XI Medio Maratón de San Lorenzo de El Escorial

Los sufridos corredores en las duras rampas de Abantos (by Arganzboy)



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Paso por aquí rápidamente para dejar un breve comentario sobre el XI Medio Maratón de San Lorenzo de El Escorial, en el que participé ahora hace cuatro fines de semana. Fue mi última prueba antes de tomar unos días de vacaciones y de llevar a cabo un parón atlético de poco más de diez días obligado por problemas de espalda.

Como ya mencioné en la crónica que hice con motivo de mi debut en esta prueba hace ahora dos años, el Medio Maratón de San Lorenzo de El Escorial es seguramente el más exigente de los que sobre asfalto se disputan en toda la Comunidad de Madrid. A grandes rasgos su estructura es muy parecida, salvando las distancias, al Medio Maratón de Montaña "Montes de Toledo" del que hablé hace un par de entradas: tres kilómetros de “cómodo” calentamiento, seis de fuerte subida al Monte Abantos con un algún falso llano en la parte final, cuatro de pronunciado descenso y unos últimos ocho mil metros de duro rompepiernas con tendencia descendente.

Con la lección aprendida de la participación en 2010 y atendiendo a que mi estado de forma era el que era y no el que debería haber sido, la estrategia de carrera era muy sencilla y la llevé a la práctica rajatabla. La subida la hice de la única forma que creo podemos afrontarla los corredores del montón, al tran-tran, cada uno a su ritmo y sin cebarte en mantener un ritmo que puedas pagar más adelante, sobre todo en el tramo comprendido entre los puntos kilométricos tres y siete. Sufrí pero la superé bastante bien.

Este año sabía que la bajada debía ser más conservadora. La vez anterior me lancé a todo lo que daban mis piernas, lo me impidió recuperarme del esfuerzo de la ascensión previa y me pasó factura en la última parte de la carrera, amén de dejarme como recuerdo un fortísimo dolor de cuadriceps y de espinillas en los días posteriores a la carrera. En esta ocasión fui con el freno de mano desde el principio, alargando tímidamente la zancada pero reteniendo siempre y evitando coger una velocidad muy elevada que me machacara muscularmente las patas. Sacrificaba el tiempo que se podía ganar lanzándose a tumba abierta a cambio de guardar fuerzas que sabía que luego harían falta.

A quien no conozca este medio maratón, los últimos ocho mil metros pueden hacérsele eternos. A mí me ocurrió en mi estreno. Uno puede pensar erroneamente que superada la parte del Monte Abantos, la cosa será poco menos que un paseo hasta meta. Y no es asi. Este segmento de la carrera es una auténtica trampa si no has administrado bien tus recursos. Las múltiples, cortas y duras cuestas hacia arriba se suceden de múltiples, cortas y duras cuestas hacia abajo. Salvo la explanada junto al monasterio que proyectará Juan de Herrera, no recuerdo ningún tramo llano. Total que esta vez las energias que no había gastado en el descenso me vinieron de perlas para sufrir menos en este duro tránsito por las calles de San Lorenzo de El Escorial. Aún así llegué a meta un tanto justito en un tiempo de 1:41:00, ocupando el puesto 95 de los 406 corredores que llegaron a meta. Esta marca suponía rebajar en veintiséis segundos la que había conseguido dos años antes, lo que teniendo en cuenta mi estado de forma creo denota que la forma en la que afronté cada una de las partes de la prueba fue la correcta.

Como os decía al principio, después del XI Medio Maratón de San Lorenzo de El Escorial han venido un par de semanas de semanas de oxigenación mental y física que espero me ayuden a afrontar con garantías y ánimos renovados la segunda parte del año. De momento ayer ya volví a la “competición” en El Burgo de Osma, pero eso ya es otra historia.

Aprovechad y sed felices que de momento no hay que pagar IVA por ello.

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