martes, 29 de marzo de 2011

My camera and me: Photohalfmarathoning in Segovia (y III)


He aquí la última entrega de fotos del V Medio Maratón de Segovia. La primera, como es facilmente comprobable y reconocible, está tomada al paso de los participantes junto a la base de la Torre Eiffel (modo coña "on"). La segunda refleja la estrecha y adoquinada bajada por la C/ Daoiz hacia la explanada del Alcazar.



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lunes, 28 de marzo de 2011

My camera and me: Photohalfmarathoning in Segovia (II)


Otras dos fotos. La primera de los modernos locos romanos al paso junto al acueducto oliendo ya la meta. La segunda está tomada cuando aproximadamente se habían recorrido unos 10.500m desde la salida. Tras dejar a la espalda El Alcazar se asciende una suave pendiente con unas bonitas vistas. Allí, a lo lejos, las torres de la Catedral y de la Iglesia de San Andrés.



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domingo, 27 de marzo de 2011

My camera and me: Photohalfmarathoning in Segovia (I)



Km 20. Pasando bajo el acueducto
 
En las próximas entradas no me voy a enrollar como en mi es costumbre. Solo pasaré para ir dejando unas fotos del V Medio Maratón de Segovia que he tomado esta mañana mientras participaba en él. Como hoy iba con el simple objetivo de rodarla y acumular kilómetros para el MAPOMA, he recuperado mi vieja labor de "fotocorredor" y me he marcado un "micámarayyo". Me lo he pasado como un enano. Algún que otro espectador y más de un corredor lo han debido flipar. Zumbao que está uno.

Espero que os gusten.



El Alcazar desde la Alameda
 
Mañana más. Saludos.

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miércoles, 23 de marzo de 2011

III Medio Maratón Ciudad de León

La foto es cortesía de Amable Pascual

I. León, uno nuevo para la colección

Al quinto medio maratón del año llegó la primera novedad. Hasta ahora todo había sido volver a participar en carreras ya conocidas, pero el III Medio Maratón Ciudad de León ha supuesto mi primer debut mediomaratoniano del 2011. Ya estuve inscrito en la edición del año pasado, pero finalmente el periodo de barbecho forzado por la sesamoiditis me dejó fuera. En esta ocasión he podido desquitarme y con muy buen sabor de boca, aunque con cierta pesadez de estomago (es lo que tiene ponerse gocho a cecina, morcilla, chorizo y otras hierbas): he sumado un nuevo medio maratón a mi cuenta, un nuevo lugar corrido al proyecto “Un país en mi mochila” y una nueva visita a una ciudad a la que siempre me gusta volver.

Os dejo con mi disección de la carrera. Espero que os sea de utilidad.

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II. La organización. Más alla de lo correcto

La organización del III Medio Maratón Ciudad de León corrió a cargo de la Concejalía de Deportes del Excelentísimo Ayuntamiento de León, en colaboración con el Club Sprint Atletismo León y la Delegación Leonesa de Atletismo. A priori, el hecho de que el gran peso de poner en pie la carrera recaiga en la Concejalía de Deportes de cualquier consistorio es una punto muy favorable, pues lógicamente contará con el respaldo del Ayuntamiento, conseguirá los permisos y medios necesarios sin grandes problemas y podrá incluso implicar o concienciar a gran parte de la ciudadanía. Estas premisas parecieron cumplirse, pero sería injusto quedarse ahí. El éxito de la organización fue mucho más allá.

En lo que se refiere a la prueba en sí, todo fue casi perfecto. La inscripción pudo hacerse, además de en lugares presenciales, a través de internet. El día antes del medio maratón se montó una pequeña feria del corredor (tres o cuatro stands) en la que se podía recoger el dorsal personalizado con nombre y nick, el chip, la camiseta técnica y un par de calcetines. También se daba la posibilidad de que todo ello fuera retirado por los participantes el mismo domingo hasta una hora antes del comienzo de la carrera.

La zona de salida estuvo dividida en distintos cajones de acuerdo a los tiempos finales estimados a emplear por cada participante. A tal efecto, los dorsales habían sido impresos en distintos colores según la marca que cada uno de los corredores había indicado a la hora de inscribirse, de manera que en cada segmento debían colocarse los portadores de los dorsales de uno u otro color. Como siempre pasa, dejar esta acción en manos de la buena educación de lo inscritos es una guerra pérdida: la mayoría de nosotros nos colocamos donde nos dio la real gana, sin respetar las instrucciones de los organizadores ni el cívico comportamiento de los que si las acataron correctamente.

El mayor defecto organizativo de toda la carrera fue lo angosto de la salida y, sobre todo, el estrechamiento que se producía apenas cien metros después del comienzo y que llevaba al pelotón de atletas populares a “echar pie a tierra” y andar durante unos metros hasta superar el cuello de botella. Es este un punto que la organización debería tener en cuenta de cara a próximas ediciones y que creo podría solventarse trasladando la salida unos metros más atrás o unos metros mas adelante a la Avda Fernández Ladreda o bien al Paseo de Papalaguinda.

Desde allí a meta todo perfecto. Alfombra lectora de transpondedores (alias “chips”) en la salida, a los diez kilómetros y en la llegada. Avituallamientos bien atendidos y surtidos de agua cada cinco kilómetros. Recorrido totalmente cerrado al tráfico y sin ninguna incidencia, al menos hasta donde yo pude ver. Circuito con la distancia homologada y con los puntos kilométricos correctamente señalizados. Liebres globeras para distintos ritmos. Calles lo suficiente anchas para absorber a la masa de participantes y poder correr sin agobios. En resumen, todo lo que se puede pedir para un correcto desarrollo y disfrute de la carrera.

La llegada ubicada en el Estadio Hispánico fue una gozada. Tras devolver el chip y recoger la bolsa con barrita energética, bebida isotónica, mantecada, pieza de fruta y botella de agua, el buen tiempo reinante y el césped del polideportivo animaban a quedarse allí sentado estirando los músculos y disfrutando del ambiente. Se daba también la posibilidad de utilizar las duchas y los vestuarios del polideportivo, el guardarropa allí instalado y los servicios de fisioterapia.

Pero quizás lo más llamativo y de agradecer es que la organización no se quedó solo en lo que es propiamente la competición sino que cuidó “los alrededores”. Así, para alguien que llegaba como visitante a la ciudad era curioso ver que en muchos comercios colgara el cartel anunciador del medio maratón y que en otros (en el hotel donde nos alojamos por ejemplo), estuviera pegado el plano del recorrido anunciando los cortes de tráfico previstos. En estos "alrededores" a los que hacía referencia, también hay que destacar que los organizadores, desde hace meses, han mantenido un blog en la red en la que ha ido publicando todas las novedades de la carrera y desde el que ahora, una vez celebrado el evento, animan a que se les envíen fotos y comentarios para compartirlos con todos. También quedaría encuadrado en este ámbito el hecho de recibir un sms en tu teléfono móvil solo unos pocos minutos de haber alcanzado la meta con tu tiempo y clasificación.

En definitiva, un gran éxito organizativo tanto en los aspectos técnicos como de cuidado al corredor.

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Photo by Little Arganzboy


III. Recorrido. El perfil, el atractivo y la animación.

En lo tocante al recorrido, el análisis se puede hacer desde distintos puntos de vista. Si se centra en lo que al perfil se refiere, el III Medio Maratón Ciudad de León fue una carrera fundamentalmente llana, sin apenas desniveles de importancia, salvo dos o tres cuestas de corta longitud. Para los que estamos acostumbrados a sufrir en nuestras piernas la orografía madrileña, la prueba leonesa fue en este aspecto muy llevadera.

Desde la óptica del atractivo turístico, el circuito elegido visitó muchos de los puntos de interés de la ciudad leonesa. El Parador (Monasterio) de San Marcos, la Casa Botines, el Palacio de los Guzmanes o la Catedral son algunos de los monumentos que pudieron contemplarse durante la carrera. Bien es cierto que, dado el tamaño de León y que se daba una única vuelta al circuito, fue inevitable que parte de la carrera transcurriera por las afueras de la ciudad o por barrios de menos encanto arquitectónico o monumental del que pudiera tener el casco viejo.

Si nos fijamos en la animación, los puntos de mayor concentración de espectadores fueron el Estadio Hispánico, tanto en la salida como en la llegada y el paso por el centro histórico monumental. En estas zonas es donde se dieron cita principalmente los familiares y los acompañantes de los corredores. En el resto del transito por el casco urbano aunque no en gran número, siempre hubo leoneses aplaudiendo en las aceras. Las zonas de las afueras fueron la que carecieron de cualquier tipo animación.

Hacer referencia también a la “animación interna”. Con alrededor de dos mil participantes, se pudo correr sin agobios pero siempre rodeado de otros corredores y en un ambiente de buen rollo multiprovincial.

Sin entrar en mucho detalle ni precisión, el circuito puede dividirse en varios tramos. El primero comprendería desde la salida hasta la Plaza de San Marcos. Son aproximadamente tres kilómetros que transcurren por calles céntricas, con la animación de paseantes y curiosos y que sirven para ir encontrando el ritmo y el puesto de cada uno en la carrera. La segunda parte sería la U formada por la Avda de los Peregrinos, la Calle Unicef, que incluye una de las pocas cuestas del recorrido, y la Carretera de Carbajal que devuelve al centro de la ciudad. Son alrededor de cuatro mil metros por una zona residencial de chalets y edificios bajos en la que la apenas se puede encontrar a nadie en las aceras. Es la parte más aburrida del recorrido.

El tercer tramo llevaría hasta el kilómetro quince. Visita de nuevo el centro de la ciudad e incluye el tránsito por el centro histórico monumental, sin duda los hectómetros más bonitos y animados de toda la carrera. Los siguientes tres mil metros se internan en su gran parte en el Parque de la Granja a través de un camino asfaltado. Es una zona solitaria pero muy agradable. Desde allí una calle que cruza una zona a medio urbanizar devuelve la carrera al centro urbano donde tienen lugar los aproximadamente últimos dos kilómetros con una gran afluencia de público y que culmina en el abarrotado y festivo Estadio Hispánico.

Llano, variado y en general animado. ¿Alguna propuesta mejor? ¿Quizás hacer un circuito más corto por la zona urbana y darle dos vueltas? No sé. A mí, sin conocer mucho la ciudad, me pareció que estuvo bastante bien.

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IV. Yo. La caída en la tentación

Como ya avance en la anterior entrada, mi intención era bajar los ritmos en éste y en el próximo Medio Maratón de Segovia. Más cuando en el caso de León, la carrera iba ir acompañada de un fin de semana turístico, lo que implicaba una cuantas horas de coche, una buena paliza a andar el día previo a la carrera, descontrol con las comidas (y los postres) y menos horas de descanso.

Con esa idea encaré los primeros kilómetros, tranquilo, a una marcheta que aunque cómoda, hacía notar el cansancio acumulado en las piernas los días anteriores. Así continué durante los primeros ocho mil metros. A partir de ahí comencé a animarme, pasando por el kilómetro diez con un tiempo neto de 0:46:11 o lo que es lo mismo a 4:37 min/km. La gran cantidad de gente que se congregaba aplaudiendo y animando junto a la catedral me dio alas y...¡caí en la tentación! Avivé el ritmo y empecé a adelantar plazas fácilmente y de forma continua. A falta de unos cinco mil metros para la llegada divisé a lo lejos el globo que marcada el ritmo de 1:35:00 y aceleré aun más. Lo adelanté en las cercanías del dieciocho y de allí en adelante intenté mantener a duras penas la marcha hasta alcanzar la meta en 1:34:01 (4:28 min/km). Total, que si no me equivoco los once kilómetros finales los hice a 4:21 min/km por los 4:37 min/km de los primeros. Burrito que es uno.

Las consecuencias no se hicieron esperar y ya nada más acabar la carrera tenia un buen dolor en la parte posterior de la rodillas (más o menos en la parte superior del hueco popliteo) que fue a más cuando se enfriaron los músculos. De momento parece que con el paso de los días, la molestia está remitiendo.

En fin, que sigo encontrándome bien pero que no tengo que hacer el bestia en las próximas carreras si no quiero acabar al final teniendo que parar por alguna lesión.

La foto es cortesía de FranChu

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V. Conclusión

El Medio Maratón Ciudad de León es una carrera muy recomendable por muchas razones. Está muy bien organizada, el trato al corredor es exquisito, hay un gran ambiente, tiene un buen recorrido para intentar asaltar la marca personal de cada cual y, sobre todo, es una excelente excusa para disfrutar de un fin de semana turístico con la familia gozando de los encantos culturales, históricos, naturales y gastronómicos de León y de las localidades cercanas.

Así parecieron entenderlo gran parte de los participantes provenientes en un alto número de la cornisa norte (Asturias, Galicia y País Vasco) y de otras lugares de Castilla León.

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VI. Curiosidades y agradecimeintos

Agradecimientos:

i) A Kurty. Gracias por acercarte a saludarme y encantado de conocerte. Espero que la carrera te fuera muy bien.
ii) A todos aquellos que estuvieron haciendo fotos de forma desinteresada y que luego las han publicado para que tengamos un bonito recuerdo de nuestra participación en la carrera.
iii) A los que han hecho posible la carrera y en general a toda la ciudad de León.

Curiosidades:

iv) Manda narices que con todas la cosas que vimos, el principal recuerdo de mi hijo sea la zona lúdica de la hamburguesería esa del payaso Ronald McDonald. En fin, supongo que es lo propio de un infante que no llega a los cinco años de vida
v) Manda más narices todavía que el Pequeño Arganzboy, al que le dejamos una camara de fotos pequeña y machacada por el uso, haga mejores fotos de la carrera que su señora madre con la cámara reflex. En la próxima carrera ya hemos quedado en que se cambiaran las máquinas.

That's All Falks ¡Hasta la próxima!

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martes, 15 de marzo de 2011

XXXI Medio Maratón de Ciudad Universitaria


La foto es cortesía de Sebastian Navarrete

El pasado domingo completé mi quinta participación en el Medio Maratón de Ciudad Universitaria. Es esta una carrera a la que tengo un cariño especial pues no en vano fue mi debut en este deporte allá por 1999. Sin embargo nunca ha estado entre mis favoritas porque en las cuatro veces que la había corrido desde entonces había constatado que año tras año adolecía de las mismas carencias y errores que, siempre desde mi punto de vista, podrían haber sido solucionados sin gran esfuerzo. Tras mi ausencia en 2010, he de reconocer que su trigésimo primera edición me sorprendió gratamente ya que encontré cambios sustanciales que contribuyeron a mejorar considerablemente la carrera.

La primera mejora es la modificación del recorrido. La eliminación de la cuesta que conducía a las cercanías del Faro de Moncloa en un "subeybaja" cuyo único objetivo parecía ser el de acumular metros y su sustitución por el tramo que rodea al Paraninfo de la Universidad Complutense, ha sido un gran acierto. Ha permitido eliminar el embotellamiento que se producía en la angosta rampa y el incómodo giro de 180º existente en su punto más elevado a cambio de transitar más desahogadamente por unas vías más anchas que además alargan el circuito y lo hacen más ameno.

Otro avance conseguido tras muchos años de dimes y diretes ha sido el de la distancia. Tradicionalmente el Medio Maratón de Ciudad Universitaria era un lugar idóneo para conseguir una buena marca, no por lo benévolo de su perfil, sino porque solía medir varios hectómetros menos de los que ha de tener un medio maratón. Con la modificación del recorrido mencionada anteriormente y con el nuevo y pequeño tramo de ascensión por la C/ Juan de Herrera ubicado tras la salida del complejo deportivo, se ha conseguido que  por fin mida los 21.097 metros de los que debe constar todo medio maratón que se precie de serlo.

La tercera buena noticia ha sido la desaparición del tráfico rodado. Hasta hace un par de años, en algunas partes del recorrido se compartía la calzada con el tráfico: los vehículos circulaban en un sentido de la calle y los participantes transitábamos por el otro o, en algunos casos, por las aceras. Ahora esas calles han sido reservadas en su totalidad para los corredores, eliminándose la siempre desagradable convivencia con los coches y, no menos importante, el continuo y molesto subir y bajar los bordillos de las aceras.

Por último y aunque quizás sea menos importante, hay que mencionar la instalación de alfombrillas lectoras de chip en la salida que permitieron obtener el tiempo neto empleado por los participantes en la prueba. Buena medida si se tiene en cuenta que entre el comienzo de los primeros y el de los últimos transcurrieron cerca de dos minutos.

En cualquier caso todas las variaciones positivas mencionadas no han afectado siquiera mínimamente al rasgo más importante de esta carrera: su carácter popular. El Medio Maratón de Ciudad Universitaria sigue siendo la mejor carrera que se organiza en la comunidad madrileña para iniciarse en el atletismo popular de fondo. La posibilidad de elegir entre tres distancias (7km, 14 km o 21 km) según se opte por dar una, dos o tres vueltas al circuito, hacen que en ella puedas encontrar una gran número de debutantes en el mundo de las carreras y la más variopinta mezcla de corredores populares con los más diversos niveles atléticos. No en vano y como perfecto reflejo de esta realidad, este año la prueba se publicitaba bajo el lema de “la carrera para todos”.

A pesar de todo lo dicho, siempre hay cosas que susceptibles de mejora. Con el ánimo de hacer una crítica constructiva, creo que la introducción de algunas modificaciones en la salida ayudarían al buen desarrollo de la prueba. Según está ahora organizada, es muy difícil (salvo que salgas en posiciones muy delanteras) correr a tu ritmo durante casi toda la primera vuelta. Dos son las ideas que se me ocurren al respecto.

La primera es conseguir que el arco (o arcos) por donde hay que pasar para comenzar la carrera tenga la misma anchura que la zona de salida donde se acumulan los corredores a la espera de comenzar la carrera. El domingo, el elevado número de participantes dejó en evidencia la insuficiente longitud del arco de salida, convirtiéndose éste en un embudo que retrasó en demasía la salida de muchos de ellos. La solución idónea sería la colocación de un segundo arco salida con más alfombrillas lectoras de chips. Si esto supone una inversión no asumible desde el punto de vista económico, la alternativa pasaría por delimitar la zona de espera de los corredores con unas cintas o vallas que otorgaran al pelotón la misma anchura que el arco de salida.

La segunda medida consistiría en indicar mediante carteles las zonas de salida recomendadas (por ritmos) para los diferentes participantes. En esta carrera hay un gran número de debutantes y principiantes que no saben muy bien donde colocarse (además de los clásicos maleducados), por lo que es muy habitual observar a corredores con ritmos lentos en unas posiciones muy delanteras en el momento de la salida. Esta circunstancia que luego perjudica el ritmo de otros participantes y genera no pocos tapones, podría ser remediada en gran parte con la instalación de los carteles informativos mencionados y con la colaboración de los participantes.

En resumen, Corricolari (organizador de la prueba) ha conseguido que el Medio Maratón de Ciudad Universitaria siga con la vitola de “carrera para todos” que ha tenido siempre pero mejorando sensiblemente varios aspectos negativos que se arrastraban desde hacía mucho tiempo.


Esta foto también es cortesía de Sebastian Navarrete

En el ámbito personal no hay mucho que contar. Cumplí con mi tercer medio maratón consecutivo en un tiempo menor del inicialmente previsto. Pensé que podía rondar la marca que hace dos semanas conseguí en Latina, pero me animé un poco más de la cuenta en los últimos kilómetros (el recorrido era más asequible en la segunda mitad de cada vuelta) y crucé la línea de meta en un neto de 1:34:30. Buenas sensaciones y buena recuperación. Todo en orden.

Si todo sigue igual de bien, este próximo domingo toca León y al siguiente Segovia. Buenos sitios para disfrutar del correr, del comer y del "turistear". Lo primero me lo tomaré con un poco más calma, porque aunque no al 100% si me estoy exigiendo bastante en las últimas carreras disputadas y no quiero acabar lesionándome.

Nota 1: Aclarar que los cambios a los que hago referencia ya se produjeron en la pasada edición. Aunque los había leído en algún foro, no los había podido comprobar “in situ” por mi ausencia en la prueba el año anterior.

Nota 2: Agradecer el curro desinteresado de todos aquellos que pasaron parte de la mañana sacándonos fotos para posteriormente compartirlas con nosotros. Seguro que hay que más, pero entre ellos quisiera mencionar a Sebastian Navarrete, de cuyo trabajo no es la primera vez que me aprovecho para ilustrar este blog.

Saludos.

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lunes, 7 de marzo de 2011

V Medio Maratón Collado Villalba (La Tragamillas 2011)


A la tercera fue la vencida y pude por fin “doblegar” a la Tragamillas. En mi primera participación, el desconocimiento de su perfil y de sus características me hizo darme de morros con la dura realidad y sufrir como un condenado. El año pasado, en mi segundo intento, el descalabro fue aún mayor: con un pie tocado y con dificultades respiratorias por un fuerte constipado, las pasé canutas para llegar a meta. Ayer, al tercer intento por fin conseguí domar a la fiera, hacer una buena carrera y disfrutar plenamente de ella. ¡Qué gustazo, tu!

Y es que el V Medio Maratón de Collado Villalba (alias la Tragamillas), siguió la senda de las ediciones que lo precedieron y mantuvo el listón en lo más alto. Estoy seguro de no equivocarme si afirmo que sigue siendo el medio maratón más completo de todos aquellos que se celebran en la comunidad madrileña. Y no solo lo digo yo. Se puede leer la misma opinión en las intervenciones que todos aquellos que han participado en él hacen en los foros de atletismo popular.

Por no aburrir al personal no voy a repetir lo que ya dije con motivo de mis anteriores experiencias en esta carrera (podéis leerlo aquí y aquí). A modo de resumen baste señalar que la prueba está perfectamente organizada por el C.D. El Castillo de Villalba (chips, avituallamientos, recorrido, parking…), que su divertida combinación de asfalto y tierra es única por estos lares y que el ambiente generado tanto por los espectadores y sus ánimos como por la simbiosis entre organizadores y corredores es genial.

Esta edición tuvo además como aliadas a las condiciones meteorológicas. La nevada caída en la noche del viernes al sábado unida a la soleada mañana dominical, dotaron a la carrera de dos características especiales. La primera el paisaje. Con el cielo azul completamente despejado y un día muy luminoso, las cercanas montañas blancas rebosantes de nieve se convirtieron en un escenario de cuento que podía contemplarse desde prácticamente cualquier punto del recorrido.

La segunda consecuencia fue conseguir ese puntito épico que apela con facilidad al instinto masoquista de todo corredor. El sábado amaneció con una fina capa de nieve en las zonas “naturales” por las que transcurría la carrera (el Coto y la Dehesa), manto que fue desapareciendo y transformándose en agua durante la jornada gracias al sol y a la buena temperatura reinantes. Con estos antecedentes, el domingo por la mañana los caminos de tierra estaban blanditos y presentaban no pocos charcos. Era fácil prever que con el paso de los corredores y las múltiples pisadas aquello acabaría convirtiéndose en un barrizal. Y así fue. Sin embargo se trató de un barro “amable”. El firme estaba en general en buen estado, pero en su superficie se formó una especie de “papilla marrón” que salpicaba en cada zancada que dabas y te ponía perdido de barro aunque sin peligro de resbalón o caída. Era un elemento ideal para creerte un sufrido corredor de los de “verdad”. ¡Estos chicos del C.D. El Castillo de Villalba están en todo!

En el recorrido de esta edición me pareció notar dos pequeñas variaciones ¿o fueron imaginaciones mías? Tuve la sensación de que el tránsito por el Coto fue más largo que otros años. Para mí es sin lugar a dudas el mejor tramo de la carrera. Esos estrechos caminos de tierra, con continuos y pronunciados desniveles, entre árboles, con sus pequeñas trampas de raíces y piedras, son una verdadera gozada. La otra modificación no me resultó tan placentera. Me refiero al pequeño “puerto de montaña” con el que nos vimos sorprendidos a la salida del túnel. ¡Redios, que pared! Fueron unos doscientos metros con una pendiente de “lalecheparriba”. Vamos, que si al túnel se le conoce como el de la Risa, a la cuesta que le sigue podría bautizársela perfectamente como la del Descojone.

En cuanto a mi, como he dicho al principio, acabé satisfecho. Por fin me salió una buena carrera en Collado Villalba. Arranqué con la idea de estar por debajo de los cien minutos y aunque al principio me costó un poco encontrar un ritmo cómodo, a partir del Coto y coincidiendo con los kilómetros más duros de la prueba fue cuando mejor me sentí. Al final entré en meta con un tiempo neto de 1:37:15, a 4:36 min/km. La buena noticia es que el dolor de pie que sufrí la semana previa al Medio Maratón de Latina mejoró durante los días anteriores a la Tragamillas, y aunque ayer se hizo notar en la segunda parte de la carrera y una vez finalizada, hoy me encuentro sin apenas molestias.

Cobrada la segunda pieza de la temporada de medias, ahora toca pensar en la tercera. Como dice la voz del metro: “Próxima parada Ciudad Universitaria. Correspondencia con León

Os iré contando. Ciao.

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En capítulos anteriores...


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