jueves, 5 de noviembre de 2009

A Villaverde por (calle) unanimidad

Normalmente después de un maratón suelo parar completamente entre cinco o seis días. Sin embargo esta vez, dado que me sentía muy recuperado, decidí probar a salir a correr con sólo dos días de descanso. Las sensaciones fueron buenas, así es que esa misma noche, reunido conmigo mismo y tras arduas deliberaciones, tome la resolución POR UNANIMIDAD de inscribirme en el XXVI Medio Maratón de Villaverde.

Participar en esta carrera suponía la vuelta al asfalto capitalino madrileño, abandonado desde finales de julio cuando corrí el Trofeo de San Lorenzo. Han sido más de tres meses, ocho carreras y 173.384 metros de competición los que han tenido que transcurrir para poner un final provisional a lo que he venido en llamar la primera temporada de “Un país en la mochila” y volver al foro. ¡Y qué mejor que una de mis medias favoritas para este feliz reencuentro!

Comenzaré diciendo que esta nueva edición ha mantenido todos los factores positivos de las anteriores. Para no ponerme pesado y repetir de nuevo lo que hace ahora un año expresé en la crónica que en este mismo blog hice de la prueba (aquí), resumiré señalando que se trata de una carrera muy popular, con ambiente de barrio, puesta en marcha año tras año con el esfuerzo de los organizadores y voluntarios y sin grandes apoyos de marcas comerciales.

La única y muy importante variación incluida este año ha sido la modificación del recorrido, que ha consistido fundamentalmente en alargar el tramo que transcurría por los márgenes del rio Manzanares y eliminar los kilómetros que transitaban por el desangelado Polígono Industrial Marconi. El comienzo sigue siendo el mismo: descenso inicial POR C/ UNANIMIDAD y callejeo variado para arriba y para abajo para acabar llegando hasta la orilla del rio. Aquí, en vez de girar dirección San Martín de Valdeiglesias (a la derecha) como se hacía hasta el año pasado, se toma la dirección contraria pasando junto la Caja Mágica y llegando a penetrar durante unos cientos de metros en el Parque Lineal del Manzanares. Desde allí se vuelve otra vez por el margen del rio hasta alcanzar Los Rosales.


¿Qué implicaciones tiene este cambio? Como he mencionado con anterioridad, la primera consecuencia es la supresión de la parte tediosa aunque prácticamente llana que recorría el Polígono Industrial Marconi. La rivera del Manzanares es un entorno más acogedor y agradable pero, al igual que sucedía con el polígono, carece de cualquier tipo de animación. El terreno presenta numerosos y pequeños toboganes, y alterna las zonas de tierra con las de cemento y, en el caso de algunos puentes, con las de adoquinado. El principal inconveniente es su estrechez que en determinados momentos provocó pequeñas aglomeraciones transitorias de participantes. Pero acostúmbrense señores, porque o mucho me equivoco o cuando la rivera del río sea transitable desde la Casa de Campo hasta más allá de Villaverde nos vamos a "jartar" de que muchas carreras populares transcurran por estos parajes.

Además de esta importante variación, también ha habido otra de menor de relevancia que ha afectado a la parte final de la carrera. La hasta ahora larga y continua subida POR C/ UNANIMIDAD que desembocaba en la línea de meta situada en el Auditorio de El Espinillo, ha sido fraccionada añadiéndose un callejeo intermedio cuyo único sentido parece ser el sacar unos metros para completar la distancia homologada. Esta modificación no es tan acertada como la primera, pues “marear la perdiz” en las inmediaciones de la meta no es más que alargar la agonía final.

Total, que vuelto a reunir conmigo mismo al término de la carrera y tras llevarse a cabo el acalorado debate y las pertinentes votaciones, se han aprobado POR UNANIMIDAD los siguientes puntos:

1º. Que el Medio Maratón de Villaverde sigue siendo una de mis carreras preferidas y más apreciadas sobre la distancia.
2º. Que los cambios llevados a cabo en el recorrido han supuesto en líneas generales una mejora considerable de la carrera.
3º. Que si la autoridad y el tiempo lo permiten, el año que viene volveré estar en la salida de la vigesimoséptima edición del Medio Maratón de Villaverde.
4º. Que la eliminación del “recuerdo-troFEO” en metacrilato debería ser una de las prioridades de los organizadores para el año que viene.

¡Se levanta la sesión!




En anteriores capítulos:

XXV Medio Maratón de Villaverde: Avenida a la felicidad


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