lunes, 25 de abril de 2011

Crónica y alrededores del XXXIV Maraton de Madrid (I)

La foto es cortesía de Jose Ramón Gómez

Con un poco de retraso, estoy acabando de redactar la crónica y alrededores del XXXIV Maratón de Madrid. Dado que me está quedando demasiado larga, he creído oportuno dividir la magna obra en dos entregas. En esta primera centro mi atención en la organización de la prueba. En un par de días espero publicar el segundo y último capítulo en el que contaré la historia de mi carrera. Poneos cómodos que entro en materia.

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1. Introducción.

Tras mi ausencia en la edición del año anterior, tenía ganas de volver a formar parte del Maratón de Madrid. Con sus virtudes y sus defectos, es en el que debuté en la distancia, el de la ciudad en la que nací y vivo y en el que siempre disfruto del ambiente que lo rodea. Una prueba que en los últimos tiempos ha visto caer el término “popular” de su clásico nombre y que ahora parece querer subirse a la “ola rockera” para llegar a un mayor publico. Renovarse o morir.

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2. Bienvenido Mr Marshall

El de Madrid ha sido tradicionalmente el maratón más importante y con mayor participación de nuestro país, aunque si se comparaba con los de las principales ciudades europeas se ubicaba uno o dos escalones por debajo. En los últimos años ha perdido su posición de reinado nacional, pues el auge del Maratón de Barcelona lo ha relegado al segundo lugar en cuanto a número de corredores.

He de confesar que a mí, la participación actual y el ritmo de crecimiento me parecen mucho más que aceptables. Diez mil u once mil personas son un buen número para nuestra ciudad y para las vías por donde discurre. Entiendo sin embargo que los organizadores quieran más, mucho más, cuanto más mejor. Puesto en sus zapatos es lógico y perfectamente entendible pensar que a mayor participación, mayor patrocinio, mayores ingresos y mayores beneficios.

Mi impresión personal es que el primer eslabón de esa cadena ha sido desde hace ya tiempo la máxima preocupación de Elipse Iniciativas, S.L., empresa encargada de poner en pie el maratón madrileño (aunque la organización haya seguido “oficialmente” en manos de la Asociación Deportiva Mapoma). En este sentido y dado que el incremento del número de inscritos a través de la captación de nuevos atletas populares nacionales es bastante limitado, Elipse Iniciativas, S.L. buscó en la internacionalización del Maratón de Madrid la forma de crecer. Para ello se establecieron acuerdos de colaboración con touroperadores y con otros maratones europeos (Oporto, Frankfurt, Florencia o Praga) al objeto de difundir la imagen de la prueba madrileña por el mundo.

A la vista de las cifras de participación de las últimas ediciones parece intuirse que el tamaño e importancia de la carrera no ha tenido el auge que se esperaba. Ante este panorama se ha optado por dar un golpe de efecto y recurrir al “amigo americano”: se ha firmado una alianza estratégica con los Rock&Roll Marathon Series, uno de los grupos empresariales más importantes en la organización de pruebas atléticas en ruta en los Estados Unidos. Como afirma Guillermo Jiménez Ramos, presidente del Maratón de Madrid, en la entrevista publicada en la revista oficial de la carrera correspondiente al mes de abril, “con ello se convertirá a Madrid en el punto de entrada de miles de aficionado al runnimg. No solo de Estados Unidos sino de todo el continente e integraremos a nuestra prueba en una de las ofertas deportivas más amplias de cuantas existen en el calendario internacional, uniéndose a ciudades como Los Angeles, Dallas, Las Vegas, San Antonio, Filadelfia o Detroit (…) Madrid se embarca así en una estrategia de actuación en la que se promueve una interrelación de acción deportiva, asumiendo servicios, metodologías y propuestas con el fin de diseñar una gran fiesta del deporte urbano”.

Este anuncio ha calado de forma diferente entre los atletas populares. Hay quienes ven este giro con temor pues piensan que conllevará una mayor mercantilización del maratón, un exceso de parafernalia y de espectáculo adyacente a la prueba y, como consecuencia de todo lo anterior, que la fiesta sea pagada por los corredores mediante un incremento considerable del coste de la inscripción. Hasta que dispongamos de más información o de hechos que nos permitan realizar un análisis más certero, yo prefiero contarme entre aquellos que piensan en positivo y que valoran los posibles beneficios que este cambio tendrá en el Maratón de Madrid o Rock&Roll Madrid Maratón o como quiera se llame en el futuro.

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3. La “reconstrucción” del maratón

¿Y a que se debe dedicar el plus que van a aportar los norteamericanos? ¿Qué hay que mejorar? ¿Qué es necesario construir?

Desde mi punto de vista el Maratón de Madrid es una carrera muy bien organizada. Si antes mencionaba que se encuentra uno o dos escalones por debajo de los principales maratones europeos, no es desde luego por la faceta propiamente organizativa que creo que esta a la altura de las mejores pruebas sobre la distancia. Es cierto que hay algún punto a mejorar pero las cuestiones esenciales están resueltas con buena nota.

El recorrido está perfectamente cortado al tráfico rodado y transita por buena parte de las señas de identidad de la ciudad. Si bien la orografía no permite que sea propicio para grandes marcas, dentro de lo posible se ha buscado un perfil llevadero, variado, ameno y divertido. Los avituallamientos son numerosos, bien surtidos y atendidos. Es cierto que en esta edición eché en falta los típicos trozos de fruta y las esponjas, pero entiendo que son algo complementario y no principal (de hecho yo no utilizo ni lo uno ni lo otro). La asistencia sanitaria está siempre presente a lo largo de la carrera a través de patinadores y puestos fijos. Existen puntos de cronometraje cada cinco kilómetros que permiten controlar el paso de los participantes y obtener tiempos y clasificaciones parciales. Existen voluntarios “globeros” para ayudar a seguir un determinado ritmo y conseguir distintas marcas en función del objetivo de cada uno. La salida y la metan se ubican en puntos céntricos de la capital lo que permite a los corredores desplazarse desde su alojamiento de forma cómoda y rápida y en transporte público. Además, esas mismas facilidades de desplazamiento hacen posible que los acompañantes puedan seguir la carrera en distintos puntos del trayecto.

En cuanto a los aspectos mejorar, yo soy partidario de eliminar la celebración simultánea de la prueba de los diez kilómetros instaurada desde el año pasado. Señores, como se decía en el chiste, o vamos a setas o vamos a Rolex pero a las dos cosas no. ¿Qué aporta esta carrera paralela al maratón? Me da la sensación que su objetivo es engordar de forma “artificial” la cifra de inscritos en el global del evento (amen de incrementar los ingresos), pero deportivamente lo que hace es perjudicar a la cita principal, sobre todo en el inicio y en los kilómetros en que su trazado es coincidente. La zona de salida se divide ahora en dos partes, quedando la mitad de la calzada ocupada por los diezmileros y la otra mitad por los maratonianos. La consecuencia directa es que unos y otros sufren una salida muy estrecha y poco fluida que incrementa sobremanera el tiempo de espera desde el pistoletazo inicial hasta que los últimos cruzan la línea de salida. También es negativo el tener que compartir los cuatro mil primeros metros con personas que llevan ritmos muy dispares debido a la diferente distancia sobre la que compiten.

Otro punto a considerar es la implantación de cajones de salida. Es verdad que en el margen izquierdo de la calzada se habían ubicado carteles informativos como referencia para que los participantes se colocaran en función de su ritmo previsto, pero no es menos cierto que la mayoría hicieron caso omiso de esas indicaciones. Se ha demostrado ya en multitud de ocasiones que confiar la correcta colocación de los corredores en una salida a su buena voluntad es misión imposible. O se delimitan zonas con algún control externo o es esta una batalla partida.

Un aspecto al que muchos hacen referencia es la falta de animación. No estoy de acuerdo. Se puede mejorar e incentivar, pero desde mi experiencia yo creo que el Maratón de Madrid es una carrera con un gran ambiente. Los primeros diez kilómetros son seguramente los más flojos en cuanto a número de espectadores, sin tener en cuenta la multitudinaria salida. Sin embargo, a partir de la Glorieta de Cuatro Caminos se suceden los lugares en los que los aplausos y los ánimos de la gente te llevan en volandas y te ponen la piel de gallina. Guzmán el Bueno, Gran Vía, Sol, Mayor, Príncipe Pío, la salida de la Casa de Campo, los dos extremos del Puente de Segovía, la zona del Pasillo Verde, Alfonso XII esquina con Claudio Moyano, la Álcala y el Paseo del Duque Fernán Núñez son buen ejemplo de ello. De las palabras de Guillermo Jiménez recogidas con anterioridad y de lo que he podido leer acerca de las pruebas integradas en los Rock&Roll Marathon Series, parece que el toque americano puede ir en parte encaminado a rodear la carrera de un ambiente festivo y unas atracciones que fomenten aún más la participación del público. Veremos como resulta.

Pero sin lugar a dudas y dejando a un lado mejoras puntuales, la principal función que Mr Marshall deberá llevar a cabo para convertir al maratón madrileño en unos de los grandes de Europa va a ser la de conseguir el apoyo de la ciudad y de su autoridades. Madrid parece haber asumido desde hace tiempo (de buen grado en muchos casos) que puedan celebrarse procesiones semanasanteras, desfiles del orgullo gay, llegadas de vueltas ciclistas, manifestaciones por los más variados motivos un fin de semana si y otro también, etc. Sin embargo, no se ve con los mismos ojos la realización de un maratón. Uno tiene la sensación de que es percibido como una molestia, como el motivo de que una mañana de domingo se corten al tráfico muchas de las calles de la almendra central de la ciudad.

¿Cómo revertir la situación? Realizando una buena labor de marketing. La primera acción debería ir dirigida a vender el producto a las autoridades madrileñas. A este respecto, el conseguir atraer un elevado número de corredores/turistas que ayudaran a reforzar el nombre de Madrid internacionalmente y que dejaran una buena cantidad de dinero se me antoja una herramienta clave para el éxito de la operación. (modo irónico on) Es muy posible que si esto se lograra, en caso de coincidir el recorrido de la carrera con el de una procesión, fuera esta última la que tuviera que variar su trazado y discurrir por el túnel de la C/ Bailen, disfrutando de una excelente muestra del arte contemporáneo gallardónico (modo irónico off).

El segundo foco estaría centrado en la población madrileña. Un vez se contara con el apoyo de los organismos públicos, habría que cambiar la visión que los habitantes de la capital tienen del maratón. Para ello que mejor que hacerles participes de la fiesta y conseguir que se diviertan. Si esto no lo logran los reyes del show business no habrá quien lo consiga.

¿Se cumpliran los objetivos? ¿será buena la entrada del socio estadounidense en el Maratón de Madrid? ¿se modificará la esencia y la forma de la carrera? Para responder a estas y otras preguntas deberemos esperar al menos al resdultado de la próxima edición del Maratón de Madrid.

Saludos.

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4 comentarios:

JUAN dijo...

Coincidimos en buena parte de las preocupaciones y los planteamientos
Yo soy optimista: veremos si la Administración y el público responden
Saludos

Arganzboy dijo...

Esperemos que respondan y que el maratón de Madrid tenga un "crecimiento sostenible".

Gracias y saludos

Angel Luis dijo...

Comparto todas tus apreciaciones y esperemos que el cambio sea a mejor.

Arganzboy dijo...

Muy buenas Angel Luís. Felicidades por tu carrera y ánimo en tu nueva aventura bloggera. Saludos.