lunes, 12 de enero de 2009

Un Paris "on the rocks"

Hace más de un mes decidí que mi primera carrera del año, la que pusiera los primeros números en mi cuentakilómetros personal del 2009, fuera el X Trofeo Paris. Las razones principales eran la de estrenarme en una carrera de la que había leído y oído muy buenas críticas y colaborar con el Club Deportivo Paris (organizador de la prueba) en el sostenimiento económico de la página elatleta.com en la que participo con asiduidad y de la que disfruto y aprendo.

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El Trofeo París se celebra desde hace diez años en el Parque Lineal del Manzanares. Su recorrido alterna los caminos de tierra con zonas asfaltadas y consiste en dar dos vueltas a un circuito con un perfil favorable en el que no existen desniveles de importancia, lo que la convierte en una competición atractiva para buscar marca. Todo esto en condiciones normales. Las de ayer no lo fueron.

La nevada que cayó en Madrid el viernes dejó un manto blanco en toda la ciudad. Si bien en la mayoría de las calles tardó pocas horas en desaparecer, en los parques la nieve se mantenía casi intacta en la mañana de ayer. El Parque Lineal del Manzanares no era una excepción. Esta eventualidad tuvo sus pros y sus contras. Entre los primeros mencionar la belleza del entorno y la experiencia de correr sobre nieve. La principal contra fue la existencia de placas de hielo y de nieve muy compactada por las pisadas de los participantes que convirtieron gran parte del recorrido en una auténtica pista de patinaje.

El entorno de la carrera fue precioso. Sobre el suelo casi completamente blanco serpenteaba una larga hilera de corredores vestidos con una amplia gama de colores llamativos. El cielo limpio de nubes y azul radiante, permitió que el sol pusiera un broche de oro a tan bonito e insólito cuadro.

Para los neófitos como yo en este tipo de terrenos, el correr sobre la nieve fue una experiencia enriquecedora y novedosa. Es curioso sentir como los pies se hunden en cada pisada, como pierden tracción y levantan briznas de nieve al completar la zancada. El principal inconveniente fue la formación de placas de hielo que hicieron muy peligroso transitar por muchos de los tramos del circuito, aunque a tenor de las marcas de los primeros clasificados y del grueso del pelotón, el problema fue más mío que del resto de los participantes. Tanto es así que en vez de correr, mis esfuerzos se concentraron en no perder la verticalidad, pues una buena galleta desde mis ciento noventa centímetros de altura podría haberme fastidiado durante una larga temporada. En este aspecto, el punto "negro negrísimo" fue el puente sobre el río Manzanares donde muchos dieron con sus huesos en el suelo, aunque al parecer ninguna de las caídas tuvo graves consecuencias.

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Esta carrera tiene algo especial. Quizás sea que sirve de encuentro para muchos de aquellos que participan en el foro virtual de elatleta.com. O a lo mejor es que está puesta en pie con el esfuerzo de un modesto club de atletismo sin apenas apoyos publicitarios ni económicos. O posiblemente influya que no está masificada. O tal vez porque es una carrera “romántica” alejada de las carreras “negocio” que tanto abundan estos últimos años. O seguramente sea por la suma de todo ello.

Aunque siempre hay pequeñas cosas que mejorar como las colas de última hora en la entrega de chips y en el ropero, la organización fue muy buena: la medición (a tenor de lo expresado por lo portadores de los forerunner) fue perfecta, existieron indicadores de distancia cada quinientos metros y el cronometraje se hizo mediante chip con alfombrillas lectoras en la salida, en la llegada y en un punto intermedio. Además hay que agradecer a los organizadores y voluntarios su trato al corredor, el haber dado la cara ante la situación excepcional que ha rodeado a esta edición (algunos inscritos pidieron la suspensión de la prueba debido a las malas condiciones del terreno) y su esfuerzo para que todos pudiéramos disfrutar de la carrera en las mejores condiciones posibles, como demuestra que estuvieran quitando nieve y rascando hielo hasta minutos antes de la celebración de las distintas pruebas e incluso durante el desarrollo de las mismas.

Conclusión: Un diez mil recomendado para todos aquellos que gusten del correr tradicional y huyan de las nuevas pruebas masificadas y dirigidas por las grandes marcas comerciales.


Apendice sociopolítico: Dado que me consta que en los corrillos políticos de nuestra ciudad se sigue puntualmente mi blog y aprovechando el tirón de la reciente visita de nuestro alcalde a las obras de la "Caja Mágica", utilizo este espacio para una hacer una pequeña reivindicación social. Sé que la zona sur de esta nuestra ciudad se ha desarrollado de manera importante en estos últimos años. La llegada del metro, la construcción de la mencionada “Caja Mágica” o el desarrollo del Parque Lineal del Manzanares son claros ejemplos de ello. Sin embargo, aún existe un gran desequilibrio respecto a otras zonas más septentrionales. Señores políticos de uno u otro color, por favor tomen decisiones que encaminen a una reducción de las diferencias norte-sur.

Nota: Como idea ¿Qué les parece la construcción en el sur de un complejo empresarial y de servicios al estilo de las torres recién levantadas en los terrenos de la antigua Ciudad Deportiva del Real Madrid? Es sólo una idea ¡Y encima no se la cobro!

¡Hasta la próxima!

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