domingo, 31 de octubre de 2010

II Bilbao Night Marathon

Jon Ander Rabadan (2009)

Segundo maratón del año y si no me entra un apretón de no te menees, también el último. En apenas dos meses he participado en un par de ellos poco convencionales. Primero el del Rio Boedo, de lo más rural y familiar ¡y en pleno mes de agosto! Ahora el Bilbao Night Marathon, una prueba que, como su propio nombre indica, tiene la peculiaridad de celebrarse por la noche. Esta es la historia.

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1. Vaya semanita: La previa

La semana antes de la carrera fue “tipical arganzniana”. Comenzó con un buen constipado fruto de la meteorología de estas fechas y seguramente de mi hipocondría. Y es que el hecho de que en la mayoría de los maratones que llevo corridos me resfríe los días previos, no puede ser siempre debido a la mala suerte o a las temperaturas. Estoy convencido de que mi mente tiene mucho que ver.

Total que de los siete días previos a la carrera, entre el constipado y el miedo a empeorar, únicamente entrené uno. Cierto es que no creo que por ello perdiera estado de forma. Es más, incluso creo que mis piernas y mis últimamente doloridas lumbares lo agradecieron. Eso si, yo estaba que me subía por las paredes.

Llegó el sábado y afortunadamente del resfriado sólo quedaba un ligero dolor de garganta. Tocó madrugar y meterse cuatrocientos kilometros en coche hasta Bilbao. Una vez allí, paseíto hasta la feria del corredor para recoger el dorsal, paseíto por los alrededores del Guggenheim, comida, paseíto por la ría y el Casco Viejo, visita al Corte Inglés para comprar la cena y el desayuno del día siguiente y, por fin, vuelta al hotel. Las 18:15. ¡Fenomenal! ¡Lo que recomiendan antes de una carrera como esta: descanso!

Tres cuartos de hora tumbado en la cama dormitando y a las 19:00 de nuevo en pie para vestirme de torero. Dudé bastante entre los distintos modelos de trajes de luces, pero al final y con el visto bueno de la moza de espadas, me decidí por uno de manga larga (en colores azul y blanco roto) en previsión de que la temperatura fuera cayendo a medida que avanzaba la noche.

Ya en la calle, comencé a sentir esa sensación mezcla de nervios, ansiedad, ilusión, esperanza, e incertidumbre, que siempre me ha acompañado en todas las ocasiones en que me he enfrentado a un maratón. Estaba listo para mi debut en esta plaza.


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2. La ría: columna vertebral

"Vamos camino del Guggenheim andando por la margen izquierda de la ria. Frontera natural entre la zona histórica y la parte renovada convertida en centro económico, la ría ha sido el eje del desarrollo urbanístico y turístico de la ciudad. Su transformación en los últimos lustros ha sido espectacular, y ahora es un placer pasear por sus embellecidos y ajardinados márgenes. Eso es lo que hacen a estas horas numerosos bilbaínos, entre los que si te fijas bien puedes distinguir algunos tíos delgados, con rostros que denotan concentración, vestidos con ropas deportivas y que, curiosamente, caminan todos en la misma dirección."

La ría fue la columna vertebral del recorrido del II Bilbao Night Marathon. Para completar los 42.195 metros era necesario dar dos vueltas a un circuito con inicio y fin junto al edificio del Museo Guggenheim y que discurría casi en su totalidad por ambas márgenes de la ría formada por la desembocadura del Nervión y del Ibaizábal.

Los primeros seis kilómetros se adentraban en el centro de la ciudad: se subía de inicio la Avda Abandoibarra, principal desnivel de la prueba, hasta llegar a la larga recta de la Gran Vía López de Haro que se recorría en toda su extensión en sentido de ida primero y de vuelta después. La Avda Abandoibarra, ahora convertida en agradable bajada, devolvía a los participantes al punto de salida. Desde allí se alcanzaba la margen de la ría que ya no se abandonaría en el resto del circuito.

El Paseo Uribitarte conducía hasta el Puente del Arenal donde se cruzaba a la otra orilla de la ría. Se rodeaba parcialmente el Casco Viejo hasta el Puente de la Merced y vuelta a la Plaza Arriaga. Siempre llaneando y con la ría ahora a la izquierda, se sucedían las calles Muelle del Arenal, Paseo Campo Volantín, Avenida de las Universidades y Ribera Botica Vieja, hasta alcanzar el Puente Euskalduna a la altura del kilómetro once aproximadamente.

Comenzaban entonces los cinco mil metros más desangelados y tristes del circuito. Dejando Zorrozaurre a la siniestra se ponía dirección a Elorrieta. Se trataba de un tramo de ida y vuelta en el que se alternaban zonas sin construir, tramos con edificios residenciales y algunas naves industriales.

Otra vez a los pies del Puente Euskalduna (kilómetro dieciséis) ya solo quedaba desandar el camino hasta llegar al punto de partida e iniciar entonces la segunda y última vuelta.

Teniendo en cuenta la orografía de Bilbao, creo que se ha conseguido el mejor de los circuitos posibles en lo que a perfil se refiere. Apenas un par de cuestas o tres se jalonan en el trazado y ninguna puede considerarse como dura. Además se trata de un recorrido bastante céntrico que permite admirar iluminados en la noche las principales señas de identidad del nuevo Bilbao y algunas del histórico. El Guggenheim, el Palacio Euskalduna, el Teatro Arriaga, la Iglesia de San Nicolás, el Ayuntamiento o la Universidad de Deusto fueron algunos de los lugares representativos que los esforzados de la ruta pudimos disfrutar.


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3. De los paseantes a los "botellonistas" pasando por los familiares y amigos

"Quedan apenas diez minutos para las 21:00, hora prevista de salida. El ambiente en la explanada que rodea al Guggenheim en la que está ubica la salida es espectacular. Las mesas pertenecientes a la terraza del quiosco allí ubicado llevan mucho tiempo llenas, y los familiares y amigos de los participantes que abarrotan la zona ajardinada les desean suerte antes de irse a buscar un lugar desde el que poder obtener unas buenas fotografías de la salida. Por la megafonía se siguen lanzando canciones “moviditas” que contribuyen a mantener la “Saturday Night Fever” en todo lo alto. ¡Esto es una fiesta!"

A La hora de tratar el tema de la animación o ambiente que rodeó a la carrera, conviene distinguir dos periodos. El primero comprendería la salida y la vuelta inicial, y el segundo el giro final y la llegada.

El ambiente en la zona de salida fue formidable. A ello contribuyeron la ubicación, la organización y el tiempo. Sin duda alguna la elección del lugar fue muy acertada. El Guggenheim es una belleza arquitectónica, un emblema de la ciudad y posiblemente el principal reclamo turístico bilbaíno. Además en la explanada que lo rodea hay un parque con zonas ajardinadas y un bar con terraza que sirvió para que las personas que se acercaron hasta allí pudieran estar cómodamente esperando hasta el inicio de la prueba. Más aun cuando, aunque empezaba a refrescar, la temperatura era bastante agradable.

La organización había montado una gran parafernalia que incluía, luces, “pincha” (o DJ como se dice ahora), speaker, una pantalla gigante y una especie de escenario/podium. Para que os hagáis una idea, aquello parecía más una llegada de la “Vuelta Ciclista a España” que la salida de un maratón popular. El punto culminante llegó con el disparo de salida. En ese momento comenzaron a lanzarse desde el Puente Pedro Arrupe una serie de fuegos artificiales que duraron aproximadamente un par de minutos. Visto desde el punto de vista del corredor, a mi me pareció un exceso evitable (para más inri no me gustan), pero entiendo que para los espectadores fue un reclamo y un buen entretenimiento.

La primera vuelta fue un gustazo. En prácticamente todo el recorrido hubo mucha gente animando. Los paseantes de la tarde sabatina, los que salían de los centros comerciales o acababan su tarde de compras, los familiares y amigos de los participantes, los niños que ofrecían sus manos para que las chocarlas y los curiosos se agolparon en los laterales del recorrido para animar y aplaudir el paso de los corredores. Fuimos impulsados por gritos de “aupa” (¡que recuerdos del Maratón de san Sebastian!) y en algunas ocasiones por voces que personalizaban su ánimo con nuestro nombre (es lo que tiene que éste fuera impreso en el dorsal).


Imagen obtenida de Festak.com

La segunda vuelta no tuvo nada que ver con la inicial. Más de la mitad de los participantes optaron por la distancia de medio maratón con lo que la compañía en carrera se redujo considerablemente. Por otro lado y dadas las horas (yo comencé la segunda vuelta alrededor de las 23:15h), las personas que nos habían arropado en el primer giro habían desparecido casi por completo. Las palabras de ánimo provinieron entonces de algunos irreductibles, de aquellos que volvían de algún restaurante o que iban a tomar alguna copa y del grupo de acompañantes que, con “base” en el Guggenheim, cruzaban a uno u otro lado de la ría para animar a lo suyos.

Mención especial requiere el contraste que se producía al paso por debajo del Puente del Ayuntamiento a escasos metros de la llegada. Resguardados de la ya fresca temperatura y con una magnifica iluminación, grupos de jóvenes practicaban el noble arte del botellón mientras algunos pasábamos entre ellos dejándonos los higadillos camino de conseguir un reto personal. He de destacar su respeto hacia nuestro esfuerzo. Si esta situación hubiera ocurrido en la ciudad en la que vivo es prácticamente seguro que hubiéramos sido objeto de chanzas y burlas.

La meta estaba a mi llegada un tanto desangelada. Toda la fiesta de casi cuatro horas antes había desaparecido y sólo quedaban a los lados de las vallas los que supongo serían los familiares de aquellos que quedábamos por entrar. Normal si tenemos en cuenta que el reloj marcaba algunos minutos más allá de la 1:00 A.M.

En definitiva, tengo la impresión de que la gente acogió bastante bien la parte de la carrera que se desarrolló en un horario “decente”. Posiblemente adelantando la hora salida y estableciendo alguna animación adicional (grupos musicales durante el recorrido, concurso de fotografía relacionado con el maratón,…) se conseguiría un mayor ambiente y animación.

Esta la hizo la madre de mi hijo

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4. Mejor que ayer; ¿peor que mañana?

"Son las 21:12h por mi reloj y esto no empieza. Más de un cuarto de hora esperando aquí como reses apiñadas entre vallas y nadie da una explicación. ¿Por qué se ha callado el de la megafonía desde hace un rato? ¿Qué coño pasa? ¿Por qué no empezamos? Al final va a ser verdad que los organizadores no han aprendido de la experiencia del año pasado y esto va a ser aún peor de lo que leído en algunos foros atléticos fue la primera edición…"

En las líneas anteriores se resume mi pensamiento mientras esperábamos impacientemente el disparo de salida. Después de las duras críticas que la organización había recibido el año anterior, yo ya me estaba poniendo en lo peor. Sin embargo finalmente mis temores resultaron infundados y aunque con detalles que mejorar, la organización fue muy correcta en los temas esenciales y básicos.

La primera incidencia surgió días antes de la prueba. En la página web se anunciaba que las inscripciones se aceptaban hasta el día 17.10.2010. Sin embargo, aquellos que fueron a inscribirse en esa fecha se encontraron con que no podían. La explicación de la organización fue que con el “hasta” se referían que el periodo se acababa a las 00:00 del 17.10.2010, es decir que el día 17 no estaba incluido. No digo que la organización no tuviera razón, pero también la podrían tener aquellos que reclamaban poder inscribirse en esa fecha. Era una cuestión de interpretación. Creo que siendo un poco más claros se hubieran ahorrado esta situación no deseada.

Siguiendo con el orden cronológico, lo siguiente a tratar fue lo que ahora suelen llamar “feria del corredor”. Sinceramente, yo no creo que poner tres o cuatro mostradores (generalmente uno de zapatillas, uno de ropa deportiva, otro de medicina o fisioterapia y otro de revistas) pueda denominarse “feria del corredor”, pero eso es lo que últimamente hacen no sólo esta sino otras muchas carreras. Dejando a un lado esta observación, la zona de recogida del dorsal y del chip estaba muy bien ordenada e indicada y el trámite se hacía de manera rápida. Además, la carpa hinchable que acogió la “feria” cumplió a la perfección horas más tarde la función de guardarropa durante la celebración de la prueba.

Llegamos al tema de la salida, posiblemente uno de los aspectos que más análisis requiere. En lo positivo y como he dicho en párrafos anteriores, la organización eligió una ubicación muy buena y generó un ambiente festivo agradabilísimo para corredores y sobre todo para acompañantes. Entre los puntos a mejorar mencionar la hora, el retraso y los primeros trescientos metros. La hora de salida se me antoja muy tardía. Desde mi punto de vista debería comenzarse sesenta o noventa minutos antes. La prueba seguiría teniendo el carácter nocturno y posiblemente fuera seguida por un gran número de espectadores hasta el final. Lo que no sé es hasta que punto esta decisión depende de los organizadores o de las autoridades que tengan que dar el permiso. Cortar algunas de las principales arterias de la ciudad un sábado por la tarde-noche no debe ser fácil.

El retraso de unos trece minutos en la salida ha sido uno de lo temas más comentados en los foros de atletismo, más cuando al parecer el año pasado también se produjo. Es cierto que es una circunstancia que perjudica la imagen de la organización y que sienta muy mal en esos momentos, cuando estas encerrado entre vallas, rodeado de corredores y con una ganas locas de comenzar a soltar la adrenalina contenida. Sin embargo a mi modo de ver, no tiene excesiva importancia.

Si que la tiene y mucha, el tema de los primeros hectómetros de la prueba, convertidos en una auténtica trampa que podía haber costado un disgusto a más de uno. La zona por la que discurrían era demasiado estrecha, los espectadores la habían invadido parcialmente y, lo peor, estaba minada con mobiliario urbano (bancos, fuentes, ….) que era muy difícil de ver debido a la falta de luz y a la concentración de corredores. Un golpe, un tropezón, una torcedura y meses de preparación pueden irse al traste en unos segundos.


En lo que se refiere al recorrido, creo que es de lo mejorcito que se puede conseguir. Es prácticamente llano y muy céntrico. Quizás si el tramo que va desde el Puente Euskalduna hasta Elorrieta fuera sustituido por unas vías más próximas al centro urbano, el circuito sería casi perfecto. Aunque algún coche que “desaparcaba” invadió el asfalto durante algunos metros, el trazado estuvo cerrado al tráfico y controlado por policías y voluntarios. Todos los puntos kilométricos estuvieron marcados y eran fácilmente visibles.

Los avituallamientos fueron suficientes y estuvieron bien surtidos y atendidos. En los primeros había agua y bebida isotónica (un poco apetecible Powerade azul), y según avanzaban los kilómetros se incluyeron esponjas y alimentos sólidos (trozos de naranja y plátano fundamentalmente).

Un último tema sobre el que debe reflexionarse es la celebración conjunta del medio maratón, el maratón y la carrera popular (unos ocho kilómetros con salida diez minutos después que las otras dos). Desde mi punto de vista la prueba corta no aporta nada y debería ser eliminada. Yo no sé cuantos minutos más tarde se dio finalmente su salida, pero lo que es cierto es que los primeros alcanzaron la zona del pelotón donde yo estaba ubicado adelantando en zig zag a una velocidad muy superior a la nuestra, con la incomodidad y el riesgo de caída que ello suponía tanto para nosotros como para ellos.

Lo de hacer coincidir el medio maratón y el entero es una cosa que también debe valorar la organización en función del futuro que quiera para esta prueba. Yo pienso que al tratarse de un maratón recién nacido y todavía sin consolidar, el juntar ambas pruebas puede hacer que el medio maratón acabé teniendo más importancia que el propio maratón. En este sentido si analizamos las cifras de llegados a meta, se puede observar que 720 participantes completaron los 21.097 metros mientras que fuimos 646 los que acabamos el maratón. Es decir, hubo más mediomaratonianos que maratonianos. Si echamos la vista atrás y comparamos la cifra con la de los que terminaron en la primera edición (sólo había maratón), podremos constatar que el descenso de participantes en el maratón fue notorio: 1.022 llegados en 2009 por los 646 del 2010.

Por dar alternativas, yo creo que una opción podría ser celebrar el maratón la noche del sábado y el medio en la mañana del domingo. Sé de buena tinta que esta opción incluso podría atraer a “locos” de las carreras que participarían en las dos. Lo que desconozco es si por logística y autorizaciones esto podría ser factible. Una segunda alternativa podría pasar por eliminar el medio maratón e incluir una prueba sobre diez kilómetros. Ésta podría tener comienzo dos horas antes de la prueba reina y transcurrir por la zona de la ría, evitando así afectar el tránsito por las zonas comerciales. Creo que así se conseguiría no perjudicar al maratón y satisfacer a todos. No sé, como digo esto es algo que los organizadores deben decidir en función del fin que realmente busquen.

En resumen, yo creo que las bases están puestas y que el maratón satisface perfectamente los requisitos básicos. Si se pulen ciertos detalles, si la organización opta por reforzar al maratón en detrimento de otras carreras accesorias y si se consigue el compromiso de patrocinadores y autoridades, en unos años el Bilbao Night Marathón se habrá convertido en una cita de referencia. En la mano de todos está conseguirlo.

Extraídas de Festak.com
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5. Vaya semanita: la carrera y la poscarrera.


Después de mis últimas experiencias en la distancia (Ciudad Real y Báscones de Ojeda), iba yo con la mosca detrás de la oreja ante la posibilidad de volver a hundirme en los últimos kilómetros y sufrir vómitos tras cruzar la meta. Nada de eso sucedió.

La verdad es que sin proponérmelo seriamente (me olvidé del crono), me convertí en un reloj. Salí a un ritmo con el que pensé podría rondar los 5:30 min/km y así lo mantuve prácticamente sin altibajos toda la carrera. Los tiempos parcial y final así lo confirman: por el medio maratón 1:53:51 y en la llegada 3:51:20, lo que da una media de 5:29 min/km ¡Clavado!

Las sensaciones fueron siempre buenas. El único pequeño problema fue muscular, y es que el viaje y la visita turística el mismo de la carrera pasaron factura. Desde el transito por el medio maratón me noté las piernas bastante cargadas y en los últimos cinco kilómetros el cuadriceps derecho y el aductor de la izquierda dieron un par de avisos. De nauseas y mal cuerpo no hubo noticias.

El inconveniente de acabar de correr más allá de la 1:00AM es que entre que llegué al hotel, me duché, estiré un poco y cené me dieron las 3:00AM. Luego la mezcla del subidón que uno siente cada vez que acaba un maratón, el cansancio y la Coca Cola (me bebí cerca de un litro), provocó que no pegara ojo en toda la noche. Si a esto unimos el viaje en coche de vuelta a Madrid el resultado es que el lunes estaba que no me tenía. Hasta el miércoles no me volví a calzar las zapatillas y hasta el viernes no tuve la mente despejada ni el ánimo para poder escribir la crónica que aquí termina.

Eskerrik asko y laster arte.


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8 comentarios:

Solidamente dijo...

Hola, saludo porque creo que nunca he comentado en tu blog, así que aquí tenía que llegar la primera vez. Te pinché desde elatleta, y me gustan mucho tus crónicas, creo que son útiles para los demás, y, especialmente si lo son para ti, te animo a que sigas haciéndolas. Un saludo y que vuelvas pronto a correr a tope.

Arganzboy dijo...

Muchas gracias por tu comentario Solidamente. Efectivamente las crónicas son muy útiles para mi, pues me ayudan a recordar y revivir las carreras en las que he participado. Espero que también puedan servir para todos aquellos que van a inscribirse por vez primera en alguna competición y quieran tener alguna referencia sobre ella.

Muchas gracias y un saludo

josemayo2 dijo...

Iván, eres un fiera y encima arrastrando a la familia a 400km. Se que me queda muy lejor (solo tengo un medio maraton a mis espaldas que fue el que coincidí contidgo el leganés) pero mi "futuro" primer maratón "en mente" es el de bilbao porque me cuesta correr a primera hora y ese nocturno creo que encajaría. Si entreno todo el año con 2-3 medias y me animo ya te preguntaré más en serio por esta carrera y su "infraestructura" de cara a la familia.
Enhorabuena y un cordial saludo que diría aquel

Arganzboy dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Arganzboy dijo...

Gracias Jose. Esta vez solo me acompañó la madre de mi hijo. Al pequeño lo colocamos porque era un viaje paliza y las horas de la carrera no eran "infantiles".

Mucho ánimo en la preparación para tu primer maratón. Si puedes elegir uno en el que a lo largo del recorrido tengas los ánimos de familia y amigos, tendrás mucho ganado. Siempre es especial llegar a la meta de un maratón, pero la primera vez es impresionante las sensaciones que se viven.

Un saludo

Anónimo dijo...

Hola, me llamo Nagore y soy estudiente de un master en organización de congresos, eventos y ferias. Estoy realizando un trabajo sobre el maratón nocturno de Bilbao. Me encuentro en la fse final del trabajo donde debo proponer mejores para la celebración del evento en futuras ediciones. Veo que has corrido varios maratones incluyendo éste por lo que te agradecería mucho si me dieras tú opinión personal sobre qué aspectos crees que se podrían mejorar. Un saludo y gracias!

yiyirun -gonzalo- dijo...

repasando el maratón nocturno de bilbao 2010, me visto en una foto con camiseta azul. y es que los de madrid estamos por todos sitios, jeje
siento que no pudieras correr en fuencarral pero sirvió para haecrnos muy buenas fotos subiendo.
me imagino que tb preparas el próximo mapoma, en mi caso será el tercer maratón, así que a por todas y que se cumplan nuestros deseos. saludos crack y te leo

José Mª dijo...

Habiendo corrido 22 maratones, 16 veces en Madrid, 5 en Sevilla y una en Barcelona (2014), me seduce este año hacer la de Bilbao por ser nocturna y visitar una ciudad q desconozco. Me gustaría contactar con maratonianos de Bilbao u otros lugares para intercambiar opiniones, sugerencias y otras ideas a tener en cuenta para afrontar de nuevo este reto. Chema (granada), 636724668 gracias