sábado, 21 de julio de 2012

XIII Medio Maratón de El Burgo de Osma

Extraída de www.caparevacos.es . Pertenece a la edición 2011
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El sábado pasado tocaba volver a lo que ya se ha convertido en un clásico veraniego arganzniano: el XIII Medio Maratón de El Burgo de Osma. Desde que lo descubriera en 2009, no ha habido año que haya faltado. Y ya van cuatro.

Dado que en este tiempo he dejado varias crónicas de mis anteriores participaciones en él, esta vez no haré mucha referencia a la carrera en si. Aviso por si alguien busca una descripción exhaustiva de la prueba que sepa que no la encontrará aquí.

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1. Desde San Lorenzo…

Después de tomar parte en el de San Lorenzo de El Escorial, el medio maratón de la bella localidad soriana suponía la vuelta a la competición. Habían pasado cuatro largas semanas entre ambas citas. En la primera seguí entrenando sin ganas y un poco desanimado. No acababa de encontrarme bien, un nuevo dolor de espalda me tenía jodido y las dos últimas carreras me habían mostrado mis carencias dejándome en unos índices de ánimo similares al crecimiento de la economía española en los últimos semestres.

Aprovechando un periodo vacacional, los doce días siguientes fueron de parón atlético total. Me olvidé de correr. Me hacía falta un descanso físico y mental. No tenía sentido salir a trotar para pasarlo malamente en vez de disfrutar, ni era lógico seguir intentando recuperarme sin parar de entrenar, máxime cuando no tenía ningún objetivo próximo en fechas. Total que no me calcé las deportivas en ese tiempo esperando que el barbecho correril obrara en mí efectos positivos.

Los últimos nueve días previos a la visita a El Burgo de Osma retomé los entrenamientos. Aunque persistían algunas molestias de espalda (ya tengo hora para el médico) y asumiendo que las piernas notaban la inactividad, las sensaciones eran mejores que en los entrenos previos al descanso. Sabía que en El Burgo no iba a estar para grandes fiestas, lo cual no me importaba lo más mínimo, pero tenía la incertidumbre de si la espalda no se resentiría de nuevo al meterme entre ella y el pecho un medio maratón con tan poco margen desde el reinicio de la actividad. Y ¿Qué mejor forma de solventar la incógnita que probándome?

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2. … a El Burgo de Osma

En esta ocasión la excursión a tierras castellanoleonesas no fue con la family sino con Bruce, quien a los asiduos visitantes de este blog ya os sonará pues he compartido con él no pocas carreras. De hecho, nuestra relación runeril viene ya de largo y es muy estable, aunque últimamente se está tambaleando. La razón es muy sencilla: durante mucho tiempo he sido yo el que en la mayoría de los casos alcanzaba la meta antes que él, pero desde hace unos meses tiene la desfachatez y la fea costumbre de ganarme constantemente ¡Y por ahí no paso! Pero bueno, esa es otra historia que si viene al caso ya contaré otro día…

Llegamos a El Burgo unos noventa minutos antes de la hora prevista para el inicio de la prueba. Lo primero que hicimos fue retirar el dorsal, junto con el que nos entregaron una camiseta técnica bastante aparente y una botellita de vino D.O. Ribera del Duero más aparente todavía. Después paseíto por el centro histórico y, como buen animal de costumbres que soy, visita a la tienda de Vega Ucero para hacer acopio de miel. Cayeron cuatro kilos de tan exquisito manjar, tres de romero y, a falta de eucalipto (“agotada a causa de la menor producción obtenida este año” el Sr Tendero dixit), una de mil flores.

El Sr Tendero es un hombre dispuesto, de verbo fácil, que enseguida te explica con detalle las características de los productos que vende y que puedan interesarte. Me dijo que me recordaba de años anteriores (¿?) y me preguntó por si era mía la autoría de un comentario vertido en un foro atlético de la red sobre la miel comprada allí. Le dije que sí había mencionado su rica miel en internet, pero que no sabía si el comentario que había leído él era el mío. En cualquier caso y para que en 2013 no haya duda cuando nos volvamos a encontrar, dejo aquí un peazo eslogan que, a tenor de los cienes y cienes de personas que leen este blog, revitalizará su negocio e incrementara sus ventas:

“Productos Vega Ucero, los mejores del mundo entero”

Depositadas las mercancías adquiridas en el coche, nos vestimos allí de romanos para dirigirnos a la salida. Bueno por ser más precisos en esta ocasión más que de romanos nos pusimos la indumentaria de arévacos ¿Y por qué de arévacos os preguntaréis? Muy fácil. Estos señores pertenecían a una tribu prerromana de la familia de los celtíberos, que se ubicó entre el Sistema Ibérico y el valle del Duero, lindando al oeste con los vacceos. Entre sus asentamientos estuvo el de Uxama, en cuyo lugar (o muy cerca) ahora se levanta El Burgo de Osma. ¡Veis como todo tiene explicación!

Extraída de http://www.burgodeosma.com/
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Volviendo al que debería ser el tema central de esta entrada, a escasos diez minutos para el comienzo de la carrera ya estábamos en la Plaza Mayor, lugar donde se ubicaba la salida y que poco a poco iba ganando en animación. Allí saludamos a Jose y Guille integrantes del club "La Fundi", quienes también se habían desplazado hasta El Burgo para disfrutar de un buen fin de semana que incluía entre sus actividades programadas despacharse veintiún kilómetros de carrera. Mientras los participantes calentábamos los músculos calleabajocallearriba, los gran cantidad de familiares, amigos, curiosos, lugareños, turistas, invitados a bodorrios, comerciantes e incluso algún abelantón (un clásico de esta carrera), iban ocupando los márgenes de la Calle Mayor.

A las 19:30h ya todos nos encontrábamos convenientemente apelotonados tras la pancarta de salida. El ambiente que se respiraba era, como todos los años, fenomenal. Además la meteorología parecía hacerse aliado con nosotros pues corría una vientecillo fresco nada molesto (incluso agradable diría yo) y el calor no era ni de lejos tan agobiante como en ediciones pretéritas. Esta vez no hubo disparo al aire, sino que un inesperado grito de “¡ya!” a pleno pulmón, fue la señal para que nos pusiéramos en marcha.

El recorrido era el mismo que en otras ocasiones, así es que como ya lo he descrito en anteriores crónicas de la misma carrera no voy a cansaros más de la cuenta repitiéndolo. La primera vuelta, la más larga (alrededor de ocho kilómetros), la hice a un ritmo conservador por lo que pudiera pasar más adelante. Bruce me acompañó hasta casi el final del primer giro, pero en cuanto aceleró un poco opté por no seguirlo. En la segunda vuelta fue cuando mejor me encontré. Aunque no era para tirar cohetes, iba cómodo y me permití incrementar un poco la marcha adelantando a no pocos corredores. En el tercer y último giro mantuve el tipo, aunque noté un bajón en las piernas debido a la inactividad de las semanas previas. Al final acabé en 1:40:17, el 190 de los 345 llegados a meta. Pero más allá de las cifras lo mejor fue que, quitando el comprensible dolor de patas, recuperé las buenas sensaciones que no había tenido en los dos últimos medios maratones anteriores. Contento pues.

Por último no quiero olvidarme de dar las gracias a la organización que, a pesar de los tiempos que corren y de las dificultades que han tenido superar para poder ofrecernos una nueva edición de esta prueba, rayó a gran altura. Mi agradecimiento es extensivo a la gran cantidad de voluntarios que nos ayudaron y atendieron (adultos y, sobre todo, adolescentes y niños) y a todos los burgenses que nos volvieron a acoger con los brazos abiertos. Muchas gracias a todos.

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El epílogo agradable a una buena tarde fue la vuelta en coche a Madrid, sobre todo el tramo hasta alcanzar la A1 allá por Cerezo de Abajo. Todos los años disfruto mucho esos kilómetros viendo esconderse al sol y a la noche cubrir poco a poco los campos de Castilla. Además esta vez en la radio nos acompañó el programa de RNE “Un verano de vinilo”. Para quien no lo conozca (yo no sabía de él hasta el sábado pasado), el programa presentado por Gonzalo Vicente hace un repaso de las canciones que ocupaban los veinte primeros de las listas de éxitos en la misma semana que se emite pero de años pasados o muy pasados.

Casualmente la emisión de ese día estaba dedicada a la segunda semana del mes de julio del año en el que Bruce a mí nos nacieron (¡aunque yo parezca mucho más joven que él!). Así pudimos escuchar como Camilo Sexto, Tony Ronald (Lady Banana), Nino Bravo (“América”) o Fórmula V (“Eva María se fue”) interpretaban canciones que seguramente ya oímos en nuestro primeros meses de vida, lo cual explicaría muchas cosas. Curioso, muy curioso.

Por cierto, Bruce me sacó casi dos minutos de ventaja en meta. Pero eso es otra historia ¡Que se haga un blog y lo cuente él!

Sed felices e hidrataos convenientemente estos días.

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En capítulos anteriores

6 comentarios:

fosete dijo...

Buena carrera por todo. La corrí en 2010 y no he podido repetir.
La miel está muy rica y tambien es muy buena.

Guillermo dijo...

Siempre te buscas las carreras más guapas.

Dale duro!

Salu2
G

yonhey dijo...

Buena carrera, 1:40 allí a mí me parece muy buen tiempo, mucho más si se viene de un pequeño parón.
Enhorabuena y salu2

NACHO dijo...

Aúpa¡¡¡
Me alegro de que las molestias vayan desapareciendo poco a poco¡¡
Lo de la miel lo tendremos en cuenta si visitamos esos lares..

Ruben "Vega Ucero" dijo...

Desde "Vega Ucero" te damos las gracias por tus amables y gratificantes comentarios, muy simpáticos por cierto. De vez en cuando es muy satisfactorio recibir este tipo de "alagos". Gracias también a Fosete por su comentario. Al año que viene, cuando nos volvamos a ver, tendremos muy en cuenta vuestra amabilidad. Un abrazo y Gracias amigo.

Arganzboy dijo...

El año que viene espero volver a correr y a hacer acopio de rica miel ;-) Nos veremos. Un saludo