miércoles, 31 de agosto de 2011

IV Carrera de Montaña Paso del Onso

Panóramica del Valle de Broto con la población que le da nombre en el centro (by Arganzboy)
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Unos días de vacaciones familiares por el pirineo aragonés me permitieron el pasado domingo 28 de agosto participar en la IV Carrera por Montaña Paso del Onso celebrada en el corazón del Valle de Broto. La verdad es que más no se podía pedir: familia, turismo, historia, naturaleza, correr y, de rebote, una provincia más para el proyecto "un país en mi mochila". Todo en uno. Si queréis conocer más sobre mi experiencia en esta carrera, poneos cómodos y no toquéis las teclillas durante un rato. Espero que la crónica os guste y os sea de provecho.

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I. Introducción. Un poquito de culturilla general 

El Valle de Broto está enclavado en la conocida como comarca de Sobrarbe, en pleno corazón de pirineo aragonés. Los pueblos que en él se ubican se agrupan en los municipios de Broto y Torla y conservan su carácter rural y de montaña, su aire medieval y sus tradicionales modos de vida.

Su historia es la de la lucha por defender la libertad para dirigir sus asuntos y controlar los escasos recursos que tradicionalmente y desde antiguo les ha proporcionado su economía de montaña. Así, desde el siglo XIII y gracias a diversos privilegios concedidos por los reyes de Aragón, los pueblos del valle han podido elegir el conocido como Conzello de Broto, una institución que hacia las veces de parlamento, diputación y tribunal del mismo y en el que se tomaban todas las decisiones que implicasen a vecinos del valle o que tuvieran que ver con concesiones de explotaciones forestales y agropecuarias, regulaciones económicas, facerias, etc… A cambio de esta concesión, el Conzello custodiaba la frontera con Francia y protegía la ruta de los peregrinos que entrando desde Gavarnie (Francia) por el puerto de Bujaruelo llegaba hasta Oto.

El Conzello es todavía funcional hoy en día, aunque sus actividades están muy menguadas respecto a la autonomía de la que gozaba antiguamente.

En el centro del valle se encuentra la población de Broto su capital histórica. Esta formada por dos barrios que ubicados uno a cada orilla del Ara y que reciben los nombres de barrio de Santa cruz (norte) y barrio de los Porches (sur). Historicamente estaban unidos por un puente gótico del siglo XVI que fue destruido durante la Guerra Civil y sustituido por el existente en la actualidad. Junto al río Ara y muy cerca del puente se encuentra la conocida como Casa del Valle con su torre-cárcel adosada y que es la sede donde se celebran las reuniones del Conzello. El otro edificio de interés histórico y arquitectónico es la iglesia (s. XVI) dedicada a San Pedro Apóstol que presenta una interesante portada y una majestuosa torre defensiva almenada. Es en esta localidad donde tiene su salida y su meta la carrera objeto de esta crónica.

Descenso "jodidillo" camino de Broto

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II. Prolegómenos. ¡Habemus nervios!

La IV Carrera de Montaña Paso del Onso me generaba a priori cierta incertidumbre por varias razones.

La primera era que la información previa que de ella disponía era mínima y se reducía a la escueta descripción realizada en la página oficial de la prueba, al plano del recorrido y del perfil que se podían visualizar en el sitio web del ayuntamiento y a los comentarios de algún blog. Todos los datos descriptivos que los organizadores daban de la carrera se condensaban en las siguientes líneas: “Comienza en la margen izquierda del rio Ara en Broto y finaliza en margen derecha del rio en Broto. Es una carrera con unos veintitres kilómetros de recorrido que comienza y termina en el paseo del rio de Broto, discurre por pistas y senderos recorriendo Sarvise, Buesa, Murillo, Fragen y Oto. El recorrido esta balizado con avituallamientos sólidos y líquidos.” Realmente no sabía muy bien a lo que me enfrentaba.

Otro factor de tensión era que, dado que la oferta hotelera no era muy amplia en Broto y que este lugar estaba situado fuera de nuestro itinerario de viaje inicialmente previsto, decidimos alojarnos la noche anterior en Ainsa. La distancia entre ambos lugares no es grande (apenas cuarenta y dos kilómetros), pero como no conocíamos la zona, como la carretera de unión entre ambas localidades era estrecha y llena de cerradas curvas y, sobre todo, teniendo en cuenta lo que me sucedió apenas una semana antes en mi frustrada participación en el Maratón de Río Boedo (algún día lo contaré para escarnio público), tenía yo el “comecome” de si surgiría algún imprevisto que diera al traste con mi participación en la carrera. Finalmente todo resultó según lo planeado y la mañana de la carrera arribamos a Broto en menos de una hora de viaje y con margen suficiente para el comienzo de la carrera.

La tercera fuente de nervios nació una vez superada la segunda y enlazaba en cierto modo con la primera. Me explico. Al detener nuestro vehículo en el parking ubicado a la entrada de la localidad, algunos de los participantes daban los últimos retoques a su equipación junto a sus "monovolumenes acondicionados" en los que todo parecía apuntar que habían pasado la noche. Por las trazas y los ropajes no había que ser muy “espabilao” para deducir que la mayoría era gente curtida en esto de patear la montaña. ¿No me habría metido yo neófito aprendiz de corredor montañero en un berenjenal del que no iba a salir bien parado? ¡Ainnnnnnnssssss, que atrevida es la ignorancia!

En resumen, que con cierta tensión nerviosa (a lo mejor incluso beneficiosa) allí estaba el menda lerenda en el margen izquierdo del río Ara, junto con otros aproximadamente ochenta chalados esperando todos que la alcaldesa brotense diera la salida. La temperatura era muy fresquita (alrededor de 11ºC), pues a esas horas el sol todavía no había subido lo suficiente para superar la altura de las montañas que rodean el valle. De lo aprendido en mi poca experiencia anterior en estas lides, había optado por llevar medias largas, bidón a la espalda y gorra. De estos dos últimos complementos prescindí acertadamente unos segundos antes de comenzar a tenor de la temperatura reinante y de lo que pude observar en otros participantes.

Con un pequeño retraso sobre el horario previsto (9:30h), la edil dedicó unas palabras de agradecimiento a organizadores y corredores y nos puso en marcha a la voz de “preparados, listos,…¡ya!”.

Cruzando una verde pradera justo antes de llegar a Buesa

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III. La carrera. Durilla si, pero no tanto

Desde la salida en Broto (905m altitud; 550 habitantes), el trazado de la carrera discurre paralelo a la orilla del río y en ligero pero continuo descenso. Es una pista lo suficientemente amplia para que cada uno coja sin dificultad la posición que le corresponde en función de su ritmo. Hay que prestar atención al terreno pues hay muchas piedras sueltas que pueden provocar una torcedura que arruine la aventura. Pasado el punto kilométrico tres, el trazado se separa del cauce del Ara y atraviesa la localidad de Sarvisé (863m; 101 hab.). En sus calles, los sarvisianos salieron a las puertas de sus casas para aplaudir y animar a nuestro paso, circunstancia que se repitió invariablemente en el resto de localidades por las que pasó la carrera.

El terreno favorable se mantiene aproximadamente hasta el kilómetro cinco cuando se gira hacia al norte y comienza el primer tramo de subida. En este segmento de unos cuatro mil metros de longitud se alterna la estrecha senda con algún camino más amplio que permite el paso de varios participantes al mismo tiempo, incluso se atraviesan algunas pequeñas y verdes praderas. En general es "corrible" casi en su totalidad, aunque hacerlo depende de las fuerzas y ganas de cada uno.

Alrededor del kilómetro nueve y justo antes de llegar a Buesa (1.135m; 47 hab.), un descenso de unos cientos de metros da un respiro antes de comenzar la subida que conducirá hasta el Paso del Onso (1.348m). Son tres mil metros que comienzan en un escarpado camino pero que rápidamente dejan paso a una pista larga, amplia y sombría. A pesar del esfuerzo, merece la pena girar la cabeza de vez en cuando hacia a la izquierda para disfrutar de las maravillosas vistas del valle que desde allí se tienen.

En el kilómetro doce la carrera abandona la “cómoda” pista y comienza un pronunciado descenso bastante técnico de aproximadamente unos cuatro mil metros de longitud y que ha de conducirnos de vuelta hasta la eñ nucleo urbano brotense. La bajada es muy bonita, cerrada a ambos lados por abundante vegetación y acompañada casi en su totalidad por el rumor de la corriente de agua que transcurre unos metros más abajo paralela a ella. Exige mucha concentración y destreza pues hay que saltar de piedra en piedra. Cualquier mal paso puede suponer cuanto menos un buen golpe y, si tienes la mala suerte de caerte por el lado izquierdo del camino, despeñarte un buen trecho. En esta fase del recorrido destaca una especie de angosto terraplén de unos veinte metros de longitud en el que la organización (con buen criterio) había ubicado a una persona para avisar de la peligrosidad y que a punto estuve de bajar arrastrando el culo para no piñarme.

El paso por Broto (kilómetro dieciséis) es rápido. Se cruza el puente sobre el río Ara y se hace un transito curioso por estrechos pasillos formados por las partes bajas de las casas y en el que da la sensación de que en cualquier momento vas a aparecer en el salón de una de ellas.

Acto seguido comienza el ascenso más duro de toda la carrera y que no supera los mil metros de longitud. Se trata de una estrecha senda con un alto desnivel en la que hay que "echar pie a tierra" y caminar durante un tramo de unos cuantos hectómetros. Más tarde el sendero se amplia y suaviza su pendiente convirtiéndose en un amplio camino que conduce hasta el último avituallamiento situado en la localidad de Fragen (1.113m; 43 hab), kilómetro dieciocho de la carrera.

Podría pensarse que dada la ubicación de Fragen (más alta que Broto y al final de un ascenso) y la distancia a meta, el terreno que restara fuera un continuo descenso. Craso error. Tras una pequeña bajada comienza de nuevo una cuesta arriba bastante exigente ("corredera" si a uno le quedan todavía fuerzas) que alcanza su punto más alto (casi 1.200m) allá por el kilómetro veinte. Llegados a este punto si que se inicia un largo y pronunciado descenso (con algún tramo de cierta dificultad técnica) que pasando por el pueblo de Oto (913m; 84 hab) desemboca poco después en la línea de meta de Broto.


Sufriendo en busca del Paso de Onso

En resumen, veintitrés kilómetros muy variados, que incluyen algún tramo difícil técnicamente hablando pero que en términos generales son bastante "corribles". El enclave por el que transcurren es magnífico, con impresionante paisajes y siempre acompañado de abundante y verde vegetación. Perfectamente asumible por alguien que no tenga un amplio bagaje en montaña, es una carrera muy, pero que muy recomendable.

Antes de cerrar este apartado, no quiero olvidarme de hacer mención a la buena organización de la prueba. Sus principales aspectos fueron:

i) Facilidad para la inscripción a través de internet (20 eur) e in situ hasta justo antes del comienzo de la carrera (25 eur)
ii) Avituallamientos con agua (en vaso) y frutas cada aproximadamente cinco mil metros que resultaron más que suficientes. En meta hubo además bebida isotónica y refrescos para remojar el gaznate y frutos secos y bollitos para recuperar las calorías perdidas.
iii) Buena señalización del recorrido. Tanto es así que a pesar de transitar en solitario durante algunas fases de la carrera… ¡no conseguí perderme!
iv) Carreras para los más pequeños mientras los más mayores disputábamos la nuestra
v) Con el dorsal se permitía el paso a la piscina municipal ¡No os cuento como estaba el agua de fresquita! Eso si, buenísima para tonificar los músculos.
vi) Comida después de la carrera “by the face” para los participantes, pagando cinco euros para los acompañantes y siendo gratis lo que papearan los niños.

Por último y de acuerdo a lo publicado en www.vivirenaragon.com, los ganadores de esta edición fueron Hassan Ait Chaou (1:38:23) en hombres y Alicia Olazabal (2:05:35) en mujeres. También hacen mención a que no existió ningún percance de importancia y solo hubo dos lesionados de los que uno pudo acabar la carrera y el otro abandonó por una torcedura de tobillo.



Para verlo más grande haced click sobre la imagen


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IV. Yo. Más feliz que una perdiz

La IV Carrera de Montaña Paso del Onso ha sido un nuevo avance en mi incipiente historial montañero. Con casi dos kilómetros más que mi debut en el Medio Maratón de Montaña "Montes de Toledo", mis impresiones y sensaciones no tienen nada que ver con aquella (para mejor). Y es que aquí, como en otras facetas de la vida, la experiencia es un grado.

La mejora más importante que he conseguido de una a otra ha sido la dosificación del esfuerzo. En la del Paso del Onso sabía que al enfrentarme a las cuestas no tenía que aguantar corriendo hasta que ya no pudiera más. Así, cuando la pendiente lo requería, no tuve ningún reparo en echar a andar tantas veces como fueron necesarias para volver a correr en cuanto la inclinación del terreno se relajaba. Además me di cuenta que casi no perdía distancia con el resto de los participantes: los que llevaban un ritmo parejo al mío y que seguían trotando cuando yo caminaba, apenas me aventajaban en un par de metros o tres en el instante en que yo volvía a correr.

Mi principal carencia a solventar son ahora las bajadas, sobre todo si como ocurrió en esta carrera presentan cierta dificultad técnica. No tengo ninguna soltura ni estilo para acometer los descensos. Además las rodillas me crujen por todos lados (la izquierda me da hasta pequeños latigazos). Resumiendo, que bajo con más miedo que vergüenza, lo que implica que gran parte de las posiciones que gano en los ascensos las pierdo en cuando el terreno se inclina para abajo. Será cuestión (supongo) de fortalecer más las piernas y de ir ganando destreza a base de práctica.

En cualquier caso tengo la sensación de que el venenillo montañero ha entrado en mi cuerpo después de más de una década de puro popular asfaltero. Estas carreras son diferentes, muy variadas y te ofrecen la posibilidad de disfrutar de paisajes y lugares de una gran belleza natural. Además suelen ser pequeñas en número de inscritos, de trato cercano y entrañable y con un ambiente entre los participantes que dista mucho del de las multitudinarias citas populares disputadas en las grandes ciudades. No es inhabitual entablar conversación con otros corredores antes o después de la competición o estrechar la mano con los que te preceden o entran justo tras de ti en meta.

En cuanto al tiempo empleado, al final paré mi crono en 2:23:54 lo que supone unos tres cuartos de hora más que el vencedor. Estoy a la espera de poder encontrar la clasificación final para saber mi posición y tener una referencia acerca de cual fue mi nivel en relación con el resto de los pariticipantes.

Conclusión: Esta primavera-verano se ha abierto una nueva e ilusionante faceta para mí en esto del correr. Intentaré volver a la montaña cada vez que tenga ocasión y las circunstancias lo permitan. De momento me he inscrito en la XXV Carrera por Montaña “Las Dehesas” a celebrar el próximo once de septiembre. Ya os contaré.

Hasta la próxima.


Avituallamiento en Fragen. A los frajenenses les hizo gracia que fuera haciendo fotos.
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Nota: Las fotos de la carrera que ilustran la crónica están tomadas con mi Nokia antediluviano (tiene ya seis años y no recuerdo ni el modelo) y su cámara de 2 megapixeles. Me lo llevé por si me perdía por la montaña ;-) y aproveché para captar estas y otras instantaneas que espero poder subir pronto al album del "ojo público".

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7 comentarios:

Gustavo dijo...

Gracias por compartir la crónica. Bonitas fotos y precioso recorrido.

Salud!

Tania dijo...

Se nota que te ha gustado la montaña y mucho!
Excelente crónica, muy detallada y se lee una gran alegría en tus palabras, a por más montaña :-)
Muy bonitas las fotos.
bss
Tania

yonhey dijo...

Muy buena crónica, me ha gustado y me has metido la envidia en el cuerpo, pensé en correrla, pero hacerlo una semana después del maratón hubiera sido un error, y tiene una pinta cojonuda.
Efectivamente, cuando uno no es experto en estas lides montañeras, como yo, todos los demás parecen siempre avezados corredores capaces de todo, después te das cuenta que hay de todo.
Salu2 y enhorabuena

Arganzboy dijo...

Gracias Gustavo. Como dices, el recorrido es precioso ¡Así es mas facil que ls fotos sean bonitas! ;-)

Hola Tania. Pues si que me ha agarrado fuerte la montaña. De todas formas el cuerpo no está ya para muchos trotes, asi es que después de la de Las Dehesas habra que volver al asfalto.

Yonhey creo que hiciste bien: solo después de una semana tras el maratón y con la rodilla tocada me da la sensación de que hubiera sido mucha tela. Si puedes apúntala para el año que viene porque la verdad es que merece la pena.

Gracias a los tres.

Inkel dijo...

Genial crónica. Yo he probado hace poco también "la montaña" y la verdad es que es otro mundo que "te pica"

Arganzboy dijo...

Hola Inkel: Si que pica, si. ¡Habrá que seguir rascándose entonces! ;-) Saludos

Manuordesa dijo...

Hola!
Soy Manuel, organizador junto al ayuntamiento de la Carrera Paso del Onso. Después de leer tú crónica me he dado cuenta de la desinformación que hay en la web de la carrera, por eso y haciendo caso de tú crítica constructiva queremos desarrollar un Blog para poner el máximo de información posible tanto por parte de la organización como por parte de los participantes, de está manera facilitarnos la comunicación entre unos y otros e intentaremos mejorar para próximas ediciones.
Por otro lado me gustaría colgar el enlace de está crónica min tú permiso, me parece muy interesante y detallada.
Espero tú respuesta y sí quereis poneros en contacto con nosotros no lo dudeis en carrerapasodelonso@broto.es
Sin más, espero poder vernos en próximas ediciones y deseamos una buena temporada.

Gracias.