jueves, 9 de abril de 2009

Sabía a lo que venía o de como el hombre sin palabra logró un hat trick y alcanzó los cien dorsales en la media chulapona


1. EL SIN PALABRA

Releo la crónica que el año pasado hice del Medio Maratón de Madrid. "El año que viene no. O tal vez si” la titulé. Pues visto lo visto, ha sido uno de los títulos más acertados que he debido escoger en el tiempo que lleva vivo este blog.

Este año estaba decidido a no correrla, a no volver a sufrir los agobios y la incomodidad de correr acompañado de tropecientas personas, a no ser bombardeado y usado por las marcas publicitarias que rodean el evento, a no inscribirme con dos meses de antelación si quería lograr un precio “asequible”. En definitiva, estaba dispuesto de una vez por todas a renunciar a una carrera que me gusta y a la que tengo mucho cariño para evitar ser tratado como un borrego.

Cierto es que me tiraba el nuevo recorrido (más céntrico y variado que en ediciones anteriores) y el que salida y la llegada estuvieran ubicadas en el Parque del Retiro (podía ir andando desde mi casa). Además, en los últimos días se habían sumado los “incentivos” de que la fuera a correr mi hermana y de que las previsiones meteorológicas hablaran de un día soleado y con buena temperatura. Pero ahí estaba yo, aguantando estoicamente y a punto de cumplir mi promesa. Sin embargo, el sábado por la mañana, al visitar el foro de http://www.elatleta.com/ leí el mensaje de dgranda. Estaba inscrito en la prueba y anunciaba la venta de su dorsal por no poder participar debido a una inoportuna lesión. ¡Mecagüenla! ¡Esto ya era demasiado! ¡Qué la carne es débil, coño! Mi mano tomó la iniciativa, asió el móvil y marcó el número que anunciaba dgranda. Ya estaba hecho. Había vuelto a sucumbir. ¡Ay mísero de mi, soy un hombre sin palabra!
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2. EL "HAT TRICK"

Dicen que eso del hat trick tiene su origen en el criquet, donde se premiaba con un sombrero al jugador que conseguía tres wickets de manera consecutiva (lanzamiento a las tres estacas ubicadas detrás del bateador que consigue derribar uno de los dos travesaños situados en la parte superior de éstas, siendo el bateador eliminado y reemplazado por otro). Posteriormente el término fue importado al futbol para hacer referencia al hecho de que un mismo jugador consiguiera tres goles en un único partido.

Teniendo en cuenta que los últimos tres fines de semana he participado y completado tres medios maratones (Ciudad Universitaria, Coslada y Madrid), podemos decir que he conseguido un hat trick atlético popular ¡Mi primer hat trick! A muchos os parecerá una chorrada (seguramente lo es), pero a mí me ha hecho mucha ilusión y me ha servido de acicate para acumular kilómetros de cara al próximo MAPOMA.

El caso es que la tripleta me ha dejado un poco cansadete, pues aunque no he disputado ninguna de ellas al 100%, si me las he tomado relativamente en serio. Ahora quedan tres semanas para seguir entrenando y recuperando antes de enfrentarme a la distancia filipeica.


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3. LOS CIEN DORSALES

La novena edición del Medio Maratón de Madrid ha supuesto mi carrera número cien. Continúo con la conmemoración de los números redondos que comenzó el año pasado con la consecución del quincuagésimo medio maratón y el décimo maratón y ha seguido en 2009 con el décimo aniversario de mi debut en el mundillo de las carreras populares.

A tenor de las cifras parece claro que mi distancia favorita son los 21.097 metros, que representa el 55% de mis dorsales. Los maratones son una de cada de diez de mis carreras, mientras que los diez miles alcanzan un 21% del total. Otras distancias completan el 17% restante.

Espero completar la siguiente centena de carreras y seguir con el ánimo de contarlo en este blog u otro blog.

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4. LA MEDIA CHULAPONA

En lo que es la carrera en sí no voy a extenderme. Baste recordar algunos detalles que la vienen caracterizando desde hace unos años: la masificación, el bombardeo y manipulación publicitaria, la poca educación de muchos de los participantes y la sensación (común a muchos diez miles tradicionales nuestra ciudad) de haber sido tratado como un borrego. Si se quiere participar en la media de los madriles y disfrutar de ella, hay que asumir estas circunstancias y después tratar de obviarlas.

En cualquier caso hubo algunas novedades dignas de mención. Sin duda la más importante y para mí la mejor fue el cambio en el recorrido, modificación que permitió disfrutar de “más Madrid” y más céntrico, además de una salida y, sobre todo, una llegada en pleno Parque de El Retiro. Como es habitual e inevitable en nuestra ciudad, la carrera estuvo repleta de desniveles, destacando la cuesta arriba a falta de kilometro y medio que conducía desde el Paseo Infanta Isabel a la Glorieta del Angel Caído pasando por C/ Alfonso XII y el Paseo del Duque Fernán Nuñez.

Lo malo desde mi punto de vista no fue esta dura subida casi al final de la carrera sino el hecho de que tras superarla, la continuación del Paseo del Duque Fernán Nuñez estaba dividida por unas vallas metálicas que separaban a los corredores en sentido de ida y vuelta. Esto supuso un gran estrechamiento de la calzada (apenas dos metros y medio por sentido) lo que unido a que después de la cuesta había corredores a muy diferentes ritmos (unos dando todo en los últimos metros y otros totalmente desfondados tras el duro ascenso), hizo que los que llegábamos con un poco de fuelle tuviéramos que ir esquivando a duras penas a los más castigados y con menos reflejos.

Otra novedad positiva respecto a ediciones anteriores fue la indicación de los puntos kilométricos colgados a una altura cercana a los cuatro metros, lo que permitió verlos claramente y desde lejos.

Pero la mayor cagada del evento atlético fue el cronometraje. Se realizó con el sistema novedoso del “transponder” (o algo así), consistente en una especie de chip pequeño con un “cable” en forma de cuadrado, del tamaño del dorsal y alojado en una bolsa de plástico situada en el reverso de éste. El resultado fue que el tiempo neto oficial de muchos de los participantes (entre los que me incluyo) fuera inferior en un minuto y pico al que cada uno de nosotros se tomó manualmente. En fin, cosas de la "tésnica".

En definitiva, que salvo pequeños detalles que cambian de una edición a otra, aquellos que ya llevamos unas cuantas carreras sabíamos a lo que veníamos, y si año tras año estamos en la línea de salida de esta carrera es porque sarna con gusto no pica.

Y el año que viene ¿Si o no? Pues depende ¿Qué de que depende? Pues de según como se mire todo depende.

Nos vemos en el MAPOMA.

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