jueves, 21 de junio de 2012

III Medio Maratón de Montaña "Montes de Toledo"

El de negro en segundo plano, yo (Foto: Organización)
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1. En capítulos anteriores…

Por retomar un poco el hilo de este cuasi abandonado blog, voy a retrotraerme unas cuantas semanas en el tiempo. Una especie de “Regreso al futuro” pero pasado por el tamiz de los recortes que tan en boga están en los días que corren.

El domingo siguiente al VIII Medio Maratón Ciudad de Almagro tenía previsto participar en el XVI Medio Maratón de Jadraque, al que ya falté el año pasado por motivos familiares una vez inscrito. Pues bien, esta vez la historia se repitió. Los días previos a la carrera andaba un poquillo jorobado debido a los puñeteros aires acondicionados que rugen a todo trapo cuando el calor hace acto de aparición en nuestras ciudades. La noche previa a la carrera junto a las toses, mocos y dolor de garganta que ya arrastraba, comenzó asomar una fiebre que se hizo fuerte y no me abandonó hasta pasados tres días. El efecto “trancazo” junto con el de los fuertes antibióticos que me recetaron, me condenaron a pasar una semana y un día en el dique seco.

Cuando al cabo de ocho jornadas retomé los entrenamientos, la flojera de piernas no remitió y los días siguientes, aunque continué saliendo a entrenar, el cuerpo no respondía como debía. Teniendo en cuenta la situación, quizás lo inteligente hubiera sido tomárselo con más calma y renunciar a participar en el III Medio Maratón de Montaña "Montes de Toledo", pero cuando de correr se trata la inteligencia y yo estamos regañados. Total que sin estar para nada bien y en contra de lo que me decía mi escaso sentido común, decidí acercarme por segundo año consecutivo a San Pablo de los Montes para participar en la carrera que transita por las laderas de sus estribaciones montañosas.

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2. Echándome al monte again

Este año todavía no me había enfrentado a una carrera por el monte. Mi intención era haberlo hecho bastante antes, pero los acontecimientos vienen como vienen y por una cosa o por otra no había encontrado el momento de hacerlo.

En 2011 el Medio Maratón de Montes de Toledo fue mi debut en esta modalidad del atletismo popular. A pesar de tratarse de una montaña “light”, tenía el recuerdo de haber soportado un calor sofocante y de haber sufrido como un verdadero capullo. En esta segunda participación, ya con más experiencia en estas lides y conociendo el trazado de la prueba, tenía la esperanza de que todo fuera mucho mejor y pudiera disfrutar de la carrera. También era consciente de que como he relatado en el apartado anterior, mi estado físico no era bueno así es que si quería salir triunfador de esta nueva aventura debía correr con cabeza y reservar todas las fuerzas posibles para la parte final. En caso contrario tenía todas las papeletas para caerme con todo el equipo.

Con este planteamiento me coloqué en la línea de salida junto con el resto de los aproximadamente ciento setenta participantes. Corría una ligera y agradable brisa, y las nubes que salpicaban el cielo daban de vez en cuando unos buenos ratos de sombra. Las condiciones meteorológicas eran claramente menos exigentes que en la edición anterior. Buena noticia para empezar.


Saliendo que es gerundio (Foto: Organización)
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3. Primer mitad: De San Pablo de los Montes al Observatorio Geofísico

Tras el lanzamiento del cohete que marcó el inició de la competición, intenté ganar algunas posiciones mientras atravesábamos las empinadas calles de la localidad. La idea era colocarme en una zona del pequeño pelotón acorde a mi ritmo, de forma que no me viera perjudicado en cuanto entráramos en los primeros senderos angostos de tierra y piedras. El plan salió bien y, en contraposición con la edición anterior, puede correr los primeros kilómetros cómodamente, manteniendo mi marcha y sin perder tiempo de forma innecesaria.

Cuando antes de alcanzar el punto kilométrico cinco entramos en la amplia pista forestal que no abandonaríamos hasta aproximadamente once mil metros después, el terreno comenzó a picar hacia arriba. En ese momento las piernas ya me dijeron que no iban bien y que el resto de la carrera debería manejar muy bien todas las variables sino quería pasarlo malamente. Así, cuando alcanzamos la que posiblemente fuera la parte más dura del recorrido (del kilómetro seis al nueve), no dudé en echarme a andar en cuanto me veía un poco justito. El año pasado mi inexperiencia me hizo aguantar corriendo hasta que ya no pude más, actitud que a la postre se demostró errónea. Con la lección aprendida, esta vez alterné el trotar con el andar y me fue muy bien: aquellos con los que inicié la subida y que siguieron corriendo mientras yo echaba píe a tierra, alcanzaron la cima del Alto Marchés solo con unos metros de ventaja e incluso en algunos casos, con bastante desventaja.

El resto de la subida era más suave y llevadera que la parte que acabábamos de superar. En este nuevo tramo de ascenso que finalizaba poco después de pasar junto al Observatorio Geofísico (punto kilométrico once aproximadamente), no paré nunca de correr y recuperé algunas posiciones. Llegado al punto más alto de la carrera hice un rápido chequeo mental. De respiración iba tocadillo pero dentro los parámetros normales después de lo que ya llevaba encima. Las piernas si me las notaba un poco flojeras, pero como he mencionado anteriormente, con eso ya contaba desde el inicio. En general podía decirse que estaba bastante contento en cuanto a como había gestionado la primera mitad de la carrera.

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4. Segunda mitad: Del Observatorio al Complejo Recreativo “Baños del Sagrario”

El siguiente factor a negociar era un descenso bastante pronunciado de poco más de cuatro mil metros de longitud. En 2011 hice esta bajada a "calzón quitao", con lo que en vez de recuperarme del esfuerzo de la subida, resultó que me zurré aun más el cuerpo, lo que más tarde me acabaría pasando una factura elevada en los últimos kilómetros del medio maratón. En esta ocasión me lo tomé de forma más relajada, reteniendo ligeramente el impulso que me hacía tomar la pendiente e intentando recuperar fuerzas de cara al último parcial de la carrera. Aun así, el medir ciento noventa centímetros y pesar más de ochenta kilos me permitió seguir ganando algunas posiciones sin proponérmelo.

Poco antes de llegar al kilómetro dieciséis y justo tras recibir el último avituallamiento, abandonamos el amplio camino del que habíamos disfrutado hasta entonces para tomar un sendero a la derecha que daba paso a la última fase de la carrera. En la edición anterior, estos últimos cinco mil metros fueron un suplicio, pero esta vez estaba convencido de haber hecho las cosas correctamente y de que no tendría ningún problema para enfrentarme a ellos con éxito. ¡Y una mieeeeeeeerda así de grande! Poco después del desvío me vine totalmente abajo.

La verdad es que no entendía lo que me estaba ocurriendo. Creía haber obrado con una muy buena planificación, pero la realidad me demostraba que me había equivocado. No sabía donde, pero en el algún punto me había columpiado. Me sentía como los vehículos de F1 de esta temporada: si no calculan bien las paradas en boxes, los neumáticos se les vienen abajo de repente y se hunden en la clasificación. Pues mi sensación fue muy parecida. Las piernas no me iban, no me sujetaban, parecían no ser mías y me costaba Dios y ayuda el llevar el aire a los pulmones. Levanté el pie y opté por un trote cochinero que me permitiera recuperar, pero no fue posible. Antes del dieciocho me rendí y me puse andar agotado y medio grogui.

Después de unos doscientos metros caminando alcancé el inicio de una pronunciada cuesta abajo de unos treinta metros de longitud que desembocaba en un pequeño tramo de enlace sobre terreno asfaltado. Dentro de mi estado catatónico, la bajé lo mejor que pude (que no debió de ser muy bien), y justo a punto de llegar a su base, un pequeño resbalón que en otras circunstancias habría podido remediar me llevó al suelo. Mas que caerme, me derramé. El espectáculo debió ser para verlo: un pollo de mi altura cayendo como en cámara lenta y dando un par de vueltas sobre si mismo. ¡P’aberlo grabao!

Lo mejor es que no me hice nada y que me espabilé mentalmente. No así físicamente, porque en vez de tener dos piernas parecía que tuviera dos rígidos palos que no obedecían mis órdenes. Lo que restaba hasta meta fue un autentico suplicio en el que alterné el andar con el correr (si se le puede llamar así),  y del que recordaré como intenté reanudar la carrera en múltiples ocasiones y como las piernas, tras dar unas cuantas zancadas a regañadientes, se negaban en redondo una y otra vez a hacerme caso . En todas las pruebas que llevo completadas nunca jamás había tenido esa sensación.

La buena noticia es que después de todo esto, cruce la línea de meta en 1:55:14, casi tres minutos menos que el año anterior, ocupando el puesto 72 de 164 llegados a meta.

Otra vez en segundo palno y vestido de negro (Foto: Organización)

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5. Conclusión

El retorno al monte no fue todo lo bueno que cabía esperar. Si en su segunda edición el Medio Maratón de Montaña "Montes de Toledo" me doblegó debido a mi inexperiencia, en el 2012 me ha pegado todo un revolcón (nunca mejor dicho), muy posiblemente porque a pesar de que creo que regulé bien, mi cuerpo no estaba en condiciones para afrontar con garantías una carrera de estas características.

En cualquier caso soy un tipo cabezón y con mucho amor propio, y a los que paséis por aquí habitualmente ya os sonará que, si tengo oportunidad, no dejo de enfrentarme a una carrera hasta que no siento que la he dominado y he salido victorioso. Total, que ya tengo la excusa perfecta para volver a este medio maratón el año que viene ¡Vendetta!

Sed felices

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Y si quieres saber más sobre esta prueba, aquí tienes la crónica del año pasado:

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8 comentarios:

Anónimo dijo...

Veo que intentas copiar mi estilo de carrera. Aun te queda mucho para caer bien, pero parece que apuntas maneras.
Espero que estés recuperado.
¿Te apuntas a Segovia?

El Bruce.

Arganzboy dijo...

Güenas. ¿Segovia? Si te vienes me apunto. Tengo algunas incetidumbres y no sé si llegaré en condiciones, pero si me acompaña un "onehundredman" me ánimo ;-)

yonhey dijo...

Je je, la montañita. La recuerdo del año pasado aunque también sufrí mucho, pero me gustó, este año no pude ir.
Ya me figuro, subidón la 1ª parte, después la bajada que te cagas, lo normal es que tras una bajada tan fuerte al volver a subir las piernas..... en fin.
Enhorabuena en cualquier caso. Salu2

devegarunner dijo...

Hola ARGANZBOY, buena carrera. yo tambien corrí la 1/2 maraton de montaña, pero soy incapaz de localizar las fotos en la red (si es que existen) ¿me podrias decir donde las has sacado? (tvsp74@hotmail.com)

Muchas gracias y un saludo.

Anónimo dijo...

Yo también estuve y la bajada te rompe las piernas. El tramo final horroroso. Yo tampoco encuentro las fotos, cual es esa web?

JLSN dijo...

Hola,
Enhorabuena por tu marca... yo hice 2:02... y me costó pero bien!

Te escribo para preguntar dónde has podido encontrar las fotos, porque yo no consigo encontrarlas.
¿podrías por favor ponednos el link?

Gracias y un saludo!

Arganzboy dijo...

Muy buenas a todos: Los enlaces de las fotos me las enviaron un mail desde la organización. Os dejo los enlaces.

http://www.facebook.com/media/set/?set=a.477142282311389.93780069.100000468630020&type=3&l=a422d01103

http://www.facebook.com/media/set/?set=a.286247098138545.61318.100002597721446&type=3&l=4c8bf78c9b

Saludos

http://www.facebook.com/media/set/?set=a.478419182183699.93780301.100000468630020&type=3&l=3f01bc8735

JLSN dijo...

MIL GRACIAS!

Y también por la rapidez de tu respuesta! ya me he visto, que despues de lo echado en la carrera... se agradece jeje.

Saludos!