domingo, 19 de abril de 2009

Redecora tu vida


Pues no. Lejos de lo que podáis pensar, la foto que abre esta entrada no está tomada en la sección de running del Decathlon o de El Corte Inglés. La imagen la he obtenido en mi casa y recoge las zapas de atletismo de las que soy propietario actualmente. Bueno, en realidad falta un nuevo par de Asics Cumulus (modelo de hace unos años) que adquirí hace dos semanas por 30 euros y que no aparecen en la “foto de familia”. ¡Diez pares de zapatillas! Y si parecen muchas en número voy a añadir otro dato relevante a tener muy en cuenta: la talla de cada una de ellas es el 13 USA o 47,5 - 48 si hablamos en el lenguaje de tallas europeas. ¡Os podéis imaginar lo que ocupa eso!

Teniendo en cuenta que el piso en el que habitamos no es grande y que somos una familia de tres miembros… perdón, quería decir de tres componentes (miembros, lo que se dice miembros, sólo dos), o nos salíamos de casa para que cupiera tanta zapatilla o buscábamos una solución imaginativa. Y, tras mucho pensar, se hizo la luz ¡Redecorar nuestra vida! Ahí van algunas ideas:

1. Sujetalibros Culturën Siokupag Sitium. Vistoso sujetalibros fabricado en goma, tela en rejilla y relleno de gel. Su gran flexibilidad le permite adaptarse a distintos espacios y aguantar grandes pesos. Ideal para lectores pronadores.

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2. Trono Principotëg. Silla de mimbre para los más pequeños de la casa. Sus peanas confieren al conjunto un cierto aire rococó y protegen el suelo de tu vivienda de los arañazos en el suelo debidos al arrastre. Pensada para infantes incansables, especializados en “tiradas largas”, desgaste de fondo al progenitor y maratones de desobediencia.

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3. Recogemandos Tolosmandek Juntäg. ¿Cansado de buscar el mando a distancia de la tele por todo el salón? ¿Harto de encender la cadena de música cada vez que te sientas encima del mando al dejarte caer en el sofá? El recogemandos Tolesmandek Juntäg es la solución que estabas buscando. Mantén todos los mandos controlados depositándolos en este fabuloso y deportivo invento. Especialmente recomendado para los a mandos a “larga” distancia o “mandos de fondo”

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4. Minicadena Chumjden-Chumjden 09. Excelente aparato de música compacto, de fácil manejo y con lector de CD, MP3 y radio (AM y FM). Cuenta con una potencia de 100W repartida en dos altavoces de la reconocida marca Creative. Con respecto a la versión anterior (Chumjden-Chunjden 06), se ha eliminado la doble pletina de casette auto-reverse, reduciéndose así considerablemente el tamaño y el peso del equipo. De diseño moderno y deportivo, la minicadena ocupa un espacio reducido y cuenta con mando a distancia (el cual puede guardarse en el recogemandos Tolosmandek Juntäg).

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5. Complejo Lúdiko Tópälkinder. Desarrolla la imaginación de los más pequeños de la casa. Una zapatilla deportiva en manos de un niño puede convertirse en la barca de Mickey Mouse, el coche de Daisy o la cama de Mr Potato. No hay límites a su creatividad. El complejo lúdico puede tener el tamaño que tu elijas, aumentando o disminuyendo el número de unidades (zapatillas) que lo compongan, aunque siempre de dos en dos. Para todo tipo de pisadas y pesos.

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Total, que aquí estoy, creando catálogos y esperando al MAPOMA.
Saludos
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jueves, 9 de abril de 2009

Sabía a lo que venía o de como el hombre sin palabra logró un hat trick y alcanzó los cien dorsales en la media chulapona


1. EL SIN PALABRA

Releo la crónica que el año pasado hice del Medio Maratón de Madrid. "El año que viene no. O tal vez si” la titulé. Pues visto lo visto, ha sido uno de los títulos más acertados que he debido escoger en el tiempo que lleva vivo este blog.

Este año estaba decidido a no correrla, a no volver a sufrir los agobios y la incomodidad de correr acompañado de tropecientas personas, a no ser bombardeado y usado por las marcas publicitarias que rodean el evento, a no inscribirme con dos meses de antelación si quería lograr un precio “asequible”. En definitiva, estaba dispuesto de una vez por todas a renunciar a una carrera que me gusta y a la que tengo mucho cariño para evitar ser tratado como un borrego.

Cierto es que me tiraba el nuevo recorrido (más céntrico y variado que en ediciones anteriores) y el que salida y la llegada estuvieran ubicadas en el Parque del Retiro (podía ir andando desde mi casa). Además, en los últimos días se habían sumado los “incentivos” de que la fuera a correr mi hermana y de que las previsiones meteorológicas hablaran de un día soleado y con buena temperatura. Pero ahí estaba yo, aguantando estoicamente y a punto de cumplir mi promesa. Sin embargo, el sábado por la mañana, al visitar el foro de http://www.elatleta.com/ leí el mensaje de dgranda. Estaba inscrito en la prueba y anunciaba la venta de su dorsal por no poder participar debido a una inoportuna lesión. ¡Mecagüenla! ¡Esto ya era demasiado! ¡Qué la carne es débil, coño! Mi mano tomó la iniciativa, asió el móvil y marcó el número que anunciaba dgranda. Ya estaba hecho. Había vuelto a sucumbir. ¡Ay mísero de mi, soy un hombre sin palabra!
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2. EL "HAT TRICK"

Dicen que eso del hat trick tiene su origen en el criquet, donde se premiaba con un sombrero al jugador que conseguía tres wickets de manera consecutiva (lanzamiento a las tres estacas ubicadas detrás del bateador que consigue derribar uno de los dos travesaños situados en la parte superior de éstas, siendo el bateador eliminado y reemplazado por otro). Posteriormente el término fue importado al futbol para hacer referencia al hecho de que un mismo jugador consiguiera tres goles en un único partido.

Teniendo en cuenta que los últimos tres fines de semana he participado y completado tres medios maratones (Ciudad Universitaria, Coslada y Madrid), podemos decir que he conseguido un hat trick atlético popular ¡Mi primer hat trick! A muchos os parecerá una chorrada (seguramente lo es), pero a mí me ha hecho mucha ilusión y me ha servido de acicate para acumular kilómetros de cara al próximo MAPOMA.

El caso es que la tripleta me ha dejado un poco cansadete, pues aunque no he disputado ninguna de ellas al 100%, si me las he tomado relativamente en serio. Ahora quedan tres semanas para seguir entrenando y recuperando antes de enfrentarme a la distancia filipeica.


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3. LOS CIEN DORSALES

La novena edición del Medio Maratón de Madrid ha supuesto mi carrera número cien. Continúo con la conmemoración de los números redondos que comenzó el año pasado con la consecución del quincuagésimo medio maratón y el décimo maratón y ha seguido en 2009 con el décimo aniversario de mi debut en el mundillo de las carreras populares.

A tenor de las cifras parece claro que mi distancia favorita son los 21.097 metros, que representa el 55% de mis dorsales. Los maratones son una de cada de diez de mis carreras, mientras que los diez miles alcanzan un 21% del total. Otras distancias completan el 17% restante.

Espero completar la siguiente centena de carreras y seguir con el ánimo de contarlo en este blog u otro blog.

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4. LA MEDIA CHULAPONA

En lo que es la carrera en sí no voy a extenderme. Baste recordar algunos detalles que la vienen caracterizando desde hace unos años: la masificación, el bombardeo y manipulación publicitaria, la poca educación de muchos de los participantes y la sensación (común a muchos diez miles tradicionales nuestra ciudad) de haber sido tratado como un borrego. Si se quiere participar en la media de los madriles y disfrutar de ella, hay que asumir estas circunstancias y después tratar de obviarlas.

En cualquier caso hubo algunas novedades dignas de mención. Sin duda la más importante y para mí la mejor fue el cambio en el recorrido, modificación que permitió disfrutar de “más Madrid” y más céntrico, además de una salida y, sobre todo, una llegada en pleno Parque de El Retiro. Como es habitual e inevitable en nuestra ciudad, la carrera estuvo repleta de desniveles, destacando la cuesta arriba a falta de kilometro y medio que conducía desde el Paseo Infanta Isabel a la Glorieta del Angel Caído pasando por C/ Alfonso XII y el Paseo del Duque Fernán Nuñez.

Lo malo desde mi punto de vista no fue esta dura subida casi al final de la carrera sino el hecho de que tras superarla, la continuación del Paseo del Duque Fernán Nuñez estaba dividida por unas vallas metálicas que separaban a los corredores en sentido de ida y vuelta. Esto supuso un gran estrechamiento de la calzada (apenas dos metros y medio por sentido) lo que unido a que después de la cuesta había corredores a muy diferentes ritmos (unos dando todo en los últimos metros y otros totalmente desfondados tras el duro ascenso), hizo que los que llegábamos con un poco de fuelle tuviéramos que ir esquivando a duras penas a los más castigados y con menos reflejos.

Otra novedad positiva respecto a ediciones anteriores fue la indicación de los puntos kilométricos colgados a una altura cercana a los cuatro metros, lo que permitió verlos claramente y desde lejos.

Pero la mayor cagada del evento atlético fue el cronometraje. Se realizó con el sistema novedoso del “transponder” (o algo así), consistente en una especie de chip pequeño con un “cable” en forma de cuadrado, del tamaño del dorsal y alojado en una bolsa de plástico situada en el reverso de éste. El resultado fue que el tiempo neto oficial de muchos de los participantes (entre los que me incluyo) fuera inferior en un minuto y pico al que cada uno de nosotros se tomó manualmente. En fin, cosas de la "tésnica".

En definitiva, que salvo pequeños detalles que cambian de una edición a otra, aquellos que ya llevamos unas cuantas carreras sabíamos a lo que veníamos, y si año tras año estamos en la línea de salida de esta carrera es porque sarna con gusto no pica.

Y el año que viene ¿Si o no? Pues depende ¿Qué de que depende? Pues de según como se mire todo depende.

Nos vemos en el MAPOMA.

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miércoles, 1 de abril de 2009

Sile, sile, ¡nole!



A lo treintañeros (y más) les sonará aquello del “sile, sile, ¡nole!”. Esta expresión era la que se utilizaba cuando el niño con el que negociabas el intercambio de algún cromo pasaba uno a uno aquellos que componían su taco de repetidos (“repes” en el argot) y por fin descubrías entre ellos alguno que todavía no tenias. Pues bien, el Medio Maratón de Coslada era uno de los dos cromos que me faltaba para completar la colección de medios maratones sobre asfalto que se celebran en el territorio gobernado por Tita Espe. Ahora, con esta prueba pegada ya en el álbum, sólo me queda conseguir acabar el Medio Maratón de El Escorial a celebrar allá por el mes de Junio ¡Espero no estar de vacaciones ni lesionado!

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LOS PROLEGOMENOS

Después de tres semanas con un tiempo primaveral, la mañana amaneció muy fresca (4º C marcaba el termómetro del coche) y ventosa. Coincidió además que esa misma noche había sido la del cambio horario, de forma que cuando salí de casa era una hora antes. Quiero decir que era una hora antes de lo que era el día anterior a esas mismas horas, no que fuera una hora antes de la hora que salí. Vamos, que al ser antes pues era normal que la temperatura fuera menos. ¿Ha quedado claro no?

El llegar a la zona de salida me fue un poco costoso pues ni había estado en Coslada en mi vida ni uso esos navegadores tan de moda en los últimos años. Si sabía que estaba más o menos cerca del Aeropuerto de Barajas, así es que opte por tomar la A2 y seguir el método de prueba-error. Tardé un poco más de lo previsto e hice algún kilómetro de más al coche, pero finalmente llegué con tiempo al polideportivo de La Vía, lugar de recogida del chip, y de salida y llegada de la carrera.

Había allí un gran ambiente de corredores y por las pintas y el físico de muchos de ellos, era fácil adivinar que también había bastante nivel. Quizás la causa de ello fuera que la prueba era el Campeonato de Madrid por Clubs. Recogí el chip y me volví al coche a escuchar las últimas vueltas del GP de Australia. A falta de quince minutos y ya vestido de romano, comencé el calentamiento.



LA CARRERA

En la salida debíamos ser alrededor de seiscientos participantes. No es una carrera con gran participación, posiblemente porque no se le da una gran publicidad y porque muchas veces ha coincidido en fecha con el Medio Maratón de Madrid o, en el caso de esta edición, con el Medio Maratón de Segovia.

Lo primero que me llamó la atención fue que no hubiera alfombrilla lectora de chips en la salida. Sinceramente a mi estos detalles me dan un poco igual. Yo siempre me tomo mi tiempo neto poniendo mi cronometro en marcha cuando estimo que cruzo la línea de salida y parándolo cuando llego a meta. Aún así me extrañó que tratándose del campeonato de Madrid de clubs sobre la distancia no fuera obligatoria esta medida.

En cuanto al recorrido de esta edición, al parecer era la primera vez que se hacía y consistía a grandes rasgos en dar una vuelta de dieciséis kilómetros por las calles cosladeñas y repetir después los primeros cinco mil metros para completar la distancia del medio maratón (algunos dicen que unos cientos de metros más). Es de agradecer que todo el trazado transcurriera por zonas habitadas y residenciales, evitando el paso por polígonos industriales tan recurrente en las pruebas de larga distancia que se celebran en las poblaciones cercanas a la capital madrileña. El perfil fue bastante exigente, con continuas subidas y bajadas, en algunos casos largas y muy pronunciadas. Destaca entre las cuestas arriba la existente entre los kilómetros siete y ocho, una pendiente en forma ele que sin conocerla te deja "clavao": piensas que en la curva se acaba la cuesta pero cuando giras te das cuenta de que estabas en un error, de que queda otro tramo casi tan largo como el que has dejado ya atrás.

A la dureza del perfil hubo que añadir el domingo un invitado incomodo, molesto y pestoso que endureció aun más la carrera: el fuerte viento. Sopló de todos lados. De frente, por la izquierda, por la derecha, por arriba, por abajo y supongo que en algún tramo también de culo. Se agradecía sobremanera cuando se alcanzaba alguna de las calles estrechas de las urbanizaciones de chaletes y dejaba uno de ser zarandeado por Eolo durante unos segundos.



LA ORGANIZACIÓN

Desde mi punto de vista la carrera estuvo bien organizada. El pabellón del polideportivo La Vía se habilitó para recibir y dar cabida a todos los participantes, instalándose en su interior unas mesas para la entrega de chips y dorsales (a quien le faltara) y una zona para el ropero. Mucha gente agradeció poder cambiarse a cubierto al finalizar la carrera protegidos del viento y la baja temperatura reinante en el exterior.

La clasificación y medición del tiempo fue realizada a través de chip, aunque como dije anteriormente, en la salida no hubo alfombrilla lectora. Lo que no entendí muy bien es por qué al finalizar la carrera, además de entregar el chip, también se quedaban con el dorsal el cual acababa sus días ensartado en un gran pincho metálico ¡Y a la vista de todo el mundo! ¡Qué crueles! A mí esto no me supuso mayor problema que la incomodidad de tener que quitar los imperdibles que sujetaban el dorsal, actividad que he de reconocer me jode mucho cuando llego cansado a la meta, pero entiendo que a aquellos que coleccionan los dorsales de las carreras en las que participan les sentara un poco peor.

La distancia estaba homologada por lo que poca discusión cabe entorno a su medición, aunque a algunos corredores sus fores les marcaran en meta unos cuantos metros por encima de los 21.097 reglamentarios. Llamar la atención en cuanto a la forma de marcar los kilómetros mediante un sistema que nunca hasta el domingo había visto: los niñospuntokilométrico. Este sistema consiste en instalar jóvenes y "jovenas" separados por una distancia de mil metros y sujetando el cartel que indica el punto kilométrico que corresponda ¡Gallardón intentando acabar con los hombres anuncio y en Coslada promoviendo el niñopuntokilométrico!¡País!

Durante la carrera los avituallamientos estuvieron bien surtidos. Ya en meta entrega de una camiseta de algodón decente, una barrita energética, una naranja, una coca cola y posibilidad de disfrutar de un grifo de cerveza. Yo prefiero este tipo de avituallamiento y pagar los cinco euros que costaba la inscripción (muy asequible), que no pagar veinte euros y ser obsequiado con una camiseta ¿técnica? que rara vez es de mi talla y nunca me sienta bien, un forro polar o mochila, un tetra brick de caldo a punto de caducar, un desodorante, un “tro-feo” y una revista deportiva de al menos veinticuatro meses de antigüedad (¿se pensaran que lo de las revistas es como los buenos vinos que ganan con la edad?). Ahh, se me olvidaba: Sé que hubo bebida isotónica porque vi a varios corredores solidarios que habían llegado antes que yo portando dos o incluso tres botellas. Gracias a todos ellos.


YO

En cuanto a mí, me encontré bastante bien. Parece que voy recuperando el ritmo y, aunque me costó un poco, pude acabar en 1:39:11, marca que me dejó muy satisfecho teniendo en cuenta que era el segundo fin de semana seguido en el que corría una media, el exigente perfil y el puñetero viento.

Si no surge ninguna oportunidad inesperada no creo que vuelva a correr otra carrera hasta el MAPOMA, así es que intentaré centrarme un poco más en los entrenamientos y mejorar mi estado de forma en las próximas semanas.

Resumiendo, que ya tengo un cromo más de los que faltaban en mi álbum. ¿Alguien tiene “repe” el que me falta?

Saludos

Nota: Perdonad por la poca definición de las fotos que ilustran la crónica pero las tome con mi teléfono movil mientras corría.

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