcha de un nuevo y más ambicioso proyecto que llamaré “madrileño por el mundo”. Si todo esto no fuera viable, me basta simplemente con poder seguir corriendo.

Una última reflexión final: me da que estoy mutando desde corredor popular a coleccionista de carreras.

¡Feliz 2010!

Nota: Las fotos son en, este orden, de Valencia, Ávila, Ciutadella y Ávila otra vez


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sábado, 19 de diciembre de 2009

Corren vientos siberianoguadalajareños

Comenzó con la nieve en el Paris. Continuó con la ciclogénesis explosiva de Getafe. La lluvia primaveral del MAPOMA fue el precedente de la gran tormenta de verano en Valtiendas. La canícula convirtió Torrecaballeros en poco menos que un horno crematorio. Con todo esto, el 2009 no podía despedirse de otra forma que con un frío y un viento siberianos en la Media de Guadalajara para completar el abanico de fenómenos meteorológicos.

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Después de las dos experiencias vividas en ediciones anteriores (2006 y 2007), ya sabía yo que la X Media Maratón de Guadalajara nos iba a recibir con una temperatura cercana a los 0º C. Sin embargo esta vez apareció un invitado sorpresa: el viento, dicen los entendidos que siberiano, que sopló gélido y con fuerza durante toda la mañana. Cuando tocaba sufrirlo de frente era como un chuchilla que cortaba la cara y las manos (era lo único que me quedaba al descubierto) e incluso dificultaba la respiración. Para ser justos también hay que decir que cuando soplaba a favor facilitaba notoriamente la marcha.

También sabía que el recorrido no había sufrido ninguna modificación, así es que tocaba dar dos vueltas a un circuito que en lo físico es una continua lucha con los numerosos y pronunciados desniveles de la capital de provincia, y que en lo que psicológico es mucho más llevadero cuando transita por la zona cuasicéntrica de Guadalajara que cuando, en su último tercio, lo hace por zonas muy abiertas de reciente construcción, con amplias y desangeladas avenidas.

Sin embargo, tras mi ausencia del año pasado, encontré varios cambios positivos con respecto a lo que viví en la edición del 2007. El primero el de la organización. A pesar de que sigue dando la impresión de que la carrera está puesta en pie con pocos medios económicos, el esfuerzo del Club de Atletismo de la Esperanza y de sus colaboradores permiten disfrutar de un buen cuidado evento atlético. Este año no tuve que estar esperando una larga fila a la intemperie para recoger el dorsal como ocurrió hace dos años. Además el recorrido estaba mejor señalizado, los cortes de tráfico fueron menos problemáticos (o los conductores más educados), los avituallamientos en carrera estuvieron bien surtidos y recibí la clasificación en mi correo electrónico a las pocas horas de la finalización de la carrera.

Especial mención a todos los voluntarios por su amabilidad y, sobre todo, por aguantar estoicamente el frio y el viento reinantes. El único “pero” a solventar de cara al futuro fue que los últimos clasificados se quedaran sin agua al llegar a meta.

El segundo cambio a mejor fue el de la animación. Si en mis dos anteriores participaciones la presencia en las calles se redujo a unos cuantos transeúntes en busca del pan y del diario dominical, a cuatro o cinco pingüinos y a una pareja de osos, esta vez noté un mayor número de espectadores en el tramo que recorría la parte más céntrica de la población y, sobre todo, en la línea de meta ubicada en la pista del polideportivo. Mi agradecimiento y admiración a todos ellos porque hay tener muchas ganas para estar aplaudiendo y alentando a unos pocos cientos de chiflados que nos dio por correr en una mañana en lo que lo más razonable parecería quedarse en casa bien calentito.

También fue palpable el incremento en el número de participantes. El Medio Maratón de Guadalajara es, salvo error, la única prueba sobre la distancia que se disputa entre principios de noviembre y finales de enero en la Comunidad de Madrid y alrededores. Casi tres meses separan las medias de Moratalaz y de Getafe, por lo que la de Guadalajara se convierte en una ocasión pintiparada que cada vez más seguidores de los 21.097 metros tienen marcada en el calendario. Esperemos que siga creciendo pero de forma razonable y limitada.

Por mi parte la de Guadalajara fue la decimocuarta y última media maratón de este año. Al principio salí con calma, pero acabé esforzándome más de lo previsto finalizando unos segundos por debajo de los ciento tres minutos. Teniendo en cuenta el declive en mi estado de forma en los últimos dos meses y que arrastro un constipado que me tiene convertido en una fábrica-almacén de mucosidades, puedo darme por satisfecho.

En resumen, medio maratón artesanal, exigente e idóneo para poner la guinda al año atlético. ¡Ah, se me olvidaba! Dentro de unos días los participantes recibirán en su buzón una felicitación navideña junto con una foto en papel de su llegada a meta. Un bonito y ya clásico detalle de la organización.

Saludos prenavideños.


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miércoles, 9 de diciembre de 2009

Esos días fríos y nublados de otoño


Me gusta correr a primera hora de la tarde (o de la mañana, aunque menos) de esos días fríos y nublados de finales de otoño. Prácticamente solo en el parque, bien abrigado, con las húmedas hojas caídas de los arboles cubriendo parcialmente el camino y la música susurrando en mis oídos a través de los auriculares. Lástima que el trabajo apenas me permita disfrutar de estos momentos especiales en días festivos o fines de semana.

¡A veces la felicidad cuesta tan poco!

Nota: La foto está tomada en el Parque de El Capricho (Madrid) ayer a media la mañana.

Saludos

sábado, 5 de diciembre de 2009

Faquin Mister: Tu entrenador personal


Porque cada corredor es diferente.
Porque cada corazón es único.
Porque siete días son una semana.

Asín-es, la firma turolense líder mundial en fabricación de material deportivo, y Potato Electronics, Co Ltd., un gigante en la producción de aparatos tecnológicos, han unido sus fuerzas para crear el nuevo Faquin Mister, el primer personal trainer electrónico con bigote.

Imagínate un entrador personal que no deja de tocarte las narices en ningún momento, que se descojona de tus objetivos atléticos, que versiona por soleares tus canciones favoritas y que hace comentarios jocosos acerca de tu forma de correr o de tu físico. Esto es lo que te ofrece el sistema Faquin Mister, un equipo de dispositivos compuesto por un podómetro, un pedómetro, un contador aproximado de pulsaciones (CAP), un portal web especializado (www.faquinmister.es) , un reproductor musical, unos ojos, una nariz, una boca y un bigote. Todos estos elementos se integran y sincronizan para ofrecerte un asesoramiento nada serio ni riguroso durante tus esforzadas sesiones de entrenamiento.

Faquin Mister analiza tus datos personales para elaborar planes de entrenamiento a medida en función de tu estado de forma y metas concretas, dándote información en tiempo real. ¿Demasiadas pulsaciones? Descuida, porque Faquin Mister te avisará para que bajes un poco el ritmo “Tu, atontao, ¡Qué te va a estallar la patata!”. ¿Vas excesivamente despacio? Tranquilo porque Faquin Mister te pedirá que aceleres “¿Hemos venido a correr o a tocarnos los huevos?” ¿No sabes que distancia has recorrido? No te preocupes porque Faquin Mister te indicará con precisión dónde estás y cuánto te queda “Debemos estar a tomar por culo. Échate por esa linde que si no vamos a hacer más kilómetros que las maletas del calvo de la Fórmula 1”. ¿Tus objetivos son muy ambiciosos? Faquin Mister te devolverá a la cruda realidad “Pero tú lo flipas ¿Pero quién te has creído que eres, el Gebresali ese?” ¿No te decides por la ruta a seguir? No te rompas la cabeza, Faquin Mister te sugerirá la mejor opción "Como vuelvas a ir por donde los puñeteros charcos me hago un chubasquero con tu escroto" .

Faquin Mister memoriza todos los datos y detalles del entrenamiento que luego puedes descargar a tu ordenador, así como analizar y compartir con otros corredores a través del portal web www.faquinmister.es “¿Eran 70 pulsaciones y 10 kilómetros o 70 kilómetros y 10 pulsaciones? Ya te dije que volvieras más rápido, que se me iban a olvidar las cosas ¡Si es que tanto dato…!”

Faquin Mister amenizará tus entrenamientos y te motivará con impactantes versiones por soleares de tus canciones favoritas “Güiarde champions mai fren, anwillquip onfaiting till dent, güiarde champions, güiarde champions…” Y si lo deseas Faquin Mister romperá el hielo con esa rubia siempre maqueada, de cuerpo moldeado por horas de aerobic embutido en unas mallas piratas que te cruzas a menudo corriendo por el parque (“¡Ese culito, que no pase hambre!”), o te espantará al pesado del vecino que, en mejor forma que tu, siempre se hace el encontradizo, habla por los codos y te lleva con la lengua fuera (“Coño López, ¡Estas hecho un toro! ¿Sabes que mientras tú haces tus controlados, tu mujer se “descontrola” con el conserje de la urbanización?”).

Faquin Mister incorpora tecnología de vanguardia aplicada al deporte, con un diseño compacto, simpático y resistente que no pasa desapercibido ¡Para que presumas mientras entrenas! Fabricado en una aleación de caucho y plástico de 15 quilates, es ligero, flexible y aerodinámico. Es compatible con todos los modelos de zapatillas de la marca Asín-es (ver nota 1)

Faquin Mister ha sido premiado con la Cruz de Oro al Desmérito, el mayor galardón otorgado por la IUGA (International Unusefull Gadget Asociation)

Y ahora, como oferta de lanzamiento y sólo hasta el final de año, por la compra del Faquin Mister recibirás gratis unas zapatillas Asín-es Moises Kitch + y las versiones por soleares de “El tamborilero”, “El camino que lleva a Belén”, “La Virgen se está peinando” y “Campana sobre campana”.

Estas Navidades, Faquin Mister es tu regalo ¡Compralo ya!



Nota 1: Según ha conocido este redactor, el Faquin Mister ya puede ser liberado en algunas tiendas de chinos (como si fuera un móvil) de forma que puedas utilizarlo en zapatillas de cualquier marca.

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