Y en el reloj de antaño como de año en año / cinco minutos más para la cuenta atrás / hacemos el balance de lo bueno y malo / cinco minutos antes de la cuenta atrás. /
Y aunque para las uvas hay algunos nuevos / a los que ya no están echaremos de menos / Y a ver si espabilamos los que estamos vivos/ y en el año que viene nos reímos
(Mecano)
Y aunque para las uvas hay algunos nuevos / a los que ya no están echaremos de menos / Y a ver si espabilamos los que estamos vivos/ y en el año que viene nos reímos
(Mecano)
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El año que dejamos atrás posiblemente pasará a la historia como el de la crisis económica y el crash bursátil, trescientos sesenta y seis días que pusieron a prueba los cimientos del capitalismo. Sin embargo y en contraposición, el año en el que los países más desarrollados entraron en la tan temida recesión, ha sido para mí el más prolífico en número de competiciones, que no en buenas marcas, de todos los que llevo como corredor popular. 454.352 metros repartidos entre las 24 pruebas en las que he participado y que han abarcado distancias desde los 7.200m hasta los 42.195m.
La causa principal de esta buena temporada ha sido la ausencia de lesiones. Después de dos años en los que me he visto obligado a parar tres o cuatro meses por diversos problemas físicos, he conseguido enlazar más de quince meses de entrenamientos continuados. Si es cierto que han existido las típicas dolencias temporales y en muchos casos recurrentes que te hacen bajar el nivel de exigencia e incluso parar unos días, pero no han llegado a ser tan importantes como para dejarme en el dique seco un tiempo prolongado. Lo peor ha llegado en último mes y medio del año, donde los virus son han cebado con mi persona haciéndome perder las medias de Moratalaz y Guadalajara y la Carrera de Navidad de Cercedilla.
Como mencionaba al principio de esta intervención, las marcas no ha sido buenas, situándose, salvo raras excepciones, bastante lejos de mis mejores registros. Este aspecto es para mí secundario (por no decir “septenario” u “octonario”), pues hace ya tiempo que corro por el simple placer de correr, sin estar pendiente del cronómetro. Además, durante este año me ha dado el tabardillo de participar en muchas de las carreras cargado con el teléfono móvil o la cámara de fotos, parando cada cierto tiempo para tirar alguna instantánea (la mayoría de las veces con el fin de ilustrar y hacer más ameno este blog en el que escribo), actividad del todo incompatible con la consecución de buenos tiempos.
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MARATONES
Tres pruebas sobre esta distancia adornan mi palmares de este año: el de Madrid, el de Zaragoza y el de Lanzarote. Al MAPOMA posiblemente llegaba muy cerca de la mejor forma del año. Sin embargo, un dolor de pecho durante las jornadas previas e incluso durante la primera mitad de la carrera (seguramente fruto de los puñeteros nervios), dieron al traste con mi intención de rondar las 3h 40min. Finalmente me planté en la línea de salida con el único objetivo de acabarlo, logro que conseguí en un tiempo final unos segundos por debajo de las 3h 55min. Mi sexto MAPOMA siempre quedará en mi recuerdo por conseguir cumplir la promesa que me había hecho tras el nacimiento de mi hijo: volver a correr un maratón y cruzar la meta con el pequeño en mis brazos.
A finales de septiembre viaje hasta mañolandia para participar en la segunda edición de su maratón. Atrás quedaba el esfuerzo de entrenar durante los meses de verano a horas poco apropiadas (alrededor de las cuatro de la tarde) y la prácticamente ausencia total de tiradas largas. Al final, lo llano del recorrido y la buena temperatura reinante el día de la prueba, permitieron que el Maratón de Zaragoza quedara como mi mejor marca sobre la distancia este año con 3h 49m 22s.
Por último, unos días de vacaciones pendientes me vinieron como anillo al dedo para poder viajar a Lanzarote con la familia y participar en su internacional y curioso maratón. En este caso, un virus de última hora unido a otras pequeñas enfermedades todas ellas de origen pueril (los riesgos de que tu hijo vaya a la escuela infantil) que no permitieron una continuidad en los entrenamientos durante todo el mes de noviembre, me dejaron con la única intención de acabar el último gran reto del año. Así fue en poco más de 3h 51min.
La suma de estas tres distancias filipideicas a las que ya tenía acumuladas en mis piernas de años anteriores, me han permitido alcanzar la redonda cifra de diez maratones ¡Ya soy decamaratoniano!
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MEDIOS MARATONES
Entre las once pruebas que he corrido sobre esta distancia, ha habido felices reencuentros (Getafe, Fuencarral o Fuenlabrada), esperados estrenos (Latina, Villalba o Segovia) y continuismo (Madrid o Villaverde). El grueso de ellas, hasta siete, se concentró en los primeros cuatro meses del año y fueron utilizadas como rodajes largos de cara al MAPOMA.
La mejor marca del año en los 21.195m la conseguí en el Medio Maratón de Azuqueca de Henares celebrado a mediados de Junio. Lo llano de su recorrido unido a que el día amaneció nublado y con una temperatura agradable, me permitió parar el reloj en 1:33:50, mi mejor tiempo de los últimos tres años y el tercero de mi curriculum atlético.
Pero si algo he de destacar en el apartado de los medios maratones es que durante este año recién terminado he alcanzado la cincuentena ¡Ya soy pentacontamediomaratoniano! No pensaba a priori que fuera en el 2008 cuando llegara a tan redonda cifra. Sin embargo, la buena racha permitió que el Medio Maratón de Villaverde (celebrado a finales de Octubre) supusiera la consecución de tan redonda y bonita cifra.
La única espinita que me ha quedado este año ha sido la de cambiar asfalto por tierra y estrenarme en un medio maratón de montaña. Esperemos que sea en 2009.
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OTRAS DISTANCIAS
Dentro de esta categoría se engloban cinco diez miles y cinco pruebas sobre diferentes distancias. Este grupo de carreras me han servido para dos cosas. La primera para descubrir competiciones, bien porque hasta ahora no las había corrido (la Pedestre de Usera, la del Orgullo, la de la Integración, la Popular de Guadarrama o la San Silvestre Valmojadeña) o bien porque eran nuevas en el calendario (Cross del Planetario, la Liberty Seguros o la Vuelta a Tetuán).
La segunda causa de mi participación en carreras de distancia inferior a los 21.097 metros ha sido la de disfrutar de aquellas pruebas que conozco desde hace años y a las que intento acudir siempre que puedo. Es el caso de la Urbana de Carabanchel y, sobre todo, del Trofeo de San Lorenzo. Este grupo de carreras es cada vez menor, pues muchas de las que era asiduo han muerto de éxito (Melonera o Akiles) o se han convertido en extremos productos de marketing (CSIC o San Silvestre Vallecana).
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En resumen, muy buen año atlético que deja mi curriculum con cifras redondas en maratones (10) y en medios maratones (50). Espero y deseo que el 2009 sea al menos tan bueno como el ejercicio que cerramos.
Saludos y feliz año 2009
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