domingo, 23 de noviembre de 2008

La tercera "Bette Davis"

Si señor. Como diría la Meli, España ha ganado su tercera Bette Davis. Y esta, para más mérito, en terreno hostil y en pista rápida. Nos traemos una ensaladera de recuerdo del viaje a Argentina. Todo sea por el orto de Nadal y el bocas de Del Potro.

Curiosamente en los dos últimos años nuestro pais ha ganado la Final del Mundial de Baloncesto sin Pau Gasol (el mejor jugador español de la historia), la fase final de la Eurocopa de Fútbol sin Raúl (el jugador insignia de la última década) y la Final de la Copa Davis sin Rafa Nadal (número uno del mundo). Cosas que pasan.

¡Enhorabuena campeones!

domingo, 16 de noviembre de 2008

Corriendo por la integración

Una de las características que más me gusta de Madrid es que hay una gran diversidad en todos los ámbitos. También en lo que respecta a las carreras populares. Así hoy se podía elegir entre correr la XXIX de la Carrera Popular de Canillejas con sus 10 km homologados, sus 15 eur de inscripción, sus dorsales agotados desde hace muchos días, sus aglomeraciones y su control de tiempo mediante chip u optar por tomar parte en la III Carrera por la Integración, con sus 10 km anunciados y alrededor de 8,2 km reales, su inscripción de 5 eur destinada a la Fundación Rayo Vallecano, pudiéndose obtener el dorsal hasta justo antes de la salida, con ausencia total de aglomeraciones y sin clasificaciones oficiales.

Realmente yo no pensaba participar en ninguna de las dos. La de Canillejas estaba descartada pues, como ya sabéis los que visitéis regularmente este blog, pertenece a ese grupo de carreras del que huyo desde algunos años. La de la Integración no cuadraba en mi calendario, ya que la idea inicial era haber corrido un medio maratón cada uno de los tres fines de semana anteriores y descansar de asfalto este domingo. Sin embargo el constipado diarreico que me dejó fuera de la carrera de Moratalaz hace siete días, me ha obligado a meter más kilómetros estas últimas jornadas. Como ya había entrenado viernes y sábado, para salir hoy me ha parecido un buen estimulo hacerlo acompañado de otros corredores.

En definitiva, que me he plantado esta mañana a las 9:20 en las oficinas del Estadio Teresa Rivero para adquirir a última hora el dorsal que me diera derecho a participar en la prueba. Al entregarme el dorsal, ni me han pedido el nombre ni me han entregado chip alguno, con lo que mi instinto sherlockhomiano me ha insinuado que no habría clasificaciones oficiales.

Después de pasar un rato en el coche refugiándome de la baja temperatura mañanera y tras calentar unos minutos, me he dirigido a la salida en la C/ Payaso Fofó. A ojímetro cálculo que deberíamos ser alrededor de quinientos participantes los que esperábamos disfrutar de una agradable carrera. Tras una corta espera, el histórico "¡preparados! ¡listos! ¡ya!" pronunciado por megafonía ha dado comienzo a la carrera.

El recorrido es de simple descripción para alguien que conozca la zona. A los pocos metros de la salida, se gira a la derecha para desembocar en la vallecana Avda de la Albufera que se seguirá de forma ininterrumpida hasta llegar al Pueblo de Vallecas. Allí, tras callejear durante unos mil quinientos metros, se toma de nuevo la Avda de la Albufera que nos devolverá al punto de inicio, esta vez convertido en línea de meta. Camiseta de algodón, medalla y Fanta sabor manzana (¡puaj!) son los presentes que hemos recibido los que hemos completado la carrera.

La competición ha estado englobada dentro de una serie de actos a favor de la Integración que han incluído un campeonato de futbol sala, una pequeña feria, una paella gigante y actividades musicales. En resumen, carrera de ambiente festivo adecuada para todo aquel que quiera pasar un rato agradable, sin grandes pretensiones ni objetivos y por una buena causa.

Nota: Lo peor de hoy ha sido el tema de la distancia. No se puede anunciar que se trata de un carrera de 10.000 metros cuando escasamente supera los 8.000 metros. Yo no soy muy tiquis miquis con el tema de la medición de la carrera y entiendo que siempre hay un margen de error, pero equivocarse en más de 1.500 metros en una carrera de 10.000 metros… ¡manda huevos!

Saludos



sábado, 15 de noviembre de 2008

Chemaselassie y la Behobia-San Sebastian

Pues traigo hasta aquí la foto (de EFE) recogida el domingo pasado en la clásica Behobia-San Sebastian. Chemaselassie, el más africano de nuestros atletas, se impuso por cuarta vez consecutiva con un tiempo de 1:00:31, casi dos minutos y medio menos que el segundo clasificado Kamel Ziani. Parece que el extrovertido y simpático corredor madrileño está en muy buena forma para encarar su próxima participación en el maratón de Fukuoka (Japón) en apenas tres semanas ¡Enhorabuena y suerte!

Nota: Toda la información que me llega entorno a la Behobia-San Sebastian es positiva. Es esta una de esas carreras que tengo apuntada en la “lista de correr algún día”. Espero no tardar mucho.

Saludos

domingo, 9 de noviembre de 2008

De "reportero dicharecho" en Moratalaz

Pues un nosequé me ha tenido desde el jueves con fiebre, mocos a tutiplen y visitas continuadas al "trono del agurejico", impidiéndome completar el triplete previsto de medios maratones (Valdemoro-Villaverde-Moratalaz).

Como no hay mal que por bien no venga, esta mañana he agarrado la cámara de fotos y me he plantado en las aceras de Moratalaz para inmortalizar a algunos de los participantes en la XXXII edición de su medio maratón.

Las trescientas y pico fotos las tenéis pinchando el siguiente enlace: FOTOS MEDIO MARATON DE MORATALAZ

Suerte en la busqueda y saludos

domingo, 2 de noviembre de 2008

Villaverde: Avenida a la Felicidad

“Vivo en el número siete Calle Melancolía. Quiero mudarme hace años al barrio de la Alegría, pero siempre que lo intento ha salido ya el tranvía. En la escalera me siento a silbar mi melodía”.

Si Joaquín Sabina escribiera esta canción ahora, no tendría excusa. Le bastaría con tomar la línea 3 de metro (la amarilla) y, gracias a la ampliación inaugurada hace menos de dos años por “tita Espe”, apearse en la estación Ciudad de los Ángeles. Allí encontraría la Avenida de la Felicidad a escasos cien metros de la moderna boca de metro. Es más, si se paseara por las vías cercanas, podría descubrir las calles del Afecto, de la Generosidad o de la Unanimidad.

Este conjunto de calles con aire utópico son las que acogen los primeros y últimos metros del Medio Maratón de Villaverde, prueba que esta mañana ha llegado a su XXV edición.

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He de reconocer que tengo mucho cariño a este medio maratón, seguramente porque recorre un barrio que conozco desde hace mucho tiempo y que está ubicado muy cerca de la zona donde he vivido la mayor parte de mi infancia y juventud. También porque se encuadra dentro de ese grupo de carreras que más me gustan: muy populares, con ambiente de barrio, con un número de participantes no muy elevado y, sobre todo, levantadas todos los años con elevadas dosis de esfuerzo e ilusión de los organizadores y de los voluntarios que suplen la ausencia de los grandes apoyos de marcas comerciales.

Además de su faceta deportiva, este medio maratón supone un recorrido por gran parte de la realidad social madrileña. Atraviesa zonas de edificios de entre cinco y diez años de antigüedad ocupados mayoritariamente por familias jóvenes (El Espinillo y Los Rosales). También cruza el antiguo Villaverde Bajo que siempre me trae esa idea de pueblo de calles estrechas y habitantes de toda una vida. Los bloques de viviendas cercanos al Parque de la Dehesa de Boal, más antiguos aunque algunos recientemente remodelados, albergan inmigrantes de los más variados orígenes geográficos. Un poco más adelante, el polígono industrial muestra la dura cara de la prostitución a la que se ven abocadas un gran número de mujeres inmigrantes.

También permite constatar la paulatina transformación urbana de un barrio tradicionalmente obrero, humilde y mal comunicado en transporte público con el centro de la ciudad. La ampliación de la línea 3, la “humanización” de la Avenida de Andalucía frontera histórica entre los dos Villaverdes y la nueva Gran Vía de Villaverde, un enorme emplasto arquitectónico que supongo tendrá sus ventajas para los vecinos de la zona, son claras muestras de ello.

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Hoy el día amaneció frio y amenazando lluvia, muy diferente a la esplendida mañana que hace apenas siete días nos recibió en Valdemoro. Para mí era el punto intermedio de mi intento al “hat-trick” compuesto por Valdemoro-Villaverde-Moratalaz. Y no sé si ha sido el frio, o si me he abrigado mucho, o si se han notado los dos medios maratones con sólo siete días de diferencia, o simplemente si mi cuerpo no tenía su mejor día, pero he sufrido en exceso para llegar en los 1:42:42 en que he parado el cronometro de mi reloj. Bien es cierto que a ese tiempo habría que descontarle algo más de un minuto por las veces que me he parado a tirar fotos y por las genuflexiones realizadas ante la instalación deportiva Raúl González Blanco (esto último es coña; lo primero no). En cualquier caso he terminado muy satisfecho porque con esta he alcanzado las Bodas de Oro con los 21.095 metros, aunque este tema lo dejo para una próxima entrega de este blog.

De la carrera lo más rápido, escueto y descriptivo es decir que sigue exactamente igual que en las últimas ediciones. El recorrido es muy exigente, repleto de subidas y bajadas que van minando las piernas. Destacan los toboganes junto a la orilla del Manzanares, la subida desde la Avenida de Los Rosales hasta la Gran Vía de Villaverde y la cuesta arriba final de la Calle de la Unanimidad que desemboca en la ansiada meta tras unos cuatrocientos metros de continua y dura subida (sobre todo el último tramo). Mencionar también el paso por el polígono industrial que, más que físicamente (que también), desgasta mentalmente.

Como ya es tradición, la organización ha sido muy buena. Entrega ágil de los chips y dorsales en la salida y de la bolsa del corredor en la llegada. Recorrido totalmente cortado al tráfico (después de Valdemoro iba uno con la mosca detrás de la oreja), bien señalizado en todos los cruces y desvíos por los voluntarios y con suficientes y surtidos avituallamientos. Enlazando con la realidad social del barrio a la que hacía referencia en párrafos anteriores, llamar la atención con respecto a la diversidad de edades y de orígenes de los voluntarios: se han podido ver adolescentes, niños, madres de familia, africanos, sudamericanos… En resumen, una variedad racial, cultural y generacional que no se ve en ninguna otra carrera y que habla bien a las claras de cómo todo el barrio se implica en la celebración de la prueba. Mi felicitación y agradecimiento a todos ellos.

Y poco más que contar. Si todo va bien, el próximo fin de semana toca rencuentro con otra vieja amiga a cuya cita falté el año pasado por enfermedad. Espero que en Moratalaz pueda completar el triplete planeado y poner la primera piedra para mis próximos cincuenta medios maratones. Hasta entonces y parafraseando a Edward R. Murrow,

¡Good Night and Good Luck!


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Nota 1: Me está rondando por la cabeza una idea que empieza a tomar forma. Me quedan unos días de vacaciones que quizás pueda coger a finales de este mes. Curiosamente por esas fechas se celebra un maratón por Lanzarote
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