viernes, 13 de febrero de 2009

Cowboy de medianoche (y III)


He aquí la tercera y última entrega del cronicazo vacuno. En el capítulo final se narran mis andanzas en el postrero tramo de la I Cow Parade Race, aquel que tuvo lugar a lo largo de las principales arterias del Barrio de Salamanca. Acaba aquí la historia de una ocurrencia surgida a mediados del mes pasado y que ha ocupado casi de forma exclusiva las recientes entradas de este blog. Os dejo con ella.

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Salgo del suburbano y vuelvo a la superficie. Sigue lloviendo. ¡No ha parado ni un segundo! Hasta los próximos bovinos hay un buen trecho que va a permitirme centrarme en correr y coger un ritmo continuado durante unos minutos. Cruzo la Castellana y subo por C/ María de Molina hasta llegar a C/ Serrano donde giro a la derecha tomándola en el sentido hacia la Plaza de la Independencia. Las vallas que invaden los laterales de la calle indican ya el inicio de su próxima remodelación. A la altura del edificio de El Corte Inglés, entre las vallas, están E, Cowrnival y Recuerdos que no Tienen Precio. Elijo la tercera para hacerme la foto de control. Se trata de una vaca cuyo cuerpo está, perdón estaba, repleto de imanes y recuerdos de distintos lugares. Digo estaba porque como en otros casos que ido mencionando, los desaprensivos e incultos han arrancado gran parte de estos dejando la obra muy deteriorada. Algún gilipollas se jactará ante sus amigos de tener en su frigorífico un imán de Lanzarote sustraído a esta res.

Inmerso en la cuadrícula de calles diseñada por el Marqués de Salamanca, subo por C/ Don Ramon de la Cruz y perpendiculeo por C/ Lagasca hasta C/ Ortega y Gasset esquina Velázquez. Allí Manuela Francisca “La Vicalvareña”, una nueva vaca torero, hace orgullosa el paseíllo por la Milla de Oro de Madrid vestida de malva y oro. La bajada a lo largo de la C/ Velazquez está jalonada de bóvinos: Aar, Midnight Cow, La Vaca Mecánica y Manila en la esquina con C/ Don Ramón de la Cruz y Manchas de la diseñadora Agatha Ruiz de la Prada un poco más allá.

Con la llegada a C/ Goya comienza la última subida que ha de llevarme hasta la meta de Manuel Becerra. Antes, en la esquina con C/ Príncipe de Vergara, está ubicado el penúltimo punto de control. Allí tras una instantánea con Rayos X y Diana Cazadora, la cámara de fotos dice basta no sé si aterida por el frio, ahogada por el agua o finiquitada la batería por el uso abusivo del flash durante la primera parte de la prueba. Vuelvo a tirar de la cámara integrada en el móvil para medio inmortalizarme con Lapa Madrileña, quien también ha sido víctima de los barbaros que han arrancado el pañuelo de su bonito vestido de chulapa madrileña. Olvidada de mi reportaje gráfico queda la moderna Cowfeína, hermana de Cowteína, una de las dos ausentes en C/ Gran Vía.


En su cruce, cambio Goya por Alcalá para seguir el ascenso hasta Manuel Becerra. Alcanzada la plaza que lleva el nombre del matemático español del s.XIX, se me ocurre una chorrada en la que no había caído hasta entonces. Curiosamente he elegido como salida y llegada la glorieta dedicada a un señor cuyo apellido (Becerra) no es otra cosa según el diccionario de la RAE que la hembra cría de la vaca hasta que cumple uno o dos años o poco más. ¡Muuuuuuuuucha coincidencia! Desarrollando todavía esta reflexión en mi reblandecido (por la humedad) cerebro, desciendo hasta casi el centro de la tierra a través de la estación de metro ubicada en la misma plaza. El guarda jurado, al verme agachar y poner el móvil unos centímetros delante de mi persona, sale rápidamente del alcance del objetivo no sin cierta estupefacción. Un ¡click! y ya tengo mi foto con Vaca Postal que dalinianamente podría titularse “Foto de Vaca Postal y sujeto con gorra con fondo de maquinas expendedoras de billetes”.

Abandonada la boca de metro recorro los escasos metros que me separan de Puntual, inicio y final de la aventura. Me hago la última foto y paro el cronometro. Se acabó mi participación en la I Cow Parade Race. Han sido 2h 17min 36seg de locura, de lluvia, de disfrute, de vacas, de charcos, de soledad, de frio, de fotos…

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Llego al portal. Está empezando a nevar. Los copos son grandísimos y caen planeando como si fueran plumas u hojas desprendidas de un árbol. Abro la puerta de casa y voy dejando un rastro de agua hasta el salón. Mi mujer juega con mi hijo y en la tele Nadal disputa la final del Open de Australia con Federer. Ambos me miran unos segundos y siguen a lo suyo (mi mujer y mi hijo, no Nadal y Federer). Hace tiempo que me dejaron por imposible.

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Apendice 1: Vergüenza ajena. Es lo que siento cuando compruebo los daños que han sufrido muchas de estas originales vacas de fibra de vidrio. Pintadas, graffitis, amputaciones, roturas o robo de sus componentes o adornos (peinetas, coronas…), son algunas de las aberraciones que personas incultas, mal educadas, cobardes, asilvestradas, estultas, simples, inciviles, necias e irrespetuosas, han cometido al amparo del anonimato y de la desprotección de estas, queramos o no, expresiones artísticas.

La gravedad aumenta cuando se tiene en cuenta que muchos de estos bovinos coloristas artificiales serán subastados al término de la exposición callejera, destinándose los fondos obtenidos a proyectos llevados a cabo por ONG’s como Asociación Española Contra el Cáncer, Manos Unidas, Acción Contra el Hambre o Nuevo Futuro.

Desconozco si en ediciones anteriores celebradas en otras ciudades, las vacas han sufrido daños similares. Lo que sí sé, y a las pruebas me remito, es que tristemente nuestra ciudad no está preparada para albergar eventos de esta índole.

Con esto no quiero que se pierda la perspectiva. El problema no es en sí el daño provocado a las vacas expuestas, sino el reflejo de la falta de educación, civismo y pérdida de valores de la sociedad actual que ello supone. Siento la perorata


Apéndice 2: Pongo con esta entrada punto final a la I Cow Parade Race que tanto me ha ocupado y entretenido desde hace casi un mes. Queda el poso de lo bien que me lo he pasado recorriendo las calles de mi ciudad a mi libre albedrio, experiencia que ya estoy pensando en repetir mediante nuevos proyectos que rondan en mi cabeza. Ya os contaré, pero de momento seguiré rumiando estas ideas en secreto.

Muuuuuuuuuuchas gracias por tragaros el plomo y muuuuuuuuuuy buenas noches.

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Enlaces de interes:

Cow Parade Race: La idea primigenia
Cow Parade Race: El reglamento
Cow Parade Race: Recorrido recomendado
http://www.cowparade.com/
http://www.cowparademadrid.com/


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