Después de la ausencia del año pasado en el que lo sustituí por el coincidente en fecha Medio Maratón de Leganés (primera y de momento, última edición), este año tocaba volver a Azuqueca de Henares para correr por tercera vez su medio maratón. La verdad es que no he encontrado cambios significativos con respecto a mis dos anteriores participaciones en el evento.
Desde que en la segunda edición se cambiara el recorrido parcialmente, se pasara de dos a tres vueltas y se eliminara el aburrido tránsito hasta el Polideportivo de San Miguel, el trazado se ha mantenido invariable los últimos tres años. Totalmente llano (el mayor desnivel es un badén), la carrera transita por calles anchas sin ningún atractivo ni animación. Lo peor siguen siendo las dos "U" existentes en cada uno de los giros, esos tramos en los que en un calle recta debes desviarte, recorrer un vía perpendicular primero en un sentido y luego en el contrario (cruzándote con los que ya vuelven cuando tu todavía vas), para finalmente volver a la calle inicial en el mismo sitio donde la abandonaste.
En estas cuatro ediciones, la organización ha ido puliendo los pequeños fallos e introduciendo mejoras. Los desvíos que por falta de señalización dieron algún quebradero de cabeza aquel primer año, están ahora perfectamente indicados por voluntarios. El que haya que dar tres vueltas a un circuito, ha hecho posible que los participantes puedan optar por completar tres distancias diferentes (9, 15 o 21 kilómetros). El dorsal y el chip al inicio y la bolsa del corredor al final se entregan de forma ágil y rápida. El cronometraje se hace mediante el sistema de chip. Este año se han instalado más avituallamientos, concretamente uno cada tres kilómetros, lo que es muy buena idea teniendo en cuenta las altas temperaturas que suelen registrar los termómetros en estas fechas (aunque hoy el día salió fresquito). Y por último, se sigue invitando al corredor y a un acompañante a la piscina municipal y a disfrutar de una comida tras la carrera.
Lo único que no me ha gustado ha sido el tener que convivir en algunos tramos de la carrera con el tráfico rodado. Entiendo perfectamente que en las rotondas los policías den paso a los vehículos cuando por allí no pasa ningún corredor, pero no que en algunas calles hayamos tenido que compartir carril con algún coche que circulaba entre los participantes.
El número de corredores ha sido de alrededor de trescientos cincuenta. Salvo error, no me ha parecido ver a los que atletas populares que suelen copar las primeras plazas en este tipo de carreras. En hombres, el ganador ha sido Rodrigo Fernández con 1h 14min 56seg y en mujeres el triunfo se lo ha llevado Henar Fernández con 1h 37min 56seg.
Por lo que leído y oído, parece ser que el año que viene estará terminada la nueva pista de atletismo del Polideportivo San Miguel, que tiene pinta de volver a ser el “centro neurálgico” de la carrera para las próximas ediciones. Veremos como afectan estos cambios al recorrido.
En lo que a mi respecta, me he tomado el IV Medio Maratón Villa de Azuqueca de Henares sin ningún tipo de objetivo, con la única intención de acumular kilómetros y pasar una buena mañana. Tanto ha sido así que, como ayer se me acabó la pila del reloj y como en la línea de meta no existía tampoco ningún cronometro que marcará el tiempo, a estas horas todavía desconozco la marca que he hecho. Sólo se que he ido incrementando el ritmo en cada una de las vueltas y que parece que me voy encontrando mejor de forma. En cuanto al pie, a pesar del estreno en competición de las nuevas plantillas, lo tengo tieso. Pero esa es otra historia.
Desde que en la segunda edición se cambiara el recorrido parcialmente, se pasara de dos a tres vueltas y se eliminara el aburrido tránsito hasta el Polideportivo de San Miguel, el trazado se ha mantenido invariable los últimos tres años. Totalmente llano (el mayor desnivel es un badén), la carrera transita por calles anchas sin ningún atractivo ni animación. Lo peor siguen siendo las dos "U" existentes en cada uno de los giros, esos tramos en los que en un calle recta debes desviarte, recorrer un vía perpendicular primero en un sentido y luego en el contrario (cruzándote con los que ya vuelven cuando tu todavía vas), para finalmente volver a la calle inicial en el mismo sitio donde la abandonaste.
En estas cuatro ediciones, la organización ha ido puliendo los pequeños fallos e introduciendo mejoras. Los desvíos que por falta de señalización dieron algún quebradero de cabeza aquel primer año, están ahora perfectamente indicados por voluntarios. El que haya que dar tres vueltas a un circuito, ha hecho posible que los participantes puedan optar por completar tres distancias diferentes (9, 15 o 21 kilómetros). El dorsal y el chip al inicio y la bolsa del corredor al final se entregan de forma ágil y rápida. El cronometraje se hace mediante el sistema de chip. Este año se han instalado más avituallamientos, concretamente uno cada tres kilómetros, lo que es muy buena idea teniendo en cuenta las altas temperaturas que suelen registrar los termómetros en estas fechas (aunque hoy el día salió fresquito). Y por último, se sigue invitando al corredor y a un acompañante a la piscina municipal y a disfrutar de una comida tras la carrera.
Lo único que no me ha gustado ha sido el tener que convivir en algunos tramos de la carrera con el tráfico rodado. Entiendo perfectamente que en las rotondas los policías den paso a los vehículos cuando por allí no pasa ningún corredor, pero no que en algunas calles hayamos tenido que compartir carril con algún coche que circulaba entre los participantes.
El número de corredores ha sido de alrededor de trescientos cincuenta. Salvo error, no me ha parecido ver a los que atletas populares que suelen copar las primeras plazas en este tipo de carreras. En hombres, el ganador ha sido Rodrigo Fernández con 1h 14min 56seg y en mujeres el triunfo se lo ha llevado Henar Fernández con 1h 37min 56seg.
Por lo que leído y oído, parece ser que el año que viene estará terminada la nueva pista de atletismo del Polideportivo San Miguel, que tiene pinta de volver a ser el “centro neurálgico” de la carrera para las próximas ediciones. Veremos como afectan estos cambios al recorrido.
En lo que a mi respecta, me he tomado el IV Medio Maratón Villa de Azuqueca de Henares sin ningún tipo de objetivo, con la única intención de acumular kilómetros y pasar una buena mañana. Tanto ha sido así que, como ayer se me acabó la pila del reloj y como en la línea de meta no existía tampoco ningún cronometro que marcará el tiempo, a estas horas todavía desconozco la marca que he hecho. Sólo se que he ido incrementando el ritmo en cada una de las vueltas y que parece que me voy encontrando mejor de forma. En cuanto al pie, a pesar del estreno en competición de las nuevas plantillas, lo tengo tieso. Pero esa es otra historia.
Saludos.
En capítulos anteriores:
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Edito esta entrada un día después de su publicación por dos razones:
1. Incluir las fotos de la carrera que he obtenido de la pagina web www.conchip.es donde hay un gran número de imagenes y de gran calidad. Muchas gracias por vuestro trabajo.
2. Ya sé mi marca final. Rondó los 108 minutos, peor que la que hice quince días atras en una carrera más exigente como el Medio Maratón de Ciudad Rodrigo ¡Con razón iba yo tan suelto en la última vuelta!
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