I. La jodienda con encanto. Podría definirse este medio maratón como una carrera exigente con tramos por asfalto y por tierra. Esto sería lo sencillo y lo cómodo, pero quizás llevaría a equivocos en cuanto a lo que es realmente. Trataré de explicar en las próximas líneas por qué para mí ha sido de los medios maratones más duros que he corrido.
La segunda razón ha sido mi desconocimiento de la prueba. Al tratarse de la segunda edición y de mi primera participación en ella, no disponía de muchas referencias sobre la carrera. Así, mi intención primera era la de participar con la idea de hacer un rodaje largo con dorsal, sin pretensiones, sin machacarme en exceso. Esperaba sufrir lo mínimo posible y acumular kilometros de cara al MAPOMA. Craso error.
Pero sin duda alguna el factor más importante ha sido el recorrido. El que la carrera comenzara con una subida de alrededor de quinientos metros que volvía a bajarse inmediatamente después no era algo casual, era una declaración de intenciones en toda regla. Cuando en anteriores crónicas he mencionado que tal carrera o tal otra eran continuos toboganes rompepiernas es porque no conocía “la Tragamillas”. Esta SI que es un verdadero ROMPEPIERNAS. De hecho creo que si buscas en el diccionario las acepciones de la palabra rompepiernas una de ellas reza del siguiente modo: “Dícese del Medio Maratón celebrado en la madrileña localidad de Collado Villalba”. La carrera es una sucesión de subidas y bajadas, pero no de cuestas largas y tendidas, sino de desniveles cortos en longitud pero de gran pendiente.
Y ¿Qué decir de los tramos de tierra? Yo pensaba que eran más o menos llanos y bien nivelados. Otro craso error. Eran tramos que nada tenían que envidiar a los de las más duras pruebas de cross. Destacar entre ellos los aproximadamente dos kilómetros que transcurren por “El Coto”, sin duda alguna los más duros (también los más bellos) de toda la prueba. Es este un trozo digno de una carrera de montaña, con caminos estrechos, llenos de piedras, con firme irregular, con cuestas cortas pero con un inclinación de no te menees y del que uno tarda un buen rato recuperarse. Sólo ha faltado que saliera un jabalí de entre la maleza y me hubiera dado por el culo (perdón por la expresión).
Refuerza mi idea sobre la exigencia del recorrido los comentarios que he leído de otros participantes en los distintos foros de atletismo y, sobre todo, una prueba palpable e indiscutible: durante los últimos tres mil metros he adelantado por lo menos a siete u ocho participantes que iban andando (uno incluso estaba vomitando) , circunstancia que no recuerdo haber visto en ningún medio maratón (si en maratones) y menos cuando se trataba de corredores que llevaban un tiempo para acabar en la parte media de la clasificación.
En cualquier caso, y a pesar de la dureza, el recorrido tiene una gran belleza. El propio Coto, la Dehesa, la travesía por el centro del viejo Collado Villalba y las vistas de las cumbres cercanas con sus picos coronados por pequeñas manchas blancas de nieve son claras muestras de ello.
II. Los jodientes eficientes. La organización de la carrera merece un notable alto. La recogida de dorsales y chips se ha hecho de forma rápida y sin colas. La presencia de voluntarios ha sido muy amplia y eficaz. Gran animación en la salida y en la llegada (música, exhibición de los bomberos y presencia de las “triunfitas” Edurne y Verónica). Asistencia en carrera a través de voluntarios en bicicleta. Puntos kilométricos bien señalizados. Bolsa del corredor bien surtida con camiseta técnica incluida. Final de lujo en la moderna pista de atletismo, con césped para poder quedarse un ratillo estirando los maltrechos y doloridos músculos.
Para llegar al sobresaliente creo que deben mejorarse algunos aspectos. Quizás el más importante sea que, dada la dureza de la carrera y las altas temperaturas de esta mañana (alrededor de 20º), el número de avituallamientos ha sido escaso. Hubiera sido mejor haber situado puestos de agua cada cinco kilómetros y no sólo en los kilómetros siete, quince y ¿dieciocho?. Aunque de menor importancia, también sería buena idea la instalación de alfombrilla para la lectura de chips en la salida, lo que daría la posibilidad de conocer el tiempo neto empleado.
Mención especial para los animadores que estaban ubicados en la entrada del túnel ofreciendo un avituallamiento muy peculiar, consistente en una gran oferta de bebidas alcohólicas. No sé a ciencia cierta si pertenecían a la organización, pero si no es así, deberían pensarse si meterlos en nómina.
Conclusión: Teniendo en cuenta que se trata de una prueba que está en sus primeros años de vida, la organización puede considerarse como muy buena. Hay algunos aspectos mejorables que posiblemente se deriven de la juventud de la carrera y que, gracias a la buena predisposición de los organizadores, seguro que son solventados en próximas ediciones.