miércoles, 26 de mayo de 2010

La muy erótica Media Maratón de Jadraque

1. Jadraque y el erotismo

¿Por qué el título de la crónica? ¿Qué tuvo de erótica la XIV Media Maratón Comarca de Jadraque? En principio nada, salvo que era mi participación número 69 en la distancia.

Antes del parón, allá por el mes de marzo, este “honor” debería haberle correspondido a la Media Maratón de León. Ya tenía la crónica prácticamente hecha: que si el Barrio Húmedo, que si la morcilla leonesa… Burdo pero resultón. Sin embargo el dolor de pie provocó que finalmente no pudiera acudir a la cuna de los Café Quijano. Pensé entonces que con un poco de descanso podía llegar a tiempo de participar en la Media de la Ciudad Universitaria. Aquí la vena erótica de la crónica habría que desarrollarla a partir de un título impactante extraído de los tan en boga anuncios de contactos: “Universitaria cachonda”. Finalmente tampoco pudo ser porque el pinrel izquierdo seguía tocando las narices. Total que dos meses y medio después de lo previsto, mi media maratón sexagesimonovena ha sido la de Jadraque. Y aquí me teneis, repasando mentalmente mi experiencia sin ser capaz de hallar ningún nexo de unión entre lo sensual y la carrera alcarreña.

Porque no pueden considerarse eróticas las sinuosas curvas de la CM-101 ni esos montículos turgentes, duros, firmes y redondeados que sudoroso y jadeante recorrí con la lengua fuera, de abajo a arriba al principio y de arriba a abajo después. Tampoco inspiraban a la lujuria los cuerpos ligeros de ropa de todos los que allí nos dimos cita, onanistas de fondo que encontramos el placer en el disfrute individual y solitario. Nosotros, auténticos hedonistas y perfeccionistas del gozo, que en una gran mayoría aplicamos con maestría el tantra (o neotantra) y renunciamos a los placeres menores que otorgaban las distancias de los cinco o diez kilómetros con el fin de corrernos los veintiuno y pico.

No apelaban al erotismo aquellos grandes aspersores que en las cercanías de Membrillera regaron con lluvia plateada nuestros semidesnudos torsos, revitalizándonos, ayudándonos a erguirnos, a penetrar erectos en el término municipal. Ni siquiera resultó lascivo el climax alcanzado tras cruzar la línea de meta al poder disfrutar de una imponente rubia fresca (o más de una, dependiendo de la capacidad de cada participante), sobre la hierba del parque jadraqueño.

En resumen que lo mire por donde lo mire no soy capaz de encontrar una relación por remota que sea entre el erotismo y el Medio Maratón de Jadraque ¡Hay que joderse!


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2. Sin cambios

Centrando el tema en lo que fue la carrera, el más rápido resumen y la mejor noticia es que todo sigue como en ediciones anteriores. Una participación que a ojímetro calculo que no llegaría a los doscientos corredores para el conjunto de las tres distancias (5, 10 y 21,097 kilómetros). Una organización artesanal y con sobrada experiencia en estas lides a cargo de la Asociación Cultural Deportiva Reconquista con la dirección técnica del Club Maratón Guadalajara. Unos jadraqueños y unos membrilleros animosos y colaboradores. Un paisaje castellano-manchego en el que este año el verde era más abundante y más vivo, en contraste con el negro del asfalto y el marrón de los campos en barbecho. Un perfil exigente, variado y divertido. En resumen, una carrera que me tiene atrapado aun sin saber muy bien por qué ¿o si?

No quiero cerrar la crónica sin acordarme de la "speaker" de la organización que desde un par de minutos o tres antes de la salida intentó explicar por megafonía con “fáciles directrices” como había que hacer para optar por las carreras de 5 y 10 kilómetros. Que no se me enfade si por un casual lee estas líneas, pero me hizo esbozar una sonrisa. No sé si fue la misma que el año pasado comentaba lo sudorosos que llegaban algunos corredores, pero cuanto menos fue igual de brillante. ¡Chapeau!

De mi pie no hablo para no aburrir más al personal.

Hasta la próxima edición Jadraque


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En anteriores capítulos:

XIII Medio Maratón Comarca de Jadraque (2009)
XII Medio Maratón Comarca de Jadraque (2008)

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miércoles, 19 de mayo de 2010

"Cigarritos de la risa" en Barrio Sesamoideo


Ayer hubo fiesta en casa de los vecinos. Además de la música y el ruido de voces, por la ventana entreabierta que da al patio penetraba un humo blanco, denso, que podía masticarse. Al respirarlo me entró un gran relajamiento, una agradable sensación de bienestar y mi pensamiento empezó a divagar.

Me ví corriendo por una carretera solitaria portando un dorsal en el pecho. A mi derecha, a lo lejos y en la cima de una montaña, había un castillo. De repente comencé a oír el ruido de unos cascos de caballo a mi espalda. Cada vez sonaban más cerca. Al girarme, un guerrero vestido con una armadura sin mangas en cuyo antebrazo estaba tatuado el nombre de Jimena en letra Verdana tamaño 69, me saludó guiñando el ojo y azuzó a su montura dirección a la fortaleza.

Yo seguía corriendo. Mis pies parecían no tocar el asfalto y no había ni rastro de fatiga ni de dolor en mi pie. Cada vez mi ritmo era más vivo. En la lejanía parecía distinguir una pancarta de cuadros blancos y negros (como un tablero de ajedrez) en la que podía leerse FINISH. Aumenté la amplitud y frecuencia de mi zancada y en unas décimas de segundo cruzaba brazos en alto la línea de meta ubicada justo debajo de la pancarta blanquinegra. Cientos de cabritos asados aplaudían con sus patitas chamuscadas y emitían balidos entusiasmados.

Esta mañana, con ligero dolor de cabeza pero ya repuesto de mi enajenación transitoria de anoche (no así de la enajenación permanente que me acompaña siempre), he hecho caso omiso a mi escaso sentido común y a mi dolor de pie y con apenas diez días de entrenamiento después de casi tres meses de parón, me he inscrito en el Medio Maratón de Jadraque del próximo domingo. La culpa no fue del cha-cha-cha sino de los "cigarritos de la risa" de los vecinos.

¡Alea Jacta Est! (o como se diga)

domingo, 16 de mayo de 2010

The Insole Maker (El Hacedor de Plantillas)


Este pasado miércoles conocí a un nuevo personaje del culebrón Barrio Sesamoideo que espero me facilite el pasaporte para poder viajar a otros barrios más deseados y añorados. Como dije en mi anterior intervención, tengo mis esperanzas puestas en él ya que ni las sesiones fisioterapia ni el reposo continuado han dado el resultado esperado. Seguramente muchos de vosotros lo conozcáis e incluso para algunos sea como un Angel de la Guarda . Se trata del conocido como The Insole Maker* (El Hacedor de Plantillas) o Podólogo Deportivo.

Después de una larga espera (tuve que pedir cita con más de un mes de antelación), por fin me encontré cara a cara (¿o debería decir cara a pie?) con él. Con un rostro de facciones redondeadas, frente y coronilla despejadas a causa de una incipiente calvicie y sin afeitar, The Insole Maker me recibió con un fuerte apretón de manos y una sonrisa. Mientras comenzaba rápidamente a escrutrar mis desnudos pinreles me preguntó que me pasaba. Tras mi contestación, fue directamente a pulsar el punto donde se localiza mi dolor y emitió su diagnóstico: sesamoiditis. Sin embargo, mi dolencia no pareció importarle mucho. El seguía examinando cuidadosamente mis pies como si buscará algo. Me preguntó que lesiones había sufrido a lo largo de mi vida. Mientras yo buscaba en mi memoria y respondía, él continuaba con su meticulosa observación, mirando aquí y allá, moviéndome las extremidades. De sus gestos deduje que tras esta primera exploración, debía parecerle corta la lista histórica de las dolencias que he padecido en relación con el aspecto que presentaban mis peanas.

Luego me hizo subir a una plataforma elevada donde con una cámara grabó mi forma de andar y correr. También midió y registró la presión que cada parte de mis pies ejercía sobre la superficie gracias a unos sensores ubicados en el suelo de esta especie de pasarela (luego he sabido que su nombre técnico es banco ortométrico). Tras unos cuantos paseos "pallá paca" en plan top model, The Insole Maker ya con todo la información a su disposición estuvo unos minutos repasando minuciosamente la grabación, midiendo el ángulo de inclinación de mis piernas respecto a la horizontal de la superficie y examinando las manchas de colores más o menos oscuros en función de la presión que mis pies habían ejercido en cada paso. Recogió todos los datos que necesitaba en un informe en su ordenador y pasó a preguntarme por mi calzdo de entrenamiento.

- “¿Qué zapatillas usas normalmente?” Me dijo mientras cogía en la mano las deportivas con las que había acudido a la consulta.
- “Esas son unas Pegasus pero ya no corro con ellas. Los últimos pares que he utilizado han sido o bien Pegasus o bien Cumulus. Ahora estoy usando estas” contesté mientras sacaba de mi mochila y le entregaba las Nike Equalon2 con las que mal corro en la actualidad.

Tras darlas unas vueltas para verlas por todos sus lados, las depositó encima de uno de los muebles y señalo la parte ligeramente más desgastada.

- “A tenor de lo que he visto y de la forma de desgastar la suela de las zapatillas, tu pisada es ligeramente pronadora. ¿Cuánto pesas? ¿ochenta y cinco?”
- “Ochenta y tres”
- “Con ese peso las Cumulus te van mejor que la Pegasus pero aun así también se te quedan un poco cortas. Estas que estás usando ahora te van mejor. No obstante yo te recomendaría unas Nimbus".

El último paso fue hacerme un molde en escayola de mis "pieses" para poder confeccionar unas plantillas que corrijan mi forma de pisar. Para ello coloqué el final de mis extremidades sobre la materia moldeable que descansaba a su vez en una especie de cámara de aire, mientras El Hacedor de Plantillas movía con maestría mi pierna para que el molde saliera lo mejor posible.

Y poco más. En total fueron unos cuarenta minutos de consulta amenizados con conversaciones acerca del correr y de personas relacionadas con este mundillo que resultaron en algunos casos ser conocidos comunes. Ya a punto de despedirse me advirtió de que si transcurrieran tres o cuatro semanas usando las plantillas y no notara mejoría, debería regresar para realizar algún pequeño retoque. Una sonrisa y un nuevo fuerte apretón de manos pusieron fin a mi encuentro con The Insole Maker.

La impresión que saqué es que El Hacedor de Plantillas sabe muy bien lo que se hace, que se trata de un profesional con una gran experiencia que ha examinado y tratado innumerables extremidades inferiores. Sólo queda ya lo más importante: que las milagrosas (las plantillas) que estarán confeccionadas y listas para serme entregadas en los primeros días de junio, den el resultado esperado y pongan fin a esta engorrosa lesión.

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Por lo demás, dos semanas después de mi última intervención en este rincón continúo sin grandes novedades mi estancia en Barrio Sesamoideo. No voy a negar que la cosa parece haber mejorado un poco, más en lo anímico que en lo físico todo hay que decirlo. Sigo saliendo a correr a escondidas preparando la que espero sea la huída definitiva de este barrio. En estos quince días he corrido cinco veces y las últimas tres (esta semana) he conseguido completar una hora. La mejor noticia es que si bien el dolor no disminuye también es cierto que de momento no aumenta tanto como volver a dejarlo. Creo que parte de la culpa hay que echársela a la que he denominado “Ñapa Garabitas” (**), una solución de bricoatletismo que a grandes rasgos consiste en poner una mayor protección en la zona dolorida. A ver si dedico una entrada a este invento explicando como construirlo.

Visto lo visto estoy sopesando si inscribirme a la Media Maratón de Jadraque a celebrar en apenas ocho días. No creo que sea lo mejor pero tengo unas ganas locas de volver a la competición. Si la cosa fuera mal, lo peor que puede pasarme es tener que parar durante unos días, pero a la vuelta de ese hipotético nuevo parón tendría ya las plantillas. Os contaré lo que decida.

Saludos

(*) Lo de “The Insole Maker” o Hacedor de Plantillas es una licencia que me he permitido. Evidentemente la labor de un podólogo deportivo no se limita a confeccionar plantillas.

(**) El nombre viene porque la recomendación e idea me la dio Garabitas, un ilustre forero de la página http://www.elatleta.com/

(***) La imagen que ilustra esta entrada no es de mis pies sino que está sacada de "internes".


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sábado, 1 de mayo de 2010

La vida transcurre en Barrio Sesamoideo

La vida transcurre un pelín triste en Barrio Sesamoideo. Desde que me mudé aquí hace ya casi dos meses, echo mucho de menos lo de correr. Porque habéis de saber que en este distrito está prohibido terminantemente. Esta semana no he podido resistir más y, a riesgo de prolongar mi estancia en esta ingrata residencia, he salido a trotar a escondidas dos días. Un día fueron treinta y cinco minutos y otra casi cuarenta. El tiempo y el (penoso) ritmo fueron lo de menos. Lo de más fue volver a revivir esas sensaciones que tanto me gustan y que tanto extraño.

Así las cosas, he tenido que adaptarme a las nuevas circunstancias. Lo primero ha sido buscar un par de gimnasios municipales en los que machacar las elípticas. ¡Es lo más parecido que he encontrado a correr! Tres o cuatro días en semana, y durante una hora cada vez que voy, zurro de forma inmisericorde a estas infernales maquinitas. Es una especie de desahogo personal, de venganza no sé por qué, que espero me permita mantener un buen tono físico en el tren inferior.

Además, aprovechando la llegada de días más templados y con más horas de luz me he agenciado una mountain bike en el Decathlon. De momento sólo hago una o dos salidas semanales de entorno a dos horas, pero por algo se empieza. Muchas veces me había planteado esto de la bici, pero por unas cosas u otras siempre acababa desestimando la idea. Esta vez he dado el paso. Ahora a ver si consigo engancharme. ¿Será esta la primera piedra para cumplir aquel viejo objetivo de participar en un triatlón? En este sentido, sigo manteniendo la costumbre de asistir a nadar uno de cada siete días. Veremos.

Por otro lado y para no ponerme como la tia Gorromba”, me estoy controlando con los dulces y estoy comiendo con mesura. Parece que lo estoy consiguiendo, pues no sólo no he engordado sino que he bajado un par de kilitos con respecto al peso que tenía allá por principios de marzo. Muchas verduras, menos bollos, cenas frugales y no mezclar según que alimentos en las comidas, están obrando el milagro.

Todo esto a la espera de que el podólogo deportivo me vea en poco más de diez días. Tengo cita para que me hagan un estudio y, con total seguridad, me confeccionen unas plantillas. En cierto modo me da miedo porque he puesto casi toda mi esperanza en que este profesional me ayude a abandonar Barrio Sesamoideo. Y es que el reposo continuado no ha supuesto una mejora apreciable de la lesión. Total que si las plantillas no dieran resultado no se me ocurre otra opción que me permita correr en un futuro próximo.

Y nada más. Con la esperanza de poder volver pronto a compartir carreras con vosotros me despido.

Saludos
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