El Domingo 21 se celebró en la madrileña localidad de Alcalá de Henares la primera edición de un nuevo medio maratón. Con las inscripciones agotadas (2.000), la carrera fue un éxito de crítica y público. En hombres el ganador fue Ricardo Serrano y en féminas el honor recayó en Alexandra Aguilar. Esta es mi crónica de la prueba.
“Corredor popular del montón se ofrece para participar y hacer bulto en primeras ediciones de medios maratones. Retribución a convenir”. Así rezará el anunció que en próximas fechas incluiré en las más afamadas y vendidas revistas de running. Y es que en los últimos tiempos me he convertido en una especie de Gallardón de la distancia de los 21.097 metros, en un Inaugurator de los medios maratones: desde Mayo el de Alcala de Henares ha sido la tercera prueba de las que he corrido su primera edición. Antes le precedieron los de la toledana localidad de Gerindote y el de la cercana Azuqueca de Henares.
Con diferencia este ha sido el estreno más glamoroso de los tres. Cerca de 2.000 corredores nos concentramos en la línea de salida con Martín Fiz, Serrano y Bekele (Fikadu que no Kenenisa) como estrellas invitadas. La carrera tenía su inicio en la amplia explanada del recinto ferial y tras transitar durante veintiún kilómetros por las calles de la ciudad complutense, finalizaba en la céntrica y concurrida Plaza de Cervantes.
El perfil de la prueba puede que sea, junto con Getafe y Azuqueca de Henares, de los más llanos de todos los medios maratones que se celebran en nuestra comunidad autónoma. Baste señalar que las cuestas más relevantes se correspondían con la subida y bajada de un paso elevado (el que sobrevuela la NII) o con las entradas y salidas de pasos subterráneos. Si a esto unimos que el día fue perfecto para la práctica del atletismo meteorológicamente hablando (fresquito, medio nublado y sin viento), obtenemos que la prueba fue una oportunidad de lujo para todos aquellos participantes que buscaban una buena marca en la distancia.
La organización, aunque con aspectos a mejorar en próximas ediciones, fue buena y entusiasta. Quizás lo mejor fue el trato al corredor. Este atención hacia los participantes comenzó hace unos meses cuando los promotores iniciaron una serie de intervenciones en los foros de atletismo popular dando a conocer la carrera, explicando paso a paso como se gestaba la carrera y aclarando todas las dudas que pudieran surgir, y culminó con el trabajo de los voluntarios el día de la carrera. Como detalle mencionar que en la meta ningún participante se fue sin una sonrisa de alguno de los voluntarios (y voluntarias, que diría el lehendakari) y una felicitación por la carrera terminada.
En cuanto a los aspectos logísticos, reseñar:
- Salida amplia y sin aglomeraciones, con lugar preferente para los dorsales del 1 al 30. Muy de agradecer el que existiera alfombra de lectura de chips lo que permitió conocer el tiempo neto empleado en la prueba. Quizás se echó de menos algún urinario para poder aliviar los últimos apretones previos a la competición.
- Avituallamientos bien surtidos. Me llamó la atención que el agua repartida fuera de la marca “Solán de Cabras” (¡Que nivel Maribel!) y en botellas de medio litro. Esto último me parece un derroche pues la mayoría de los corredores tiran las botellas tras haber bebido unos pocos sorbos. Además, para los que como yo aguantamos la botellita hasta casi el siguiente avituallamiento, se nos hizo incomodo tanto por el tamaño del envase como por su peso.
- Los cortes de tráfico. Mi experiencia fue del todo positiva pues no encontré ningún cruce en el que no hubiera un policía o, en su defecto, un voluntario controlando el paso de los vehículos. Sin embargo, según he podido saber, muchos de los participantes se que han quejado de que algunas intersecciones no estaban vigiladas lo que dio lugar a alguna situación de peligro. Mención especial a los impacientes y mal educados conductores (que también los hubo) que nos obsequiaban con el sonido de sus claxons y de sus poco originales improperios.
- La bolsa del corredor resultó ser muy surtida. Incluyó desde una camiseta técnica a un delantal (¿técnico también?), pasando por un original trofeo, una mochila y un surtido de reponedoras viandas (galletas, patatas fritas, bollo, manzana, glucosa y latita de Aquarius). A mejorar el que para recogerla todos los corredores debíamos pasar en fila de a uno, lo que generó esperas próximas a los diez minutos.
En lo que a mi se refiere, la carrera servía como vuelta a la competición tras un mes bastante movidito (gastroenteritis, constipado, jornadas largas de trabajo, niño enfermo…) en el que sacar tiempo para entrenar ha sido complicado. Por esta razón comencé bastante conservador, manteniendo un ritmo de 5,10 o 5,15 min/km durante los primeros seis o siete kilómetros. A partir de ahí comencé a sentirme mejor y aumenté mi velocidad, de forma que durante el segundo tercio de la carrera los tiempos por kilómetro se situaron en la frontera de los 5 min/km, para acabar los últimos siete mil metros en ritmos cercanos a los 4:40 min/km. El tiempo neto final fue de 1:42:58, un poco mejor de lo esperado antes de la salida.
Resumiendo, gran estreno de una carrera que a poco que sea cuidada y teniendo en cuenta su perfil y las fechas elegidas para su disputa puede convertirse en un fijo de muchos corredores.
Muchas gracias a los que habéis hecho esta prueba posible y ¡larga vida al Medio Maratón de Alcalá de Henares!