jueves, 3 de febrero de 2011

El maratón ¿matutino o nocturno?

Artículo de Juan Mora publicado en Corricolari (Mayo 2001)
 
Haciendo limpieza de las cosas que todavía permanecían en casa de mis padres, he encontrado una caja llena de revistas “Corricolari” de los años 2000 y 2001 (¡cuando la odisea en el espacio!). Echándolas un vistazo me he dado de bruces con un interesante artículo de Juan Mora publicado en el número de mayo de 2001. El texto tenía por título “¿Para cuando un maratón nocturno?” y en él argumentaba que el rendimiento que nuestro organismo ofrece es muy superior a última hora del día que nada más levantarse.

Según Mora, “recién levantados, el rendimiento nunca es óptimo. Nos cuesta arrancar, porque el cuerpo tarda en despertarse”. Por eso los atletas que hacen dos sesiones de entrenamiento ruedan por la mañana y reservan la tarde para hacer el trabajo de calidad. También por eso, además de por temas televisivos y publicitarios, las finales del atletismo de los grandes eventos se programan a última hora de la tarde o primera de la noche.

Hace ya una década, Mora defendía la celebración de un maratón nocturno porque tendría varias ventajas respecto a los tradicionales maratones matutinos. En primer lugar, se llegaría más descansado. Los maratones tradicionales suelen estar programados para primera hora de la mañana (alrededor de las 9:00 A.M. normalmente) Esto supone pegarse un buen madrugón, que normalmente suele ir precedido de una noche en la que es complicado conciliar el sueño.

En segundo lugar los participantes llegarían mejor alimentados. Cuando se afronta un maratón matutino se desayuna de forma más bien ligera para evitar los problemas que pudiera acarrear una digestión larga y pesada. Sin embargo “ese día necesitamos estar más y mejor alimentados que nunca ¿Qué mejor que correr el maratón después de haber desayunado con normalidad y tras un comida, si bien no muy abundante, si todo lo rica en hidratos como queramos? La única precaución sería adelantar algo la hora de la comida”.

El tercer factor sería la climatología. Según avanza la mañana, lo normal es que la temperatura vaya en ascenso haciendo más calor cuando más necesitamos refrescarnos. En el caso de un maratón nocturno, además de que las ciudades tienen una iluminación suficiente para poder correr sin luz solar, no se padecerían las secuelas del calor.

Por todo ello y porque sería algo distinto, Mora aseguraba que “el maratón que fuera el primero en organizar una prueba por la tarde/noche triunfaría”.

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Hasta donde yo sé, en nuestro país se celebran actualmente dos maratones vespertinonocturnos. Uno, en agosto, es el de la población segoviana de Valtiendas, del que este año (Dios y organizadores mediante) se llevará a cabo la octava edición. El otro es el recientemente nacido Bilbao Bizkaia Night Marathon del que hace poco más de tres meses se corrió la segunda edición y que tiene lugar a finales de octubre. Yo he participado en los dos y las impresiones que he sacado son bastante coincidentes con lo que apuntaba Mora. Ahora bien, creo que es necesario añadir una serie de apreciaciones y puntualizaciones a lo referido en su artículo.

Por regla general, los maratones nocturnos se celebran los sábados mientras que los matutinos se llevan a cabo los domingos. Yo, sin duda alguna, prefiero los sábados. En caso de que la carrera me suponga un desplazamiento fuera de mi ciudad de residencia, me permite organizarme mejor el fin de semana, planificar mi vuelta el domingo sin prisas y “descansar” todo un día antes de volver el lunes al curro.

Mirándolo desde el punto de vista organizativo, supongo que será más fácil recibir los permisos y ayudas de las autoridades pertinentes si el evento tiene lugar en la mañana dominical que en la tarde noche sabatina. Un maratón normalmente implica cortar al tráfico rodado algunas de las principales calles de la ciudad donde se celebre, con el consiguiente perjuicio para el grueso de sus habitantes. Estas molestias entiendo que deben ser mayores un sábado, pues afecta de manera importante al comercio y a la hostelería.

Por otro lado y en cuanto al aspecto climatológico, conviene puntualizar a lo expresado por Juan Mora que el hecho de que durante la mañana la temperatura vaya en ascenso haciendo más calor cuando más necesitamos refrescarnos, puede ser perjudicial para las pruebas a celebrar en primavera o verano, pero seguramente sea beneficioso cuando el maratón tenga lugar a finales del otoño o en lo más riguroso del invierno.

Aunque como efecto colateral, también conviene tratar el tema del ambiente y animación. En una carrera larga como es un maratón, normalmente los participantes necesitan de un mayor ánimo y apoyo según avanza la prueba. En el caso de los matutinos es claro que el número de espectadores crece a medida que avanza la mañana. Mientras, en lo que respecta a los nocturnos, ocurre más bien lo contrario: la animación es máxima en el momento de comenzar y a partir de ahí va decayendo.

Por último, el autor aseguraba que “el maratón que fuera el primero en organizar una prueba por la tarde/noche triunfaría”. Dejando a un lado el de Valtiendas, prueba artesanal, por parejas, de carácter rural y con alrededor de cincuenta participantes, el otro maratón nocturno que se puede analizar es el de Bilbao. Si vamos a las cifras y sin entrar a valorar otros aspectos (organizativos, cercanía a grandes ciudades,…), en su primera edición lo completaron 1.026 corredores mientras que el año siguiente solo fueron 646 los llegados a meta. En el caso de otros maratones celebrados en fechas próximas, el número de finishers ha sido el siguiente: San Sebastian (2.412), Malaga (1.407), Zaragoza (958) o Ciudad Real (346). A la vista de estas cifras ¿se puede considerar que el maratón nocturno ha triunfado?

Como conclusión personal creo que si la celebración de maratones nocturnos se consolida y difunde puede ser una magnífica idea para llevarlos a cabo en primavera, verano o incluso a principios del otoño (en ciudades con clima templado). No sé si el rendimiento que los participantes podamos obtener será mejor o peor que el que alcanzamos en los matutinos, pero siempre será preferible tener la opción de poder elegir tomar parte en una carrera distinta que te muestre otra cara de las ciudades.

Y vosotros ¿qué opináis?

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4 comentarios:

vsblanco dijo...

Los crápulas, gente de mal vivir y especies similares siempre rendirán más por la noche que es cuando su cuerpo se ha activado. Los que llevamos una vida ordenada sabemos de sobra que es por la mañana cuando mejor responde el cuerpo (ojo, no a los 5' de levantarnos). Otra cosa es que por necesidades laborales entrenemos de tarde y el cuerpo esté habituado a ese horario.

Arganzboy dijo...

Muy buenas. Corrí el nocturno de Bilbao hace unos meses y acabé mejor que lo había hecho en los precedentes matutinos. No es referencia fiable porque ha sido el único, pero me deja la duda.

Si tengo claro que en un entrenamiento nocturno después de una jornada laboral rindamos menos, pero no estoy tan seguro que el resultado sea el mismo si se trata de una carrera nocturna tras una jornada en la que no hayamos trabajado y hayamos podido descansar convenientemente. Saludos.

Anónimo dijo...

Personalmente termino mejor mis jornadas de entrenamiento cuando las hago de noche, sean por la tarde o muy temprano por la mañana. Lo achaco a la oscuridad, me ayuda a concentrarme en correr y ese puede ser también un factor.

Saludos
Jaal

Arganzboy dijo...

Hola Jaal: Por las opiniones que estoy viendo, cada uno somos un mundo. Quiza la mayoría lo prefieren por la mañana, pero no son pocos los que os inclinais por la noche e incluso algunos por primera hora de la tarde. Lo dicho, que "k1 es k1". Gracias