La foto es cortesía de Amable Pascual |
I. León, uno nuevo para la colección
Al quinto medio maratón del año llegó la primera novedad. Hasta ahora todo había sido volver a participar en carreras ya conocidas, pero el III Medio Maratón Ciudad de León ha supuesto mi primer debut mediomaratoniano del 2011. Ya estuve inscrito en la edición del año pasado, pero finalmente el periodo de barbecho forzado por la sesamoiditis me dejó fuera. En esta ocasión he podido desquitarme y con muy buen sabor de boca, aunque con cierta pesadez de estomago (es lo que tiene ponerse gocho a cecina, morcilla, chorizo y otras hierbas): he sumado un nuevo medio maratón a mi cuenta, un nuevo lugar corrido al proyecto “Un país en mi mochila” y una nueva visita a una ciudad a la que siempre me gusta volver.
Os dejo con mi disección de la carrera. Espero que os sea de utilidad.
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II. La organización. Más alla de lo correcto
La organización del III Medio Maratón Ciudad de León corrió a cargo de la Concejalía de Deportes del Excelentísimo Ayuntamiento de León, en colaboración con el Club Sprint Atletismo León y la Delegación Leonesa de Atletismo. A priori, el hecho de que el gran peso de poner en pie la carrera recaiga en la Concejalía de Deportes de cualquier consistorio es una punto muy favorable, pues lógicamente contará con el respaldo del Ayuntamiento, conseguirá los permisos y medios necesarios sin grandes problemas y podrá incluso implicar o concienciar a gran parte de la ciudadanía. Estas premisas parecieron cumplirse, pero sería injusto quedarse ahí. El éxito de la organización fue mucho más allá.
En lo que se refiere a la prueba en sí, todo fue casi perfecto. La inscripción pudo hacerse, además de en lugares presenciales, a través de internet. El día antes del medio maratón se montó una pequeña feria del corredor (tres o cuatro stands) en la que se podía recoger el dorsal personalizado con nombre y nick, el chip, la camiseta técnica y un par de calcetines. También se daba la posibilidad de que todo ello fuera retirado por los participantes el mismo domingo hasta una hora antes del comienzo de la carrera.
La zona de salida estuvo dividida en distintos cajones de acuerdo a los tiempos finales estimados a emplear por cada participante. A tal efecto, los dorsales habían sido impresos en distintos colores según la marca que cada uno de los corredores había indicado a la hora de inscribirse, de manera que en cada segmento debían colocarse los portadores de los dorsales de uno u otro color. Como siempre pasa, dejar esta acción en manos de la buena educación de lo inscritos es una guerra pérdida: la mayoría de nosotros nos colocamos donde nos dio la real gana, sin respetar las instrucciones de los organizadores ni el cívico comportamiento de los que si las acataron correctamente.
El mayor defecto organizativo de toda la carrera fue lo angosto de la salida y, sobre todo, el estrechamiento que se producía apenas cien metros después del comienzo y que llevaba al pelotón de atletas populares a “echar pie a tierra” y andar durante unos metros hasta superar el cuello de botella. Es este un punto que la organización debería tener en cuenta de cara a próximas ediciones y que creo podría solventarse trasladando la salida unos metros más atrás o unos metros mas adelante a la Avda Fernández Ladreda o bien al Paseo de Papalaguinda.
Desde allí a meta todo perfecto. Alfombra lectora de transpondedores (alias “chips”) en la salida, a los diez kilómetros y en la llegada. Avituallamientos bien atendidos y surtidos de agua cada cinco kilómetros. Recorrido totalmente cerrado al tráfico y sin ninguna incidencia, al menos hasta donde yo pude ver. Circuito con la distancia homologada y con los puntos kilométricos correctamente señalizados. Liebres globeras para distintos ritmos. Calles lo suficiente anchas para absorber a la masa de participantes y poder correr sin agobios. En resumen, todo lo que se puede pedir para un correcto desarrollo y disfrute de la carrera.
La llegada ubicada en el Estadio Hispánico fue una gozada. Tras devolver el chip y recoger la bolsa con barrita energética, bebida isotónica, mantecada, pieza de fruta y botella de agua, el buen tiempo reinante y el césped del polideportivo animaban a quedarse allí sentado estirando los músculos y disfrutando del ambiente. Se daba también la posibilidad de utilizar las duchas y los vestuarios del polideportivo, el guardarropa allí instalado y los servicios de fisioterapia.
Pero quizás lo más llamativo y de agradecer es que la organización no se quedó solo en lo que es propiamente la competición sino que cuidó “los alrededores”. Así, para alguien que llegaba como visitante a la ciudad era curioso ver que en muchos comercios colgara el cartel anunciador del medio maratón y que en otros (en el hotel donde nos alojamos por ejemplo), estuviera pegado el plano del recorrido anunciando los cortes de tráfico previstos. En estos "alrededores" a los que hacía referencia, también hay que destacar que los organizadores, desde hace meses, han mantenido un blog en la red en la que ha ido publicando todas las novedades de la carrera y desde el que ahora, una vez celebrado el evento, animan a que se les envíen fotos y comentarios para compartirlos con todos. También quedaría encuadrado en este ámbito el hecho de recibir un sms en tu teléfono móvil solo unos pocos minutos de haber alcanzado la meta con tu tiempo y clasificación.
En definitiva, un gran éxito organizativo tanto en los aspectos técnicos como de cuidado al corredor.
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Photo by Little Arganzboy |
III. Recorrido. El perfil, el atractivo y la animación.
En lo tocante al recorrido, el análisis se puede hacer desde distintos puntos de vista. Si se centra en lo que al perfil se refiere, el III Medio Maratón Ciudad de León fue una carrera fundamentalmente llana, sin apenas desniveles de importancia, salvo dos o tres cuestas de corta longitud. Para los que estamos acostumbrados a sufrir en nuestras piernas la orografía madrileña, la prueba leonesa fue en este aspecto muy llevadera.
Desde la óptica del atractivo turístico, el circuito elegido visitó muchos de los puntos de interés de la ciudad leonesa. El Parador (Monasterio) de San Marcos, la Casa Botines, el Palacio de los Guzmanes o la Catedral son algunos de los monumentos que pudieron contemplarse durante la carrera. Bien es cierto que, dado el tamaño de León y que se daba una única vuelta al circuito, fue inevitable que parte de la carrera transcurriera por las afueras de la ciudad o por barrios de menos encanto arquitectónico o monumental del que pudiera tener el casco viejo.
Si nos fijamos en la animación, los puntos de mayor concentración de espectadores fueron el Estadio Hispánico, tanto en la salida como en la llegada y el paso por el centro histórico monumental. En estas zonas es donde se dieron cita principalmente los familiares y los acompañantes de los corredores. En el resto del transito por el casco urbano aunque no en gran número, siempre hubo leoneses aplaudiendo en las aceras. Las zonas de las afueras fueron la que carecieron de cualquier tipo animación.
Hacer referencia también a la “animación interna”. Con alrededor de dos mil participantes, se pudo correr sin agobios pero siempre rodeado de otros corredores y en un ambiente de buen rollo multiprovincial.
Sin entrar en mucho detalle ni precisión, el circuito puede dividirse en varios tramos. El primero comprendería desde la salida hasta la Plaza de San Marcos. Son aproximadamente tres kilómetros que transcurren por calles céntricas, con la animación de paseantes y curiosos y que sirven para ir encontrando el ritmo y el puesto de cada uno en la carrera. La segunda parte sería la U formada por la Avda de los Peregrinos, la Calle Unicef, que incluye una de las pocas cuestas del recorrido, y la Carretera de Carbajal que devuelve al centro de la ciudad. Son alrededor de cuatro mil metros por una zona residencial de chalets y edificios bajos en la que la apenas se puede encontrar a nadie en las aceras. Es la parte más aburrida del recorrido.
El tercer tramo llevaría hasta el kilómetro quince. Visita de nuevo el centro de la ciudad e incluye el tránsito por el centro histórico monumental, sin duda los hectómetros más bonitos y animados de toda la carrera. Los siguientes tres mil metros se internan en su gran parte en el Parque de la Granja a través de un camino asfaltado. Es una zona solitaria pero muy agradable. Desde allí una calle que cruza una zona a medio urbanizar devuelve la carrera al centro urbano donde tienen lugar los aproximadamente últimos dos kilómetros con una gran afluencia de público y que culmina en el abarrotado y festivo Estadio Hispánico.
Llano, variado y en general animado. ¿Alguna propuesta mejor? ¿Quizás hacer un circuito más corto por la zona urbana y darle dos vueltas? No sé. A mí, sin conocer mucho la ciudad, me pareció que estuvo bastante bien.
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IV. Yo. La caída en la tentación
Como ya avance en la anterior entrada, mi intención era bajar los ritmos en éste y en el próximo Medio Maratón de Segovia. Más cuando en el caso de León, la carrera iba ir acompañada de un fin de semana turístico, lo que implicaba una cuantas horas de coche, una buena paliza a andar el día previo a la carrera, descontrol con las comidas (y los postres) y menos horas de descanso.
Como ya avance en la anterior entrada, mi intención era bajar los ritmos en éste y en el próximo Medio Maratón de Segovia. Más cuando en el caso de León, la carrera iba ir acompañada de un fin de semana turístico, lo que implicaba una cuantas horas de coche, una buena paliza a andar el día previo a la carrera, descontrol con las comidas (y los postres) y menos horas de descanso.
Con esa idea encaré los primeros kilómetros, tranquilo, a una marcheta que aunque cómoda, hacía notar el cansancio acumulado en las piernas los días anteriores. Así continué durante los primeros ocho mil metros. A partir de ahí comencé a animarme, pasando por el kilómetro diez con un tiempo neto de 0:46:11 o lo que es lo mismo a 4:37 min/km. La gran cantidad de gente que se congregaba aplaudiendo y animando junto a la catedral me dio alas y...¡caí en la tentación! Avivé el ritmo y empecé a adelantar plazas fácilmente y de forma continua. A falta de unos cinco mil metros para la llegada divisé a lo lejos el globo que marcada el ritmo de 1:35:00 y aceleré aun más. Lo adelanté en las cercanías del dieciocho y de allí en adelante intenté mantener a duras penas la marcha hasta alcanzar la meta en 1:34:01 (4:28 min/km). Total, que si no me equivoco los once kilómetros finales los hice a 4:21 min/km por los 4:37 min/km de los primeros. Burrito que es uno.
Las consecuencias no se hicieron esperar y ya nada más acabar la carrera tenia un buen dolor en la parte posterior de la rodillas (más o menos en la parte superior del hueco popliteo) que fue a más cuando se enfriaron los músculos. De momento parece que con el paso de los días, la molestia está remitiendo.
La foto es cortesía de FranChu |
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V. Conclusión
El Medio Maratón Ciudad de León es una carrera muy recomendable por muchas razones. Está muy bien organizada, el trato al corredor es exquisito, hay un gran ambiente, tiene un buen recorrido para intentar asaltar la marca personal de cada cual y, sobre todo, es una excelente excusa para disfrutar de un fin de semana turístico con la familia gozando de los encantos culturales, históricos, naturales y gastronómicos de León y de las localidades cercanas.
Así parecieron entenderlo gran parte de los participantes provenientes en un alto número de la cornisa norte (Asturias, Galicia y País Vasco) y de otras lugares de Castilla León.
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VI. Curiosidades y agradecimeintos
Agradecimientos:
i) A Kurty. Gracias por acercarte a saludarme y encantado de conocerte. Espero que la carrera te fuera muy bien.
ii) A todos aquellos que estuvieron haciendo fotos de forma desinteresada y que luego las han publicado para que tengamos un bonito recuerdo de nuestra participación en la carrera.
iii) A los que han hecho posible la carrera y en general a toda la ciudad de León.
Curiosidades:
iv) Manda narices que con todas la cosas que vimos, el principal recuerdo de mi hijo sea la zona lúdica de la hamburguesería esa del payaso Ronald McDonald. En fin, supongo que es lo propio de un infante que no llega a los cinco años de vida
v) Manda más narices todavía que el Pequeño Arganzboy, al que le dejamos una camara de fotos pequeña y machacada por el uso, haga mejores fotos de la carrera que su señora madre con la cámara reflex. En la próxima carrera ya hemos quedado en que se cambiaran las máquinas.
That's All Falks ¡Hasta la próxima!
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2 comentarios:
Como pretendas hacer turismo por Segovia al mismo ritmo, que te den.
Mola la carrera. Me la apunto para el año que viene.
Fdo.: El Bruce.
¡Hombre, D.Bruce!
No que va, a Segovia prometo que voy a ir "de tranqui". Más que nada porque estoy un pelín machacado.
La de León está muy bien y es muy recomendable. Además hizo un día soleado y agradable. Un lujo.
Nos vemos el domingo
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