viernes, 12 de enero de 2007

Epístola a una lesión



Querida lesión:

Ayer mismo fui al fisioterapeuta para que iniciara los trámites legales de nuestra separación. Y es que empezamos como siempre comienzan estas relaciones: tonteando.

Fue hace mes y medio. ¿Recuerdas? Allí estabas tú, toda atractiva, seduciéndome, con esa mirada, halagándome los oídos con palabras bonitas... Que si te molesto un poquito pero te dejo correr, que si inscríbete a esta carrera que no me vas a notar, que no te preocupes que lo nuestro es temporal, que no quiero nada serio, que si dejas de entrenar unos días y me los dedicas me voy por donde he venido ¡Todo mentira! ¡Falsa, más que falsa!

Comenzamos a salir días después del Medio Maratón de Alcorcón y para el Trofeo Akiles nuestra relación se había consolidado. Yo te daba cuidados. Te mantenía calentita con mis mallas largas, te masajeaba con cremas dos veces al día y seguía cargando las piernas de kilómetros. El Medio Maratón de Guadalajara supuso un punto de inflexión. Decidí poner fin a lo nuestro. Tenía que elegir entre tú y las carreras.

Primero me dirigí a un traumatólogo. Dijo que eras una Distensión Ligamentosa y me aseguró que con diez días sin correr conseguiría librarme de ti. Se equivocó. No sabía que eres muy persistente. Paré diez días y percibí que, si bien nuestra relación se había enfriado, todavía no estaba finiquitada. De “motu propio” alargué el parón diez días más.

Tras veinte días sin correr y cuando pensé que todo había acabado intenté empezar a trotar de nuevo. Pero… ¡Oh sorpresa! Volviste con fuerza.

Ante esta situación, confié nuestro futuro a un fisioterapeuta. Exploró con atención la zona afectada y te cambió el nombre. Según él, tu nombre real es Tendinitis Poplítea y la forma de poner punto final a nuestro ya largo idilio pasa por diez sesiones de rehabilitación, frío tres veces al día, estiramientos y seguir sin correr durante dos semanas.

Hoy mismo he comenzado a poner en práctica las indicaciones del fisio. Seguro que cuando leas esta carta tu enfado será mayúsculo y, además de hacerme perder los previstos medios maratones de Getafe y de Fuencarral (ya lo he asumido), harás todo lo posible para que no llegue al MAPOMA.

Veremos como acaba todo esto.

Nunca tuyo