miércoles, 23 de mayo de 2012

VIII Medio Maratón Ciudad de Almagro

Un, dos, un, dos... (Foto cortesía de la organización)
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Con lo ordenado que soy yo para mis cositas, este blog se está convirtiendo en un despiporre ajeno a mi voluntad. O casi. Esta vez voy a contribuir un poco más al desorden narrando mi experiencia en el VIII Medio Maratón Ciudad de Almagro en el que participé el pasado domingo. La historia no tiene nada de particular, salvo que su inclusión ahora descojona completamente la relación temporal que hasta hace unas fechas existía entre las pruebas que un servidor corría y los tochos posteriores con los que martirizaba a la audiencia (¿o debería decir "leencia"?). Tengo pendiente en un documento word por ahí perdido el esbozo de la crónica del Rock’n’Roll Madrid Maratón celebrado ya hace más de un mes. Estoy escribiendo a ratos mis impresiones del encantador XI Medio Maratón Senda del Oso del que disfruté hace dos fines de semana (este pasado no, el anterior). Y resulta que publico mi visión de la última carrera en la que he participado hace poco más de cuarenta y ocho horas. Pues nada. ¡Viva la madre superiora! Es lo que hay y lo que me piden cuerpo y mente, así es que ahí va.

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Visto desde la perspectiva del proyecto “Un país en mi mochila”, estos primeros cinco meses del año en curso tienen acento castellanomanchego y, sobre todo y concretamente, ciudadrealeño. No en vano con el de Almagro del pasado domingo son ya tres los medios maratones en los que he participado en esta provincia en lo que llevamos de 2012. Y la verdad es que, como posiblemente no podría ser de otra manera, los tres presentan grandes similitudes entre ellos. Por esta razón si avanzáis en la lectura de las siguientes líneas podréis comprobar que muchos aspectos de los narrados coinciden con lo relatado en las anteriores crónicas de las pruebas de Valdepeñas y Bolaños de Calatrava.

El VIII Medio Maratón Ciudad de Almagro estuvo organizado por la Concejalía de Deportes del Ayuntamiento en colaboración con el club de atletismo Almagro Trotón Club y se incluyó en el Circuito Provincial de Carreras de Ciudad Real 2012. Como en los otros dos medios maratones previamente referidos, la prueba tenía ubicada su salida y su llegada junto al Pabellón de Deportes de la localidad. En el interior de las instalaciones se pudieron recoger el dorsal y el chip, se habilitó el ropero para el que lo necesitara y se pusieron los vestuarios y duchas a disposición de los participantes. Allí al lado también se pudo aparcar sin problemas en una zona destinada a tal menester.

La mañana era bastante desapacible. Alrededor de 9ºC marcaba el termómetro del coche a mi llegada, pero la sensación térmica era bastante menor debido a unas desagradables rachas de frío viento que por allí soplaban. Además unos nubarrones grises oscuros casi negros que, aunque numerosos, no eran muy compactos, amenazaban con pegarnos un remojoncillo de vez en cuando. Así las cosas, elegí correr con un ligero chaleco cortavientos que me he agenciado con vistas a futuras participaciones en pruebas de montaña y que me vino muy bien durante buena parte de la carrera, aunque me sobró en los ratos en que Lorenzo consiguió brillar entre la masa de nubes.

La salida estaba prevista para las 9:30h. Unos minutos antes pude saludar y tener una corta charla con Yonhey y Crusti con los que coincido en no pocas carreras (aunque a Crusti era la primera vez que lo saludaba en persona) y cuyos blogs os recomiendo. Además de nosotros tres, aproximadamente otros quinientos ochenta corredores más que también se habían citado para dar un rulo mañanero por las calles almagreñas, calentaban y estiraban sus músculos por la cercanías. Todos juntos en buena armonía comenzamos a correr sin apelotonamientos ni apreturas tras el disparo un tanto “light” (apenas sonó o yo al menos casi no lo oí) realizado a tal efecto.

Con Crusti y Yonhey antes de la salida (Photo by Organization)
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La estructura del recorrido era muy similar a la de los medios maratones bolañego y valdepeñero: una pequeña vuelta inicial por las proximidades del polideportivo y dos vueltas más amplias a lo largo de toda la localidad. En el caso de Almagro, el primer giro tenía una longitud aproximada de tres mil metros por los nueve mil de cada una de las vueltas del circuito largo. El perfil era prácticamente llano en su totalidad, solo salpicado por alguna pendiente de muy ligera inclinación y no muy larga. La superficie por la que se transitaba era mixta, no de jamón y queso (¡festival del humor!) sino una combinación de asfalto puro y duro, de adoquinado en su versión canto rodado (o rolling stone para los angloparlantes) y de camino de tierra monda y lironda.

La parte más bonita y atractiva era sin duda la que atravesaba el centro histórico. Destacaba el paso por su curiosa Plaza Mayor, de planta rectangular irregular y de dos pisos, en cuyo número dieciocho se emplaza el famoso Corral de Comedias, declarado monumento nacional en 1955. También eran dignas de interés las imponentes fachadas de las casas solariegas hidalgas. Esta zona se cruzaba aproximadamente en el segundo tercio de cada una de las vueltas largas y buena parte de su firme era de empedrado. De éste último guardo un muy buen recuerdo dos días y medio después en forma de molestias en las plantas de los pinrrelillos.

La zona de tierra se encontraba cerca del final de cada una de las vueltas. Aproximadamente alrededor de los kilómetros ocho y diecisiete se abandonaba el casco urbano para internarse en una carretera en pleno campo que posteriormente se transformaba en camino de tierra antes de volver a la “civilización”. Según las señales, la última parte de este segmento formaba parte de la conocida como Ruta del Quijote.

En lo que se refiere a la organización, se puede decir que cumplió perfectamente. Avituallamientos con agua cada cinco mil metros, alguno adicional con frutas partidas (no sé si espontáneo), puntos kilométricos señalados, tráfico perfectamente regulado y los de la Peña Ciclista Lolo Sanroma y Recorrecaminos Almagro MTB intercalados con sus bicis entres los participantes repartiendo agua y glucosa a quien lo solicitara. En meta una camiseta y una bolsa con un montón de “chuches”: botella de vino, bollito relleno de chocolate, barrita también de chocolate, un zumo, una botella grande de bebida isotónica y tres piezas de fruta. Cuando llegué a casa, mi contraria dudaba de si me había ido a correr o había bajado al super a hacer la compra.

Pero más allá del contenido de la bolsa, hay que destacar el avituallamiento recibido al final de la carrera. Junto a la meta se había habilitado una pequeña carpa donde poder degustar una cervecita (no me la bebí porque había que conducir de vuelta a Madrid), unas típicas berenjenas de Almagro y unas rebanadas de pan con aceite, chorizo y salami. Todavía al escribirlo se me hace la boca agua.

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En cuanto a mi participación, la cosa acabó sobre lo previsto aunque empezó un poco torcida. Como ya ocurriera en Azuqueca de Henares hace quince días, me costó encontrar el ritmo al principio. Las piernas no iban y volví a tener esa sensación de hambre que ya me asaltó en el medio maratón azudense. A partir del kilómetro siete el cuerpo se regularizó, encontré un ritmo cómodo y de ahí en adelante todo fue según el guión previsto. Al final entré en meta bajo las primeras gotas de un chaparrón en un tiempo neto de 1:37:29 y ocupando el puesto 265 de los 574 llegados a meta. En mi línea.

Resumiendo, que el VIII Medio Maratón Ciudad de Almagro resultó ser una carrera con muchas similitudes a las otras dos que este año he disputado en tierras ciudarealeñas. Bien organizada, buen ambiente, número de participantes adecuado para no correr ni solo ni agobiado, con relativo apoyo de los vecinos, de circuito cómodo en su perfil y variado en su superficie, ….vamos, que sabiendo a lo que se va es bastante recomendable.

Y el próximo domingo toca volver a Castilla la Mancha, esta vez a Jadraque. Espero no obstante contaros antes algunos apuntes del XI Medio Maratón Senda del Oso.

Hasta entonces sed felices…o al menos intentadlo.

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2 comentarios:

yonhey dijo...

Buen tiempo Iván, la media está bien y no se llega a hacer aburrida pese a las 3 vueltas, una de ellas mini, aunque el aire fue un poco incordiante en algún tramo.
Yo si degusté unas cervecitas, con el embutido y las berenjenas, y después a Madrid sin problemas.
Me alegro de haberte podido saludar de nuevo, y suerte en Jadraque.

Arganzboy dijo...

Si estuvo bien, si. Lo de las berenjenas y el pan con aceite y chorizo, un puntazo. Que vaya bien por la montaña turolense. Nos vemos pronto por alguna carrera de España :-)