martes, 10 de marzo de 2009

La orina del enfermo


No tiene buena pinta la orina del enfermo, no. Retonno a este mi/vuestro blog para dejar constancia de que este invierno no es para mí. Después de que, salvo por una fea tos de pecho de esas de abuelo fumata, pareciera que el virus se estaba alejando, el viernes pasado me levanté con un sospechoso dolor de cuerpo. "Bueno, al currele y fin de semana para descansar" pensé ¡Y un huevo de pato! Ya en el trabajo noté la llegada de escalofríos y la subida de la temperatura ¡No, otra vez no! ¡Me niego! En estas circunstancias da igual que uno se niegue o deje de negarse. De vuelta a casa, 39,4º de fiebre y a la cama.

Pero lo más divertido estaba por llegar. A media tarde comencé con vómitos y diarrea. Lo que viene a ser un “completo”. Cualquier intento de beber líquidos me provocaba nauseas. El resultado fue una deshidratación que me condujo de cabeza a Urgencias, donde tuve una actuación estelar con pérdida de conocimiento incluida. Dos horas y pico después, tras enchufarme dos bolsas de suero fisiológico y Primperan por vía intravenosa y después de radiografíar mi pecho estrecho y maltrecho, salí diagnosticado : bronquitis, gastroenteritis, dos orejas y vuelta al ruedo.

La fiebre desapareció al día siguiente. Las toses menguaron y, aunque no se han ido del todo, ya apenas molestan. Pero la diarrea ¡Ay, la diarrea! Todavía hoy, después de cuatro días, me sigo yendo por las patas abajo. Ayer volví al médico para decírselo y para que me diera la baja. "No te preocupes", me dijo, "es mejor no pararla y que salga todo el virús". ¡Todo el virus mamonazo! ¡Si yo creo que la última vez ya he expulsado el esófago licuado! Si no me debe de quedar nada en el interior. Esto si que es una dieta de vaciado y no la que recomiendan unos días antes del maratón.

En cuanto a lo de volver a correr, pues cuando buenamente pueda que espero sea este próximo fin de semana. De momento tacho la media de Fuenlabrada de mis próximas carreras y sigo confiando en volver a la Universitaria para celebrar mis primeros diez años de corredor populachero.

En fin, que las cosas son moco son. Esperando que la cosa no vaya a mayores y que sea la última entrada invernal dedicada a enfermedades varias, se despide de ustedes el extraordinario y mutante hombre-virus.

- ¡Que los virus sean con vosotros!
- (A coro) ¡Y con tu espíritu!

Podéis ir en paz.

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