jueves, 6 de diciembre de 2012

II Carrera de Montaña "Cerro Marmota"

Foto de Carlos Velayos (extraída de www.elblogdeuncorredorpaquete.blogspot.com)
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1. Apuntes generales

El pasado domingo tuvo lugar la II Carrera de Montaña y Marcha Senderista Cerro Marmota a beneficio de la Asociación Pablo Ugarte, dedicada a lucha contra el cáncer infantil. Según lo publicado, un total de dos millares de personas nos inscribimos a esta jornada deportivo/festiva/solidaria repartidos en tres pruebas diferentes: una carrera sobre veinticinco kilómetros, una marcha larga sobre la misma distancia y otra marcha corta de once mil metros de longitud. El número de participantes fue considerado todo un éxito pues supuso doblar la cifra de la primera edición.

La mañana amaneció fría pero soleada. Cerca de -2º C marcaba el termómetro cuando a las 9:00 AM se dio la salida a la primera prueba (la marcha larga). Sin embargo el cielo despejado y el sol fueron los mejores aliados de los participantes, permitiendo que según avanzaba la matinal del domingo la temperatura fuera ascendiendo.

La organización volvió a rayar a un alto nivel mejorando incluso algunos aspectos de la edición de 2011. En este sentido cabe destacar el que los dorsales se pudieran retirar el día antes de la celebración de la prueba, lo que ayudó a reducir las esperas del año anterior. También fue un acierto el desplazar la salida fuera del Polideportivo Lorenzo Rico y otros cambios en el recorrido de la carrera que más adelante comentaré. Por lo demás el trazado estuvo bien señalizado y controlado por voluntarios, los avituallamientos bien surtidos de agua y frutas e isotónicos en su caso, los puntos kilométricos marcados por carteles visibles y las instalaciones del polideportivo disponibles para quien quisiera cambiarse o ducharse.

Adicionalmente se obsequió a todos los inscritos con una camiseta, se sortearon regalos y se ofreció la posibilidad degustar de un buen plato de cocido y un trozo de roscón una vez finalizadas las tres pruebas.

En lo relativo al trazado, recordar que a pesar del nombre del evento, no se trata de una carrera de montaña sino de correr o marchar por las tierras colmenareñas colindantes con el Parque Natural de la Cuenca Alta del Manzanares y que tiene como dificultades orográficas más importantes los pasos por el Cerro Marmota y el Mirador de Valdeganar.

Para no repetir toda la descripción del trazado que hice en la crónica del año pasado (aquí), en esta ocasión solo me voy a centrar en las variaciones acaecidas en esta segunda edición.

Cruzando el ArroyoTejada (Foto extraída de www.runnersdebarrio.com)
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2. Las cuatro diferencias

Dos de los cambios con respecto a la primera edición estaban dentro del primer kilómetro y medio. En primer lugar la salida y la meta se situaron en esta ocasión fuera de las instalaciones deportivas Lorenzo Rico. Se evitaba de esta forma tener que dar la vuelta inicial en plan rebaño al polideportivo así como el abandono del mismo por la incomoda cuesta del parking.

El segundo cambio aconteció un poco más allá, y consistió en suprimir el paso que se hizo en la edición inaugural por los estrechos caminos de un parque próximo antes de dejar atrás el casco urbano colmenareño camino del cementerio (literal). Ambas variaciones fueron sin duda alguna muy beneficiosas, pues consiguieron una salida más limpia, más amplia y más rápida que la de 2011.

Para encontrar la siguiente variación habría que esperar hasta aproximadamente el kilómetro diecisiete. Supongo que con la finalidad de recuperar alguno de los metros suprimidos en la salida, en vez de continuar por la vía pecuaria recorrida en la edición previa allí se tomaba un desvío a la derecha. Nos introducíamos entonces en otra vía similar ubicada al oeste de la primera, a mayor altitud y que también finalizaba en el polígono industrial, aunque en este caso en la parte alta del mismo (la otra lo hacia en la baja).

¿Qué supuso este cambio? A bote pronto y si la memoria no me falla, más cuesta arriba. El año pasado se subía una larga rampa de pendiente considerable para luego, picando hacia abajo, alcanzar el área del polígono industrial. Esta vez la “nueva cuesta” presentaba una pendiente menor pero a cambio tenía una mayor longitud. Prácticamente entre el kilómetro diecisiete y el veinte todo fue una subida ininterrumpida. El efecto colateral fue tragarse un mayor tramo poligonero, pues en esta ocasión había que bajar junto a la “urbanización de naves industriales pareadas” hasta recuperar el trazado de la primera edición y desde allí rodearla de nuevo en busca de los últimos kilómetros de la prueba.

La última modificación nos esperaba en forma de traca final. Y que conste que uno ya iba sobre aviso. Muy cerca de volver a entrar en el casco urbano colmenareño, mentalmente era fácil calcular que la distancia en una hipotética línea recta hasta la meta no coincidía ni por asomo con la longitud que según los puntos kilométricos restaba para concluir la carrera. Estaba claro que nos aguardaba algún último rodeo ¡Carajo, un rodeo si, lo que no esperábamos era una “putada”!

Los mil ochocientos metros finales dibujaban un zigzag matador. Según se entraba en Colmenar Viejo se giraba a la izquierda para sobre asfalto realizar una subida mortal de poco más de quinientos metros. Luego, con una estocada ya en toda la bola, bajada sobre césped, giro de 180ª y subida por la misma cuesta (otros seiscientos metros aproximadamente), y una bajada final de otros seis hectómetros que desembocaba en la línea de meta.

En resumen, las variaciones del trazado con respecto al de la primera edición creo que en líneas generales fueron positivas y dieron una mayor dureza a la carrera.

Imagen de los "marchadores" que no marchantes (www.cronicanorte.es)
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3. Bruce y yo

Acudía a la II Carrera de Montaña Cerro Marmota acompañado de Bruce. Para él era el debut en la carrera y para mí la segunda participación. Comenzamos rápido dejándonos llevar por el favorable perfil de los primeros kilómetros. La idea era llegar a la zona de los cruces por el Arroyo Tejada en posiciones relativamente adelantadas y evitar así en la medida de lo posible las colas que se formarían si optabas por salvarlo a través de los adoquines. La estrategia resultó acertada y, aunque hubo que esperar un poco en cada uno de los cruces, fue sin duda menos que en la primera edición.

El inconveniente de salir rápido es que nos dejamos llevar por la inercia y hasta que no llegaron las primeras rampas hacia arriba (allá por el kilómetro nueve), no levantamos el pie y volvimos a ritmos más “nuestros”. A pesar de ello entre los puntos kilométricos 9,000 y 15,000, seguimos adelantando bastantes posiciones. En este tramo compartimos un rato de carrera y charla con Josito66, un galvaneropaquetil (o viceversa) que está saliendo de una lesión (sino no lo hubiéramos alcanzado). ¡A mejorarse pronto!

Con la entrada en los últimos diez kilómetros, llegó la primera cuesta exigente de veras. A punto de coronarla y al intentar adelantar al participante que me precedía, tuve que salirme un poco del camino marcado y al apoyar el pie izquierdo me resbalé. Mis ciento noventa centímetros de humanidad se desequilibraron entonces y acabaron tumbados de medio lado sobre la tierra ¡Manda huevos que me caiga también en las subidas! Estoy cogiendo la mala costumbre de rebozarme por el suelo en todas las carreras campestres en las que participo y parece que si no lo hago me falta algo. Afortunadamente solo me hice un rasguño en la rodilla y enseguida estaba en pie anunciando en voz alta “¡Ná, no ha pasado ná!” para que nadie se preocupara y para disimular un poco mi "torpegüenza".

A partir de aquí Bruce me dijo que me fuera hacia delante si quería y, dicho y hecho, en la siguiente rampa comenzamos a distanciarnos. El último tercio de carrera lo llevé bastante mejor que el año pasado a pesar de que las variantes introducidas creo que lo endurecieron. En ningún momento eché a andar, aunque no me faltaron ganas, y continué ganando posiciones hasta la meta.

Según la clasificación entré en el lugar 166 de los 664 corredores que completaron la prueba, con un tiempo neto de 2:02:02 ¡más de ocho minutos menos que el año anterior! Sin duda alguna las sensaciones fueron mejores que en aquel entonces y, de acuerdo a los tiempos que estoy haciendo últimamente, mi estado de forma también.

Para los seguidores de Bruce indicar que alcanzó la meta en 2:04:38.


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4. Conclusión

Fenomenal carrera para iniciarse en pruebas no “asfalteras”, aunque siempre teniendo en cuenta que se trata de completar veinticinco mil metros por terreno bastante exigente. Si no se tiene el fondo o las ganas para ello, siempre puede optarse por una de las marchas que la compañan.

Sed felices

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4 comentarios:

JK dijo...

Desde luego que estás en una forma estupenda, vaya ritmo para 25 km.El perfíl exigente y mucha gente.Felicidades..una más a la saca.
Yo hoy he hecho una de 6,400 km, tranquilito.Cuídate campeón,un abrazo

Arganzboy dijo...

Hola JK. La verdad es que me encuentro bien, pero de aquí a final de año voy a relajarme un poco para coger con ganas el 2013. Un abrazo.

yonhey dijo...

Como para no encontrarte bien, has hecho ya unas cuantas carreras últimamente tipo trail o de montaña, con excelentes resultados. Este año me perdí esta, que el año pasado sí hice y me encantó, pero no se puede estar en todas y ya me había apuntado a Villaverde.
Salu2

Arganzboy dijo...

Yonhey, a mí me pasó justo lo contrario: me dió pena no estar en Villaverde, medio maratón al que tengo mucho cariño. Pero como tu dices, no se puede estar al mismo tiempo en dos sitios... todavía ;-) Un saludo

Nota: Creo que nos veremos por Patones