El Medio Maratón de Fuencarral tiene algo especial. Quizás sea su ambiente de carrera de barrio, de carrera cercana. No en vano durante muchas de sus ediciones estuvo organizada con mucho esfuerzo por los propios vecinos de Fuencarral, quienes en los últimos años vieron tambalear su celebración debido a la falta de patrocinadores. Menos mal que MAPOMA y Elipse Iniciativas decidieron entrar a formar de la parte organización, dando un impulso vital al proyecto e impidiendo la desaparición de una de las carreras populares más longevas del calendario.
Quizás sea la belleza. La carrera discurre en gran parte por las carreteras que unen Fuencarral con El Pardo. Se trata de calzadas rodeadas de naturaleza que atraviesan el Monte de El Pardo, de carreteras silenciosas en las que lo único que se oye son las pisadas y las respiraciones de los corredores (y algún coche despistado bien escoltado por la policía). Se respira un aire fresco, limpio y perfumado. Desde las partes más altas del recorrido y en días despejados como el de ayer, pueden verse las cercanas cumbres con sus picos emblanquecidos por la nieve.
La carrera está muy bien organizada. Con la ayuda del Distrito de Fuencarral - El Pardo y desde la irrupción el año pasado de Elipse Iniciativas y la dirección técnica de MAPOMA, la carrera ha vuelto a cobrar el protagonismo que le corresponde y que había perdido en los últimos años. Se han introducido algunos pequeños cambios que creo que han colaborado positivamente a mejorar la carrera: 1) El adelantar la salida alrededor de medio kilometro ha permitido suavizar un poco los últimos metros, subiendo al principio de la carrera lo que antes se hacía al final, 2) Finalizar la carrera dentro de las instalaciones del IMD Santa Ana permite recorrer los últimos metros sobre el tartán de la pista de atletismo y estirar (si el día es bueno como ayer) los músculos sobre el césped y 3) El control con chip y con alfombrilla de paso tanto en la llegada como en la salida, hacen posible obtener el tiempo neto empleado en completar la prueba.
Añadir además la entrega ágil tanto del chip en la salida como de la bolsa de la corredor en la llegada; bolsa por cierto muy bien surtida con alimentos reponedores, bebida isotónica y camiseta técnica (lástima que fuera talla única y me quede tan ajustadita que me corta la respiración).