viernes, 5 de marzo de 2010

V Medio Maratón de Látina (o de la Galindo)


APUNTES SOCIOCULTURALES

Antes de entrar en materia, voy a ponerme en plan didáctico dejando dos breves apuntes socioculturales. En primer lugar aclarar que Latina es el nombre del distrito madrileño por el que transcurre el medio maratón cuya crónica es objeto de esta entrada. No confundir con el barrio de La Latina ubicado también en la ciudad madrileña pero perteneciente al distrito Centro.

El segundo apunte hace referencia al origen del nombre del distrito. Según parece la denominación de Latina tiene su origen en el apodo que en su día recibió Beatriz Galindo. La Galindo, salmantina nacida allá por la segunda mitad del s.XV en el seno de una familia de nobles de origen zamorano, fue una gran humanista y escritora. Elegida de entre sus hermanas para ser monja, recibió clases de gramática en una de las instituciones dependientes de la Universidad de Salamanca, destacando rápidamente por su dominio del latín. Su nombre empezó entonces a sonar en Salamanca y después su fama se extendió por todo el reino, donde pasó a ser conocida por el sobrenombre de “La Latina”. Fue entonces llamada por la reina Isabel la Católica a la corte, donde ejerció el papel de preceptora y consejera de la monarca y sus hijos.

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

LA CRÓNICA

Después de haber participado en 2008 y de la ausencia en 2009 debido a la finalmente frustrada participación en el Maratón de Barcelona, el domingo pasado corrí la V Media Maratón de Latina. En esencia todo sigue prácticamente igual a lo que encontré hace dos años.

El recorrido es el mismo. Duro, variado y divertido, es un autentico rompepiernas. A mi entender, tres son los puntos más exigentes del circuito. El primero son los aproximadamente mil metros que preceden a la entrada a la Casa de Campo (del km 8 al km 9), consistentes en una corta pero muy pronunciada subida, un descenso vertiginoso hasta el túnel que pasa por debajo del Paseo de Extremadura y un autentico muro final de unos quinientos metros que conduce a la entrada del pulmón verde madrileño. El segundo tramo a destacar es la subida de la cuesta del zoo, una pendiente suave y continua que se extiende desde el km 16,5 hasta casi el 18 y que ejerce como puerta de retorno al núcleo urbano. Y el tercero, la puntilla, es la subida de la C/ Valmojado. Ubicada aproximadamente entre los kilómetros 17,8 y 19,3, su tránsito a esas alturas de carrera se hace interminable.

La organización también sigue en su línea. Distancia del recorrido homologada, clasificación con tiempos brutos y netos, avituallamientos bien surtidos, posibilidad de recoger el dorsal y el chip el día antes de la carrera debido al adelanto en la hora inicialmente prevista para el comienzo de la prueba, voluntarios amables y en número suficiente, tráfico perfectamente controlado… El único borrón fue la entrega de la bolsa del corredor, realizada de forma excesivamente lenta. No es lógico distribuir a los corredores llegados por cuatro pasillos destinando cada uno de ellos a los usuarios de tallas M, L, XL y XXL respectivamente. Os podéis imaginar que en la fila de la M nos agolpamos la mayoría de los participantes, en la de L había sólo unos pocos y los pasillos destinados a los de la XL y la XXL se encontraban desiertos. Además se aplicó el método en boga últimamente y que consiste en entregar la bolsa vacía e ir llenándola según el participante avanza por el pasillo ¿No es más rápido dar la bolsa atadita ya con todo el contenido en su interior?

Me llamó la atención que la A.D.Corebo en su afán por hacerlo bien, permitió la entrada en meta de los “sin dorsal” y les habilitó un pasillo en el que tenían acceso a una botella de agua. Es un detalle y una muestra de educación que creo no tienen todos aquellos que participan sin dorsal en las carreras y que, dicho sea de paso y a tenor de lo que puede verse en las fotografías tomadas en el curso de la competición, cada vez son más.

En lo personal acabé bastante contento con mi marca y mis sensaciones, aunque no tanto con mi pie. Mi idea era bajar de 1h 40min y lo conseguí sobradamente, marcando un tiempo neto final de 1:37:08, más de un minuto y medio menos que mi marca de 2008. Las sensaciones fueron buenas y salvo el sufrimiento del último kilómetro y medio, el resto de la carrera me encontré muy cómodo. Lo malo fue el dolor de pie que cada vez va a más. Cierto es que durante la carrera la molestia fue soportable, pero no lo es menos que en los días posteriores ha aumentado. Además, aunque fuera de forma inconsciente, la dolencia me hizo modificar la pisada lo que al día siguiente se tradujo en molestias en el tobillo y sobrecarga en el gemelo.

Ahora, si el pie y un incipiente constipado me dejan, el domingo toca volver a disfrutar de la Tragamillas. Después tengo previsto parar al menos una semana para que el "pinrel" mejore y pueda volver a mi ritmo normal de entrenamientos y de carreras.

Salud.

Las fotos están extraídas de www.runners.es y www.adcorebo.org

En anteriores capítulos: III Medio Maratón Latina (2008)

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*