El día 16 se celebro por las calles de Guadalajara el ya clásico Medio Maratón de Guadalajara. Trescientos sesenta y seis corredores completaron los 21.096 metros, siendo los más rápidos Fikafdu Bekele (1:10:10) en categoría masculina y Sandra Ruales (1:18:30) en la femenina. Estas fueron mis impresiones.
Ya en las postrimerías del ejercicio 2007, ha llegado una nueva edición (y van ocho) del Medio Maratón de Guadalajara. Yo sólo lo he corrido estas dos últimas, pero creo estar en disposición de comentar los principales aspectos que pueden definirlo. Son los siguientes:
- El frio. No tiene mayor misterio. Si participas en Guadalajara, en una carrera a celebrar en las primeras horas de la mañana de un día perteneciente a la segunda quincena de Diciembre, lo más normal es que te casque un frio del carajo. Pues así fue. Seis grados bajo cero llego a marcar el termómetro de mi coche en algunos puntos del trayecto que une la capital del reino con la localidad alcarreña. La temperatura se suavizo un poquito con la aparición de los primeros y tenues rayos de sol, pudiendo comenzar la competición todavía con algún grado bajo cero.
- El perfil. ¡Anda y que no hay cuestas en Guadalajara! El recorrido es un excelente rompepiernas, un continuo sube y baja, un divertido tobogán en el que los tramos llanos pueden contarse con los dedos de una mano (y sobrarían dedos). Destacar la cuesta que lleva a los Multicines y que, una vez giras a la izquierda, se completa con otra cuesta-muro de poco más de 200 metros que da la puntilla. Además y por si fuera poco, ha de transitarse dos veces por ellas a la altura de los kilómetros cinco y quince.
Que conste que antes de la salida, el señor de la megafonía anunciaba la existencia de cambios con respecto a ediciones anteriores con el objetivo de suavizar la dureza del recorrido. ¡Que me aspen si hubo cualquier pequeña variación respecto a la edición del año anterior!
- La falta de animación y ambiente. Quizás sea consecuencia del frio. Y es que entiendo perfectamente que las bajas temperaturas no son el mejor de los incentivos para quedarse en la acera animando a unos cuantos “colgaos” vestidos con ropa ajustada y zapatillas de deporte. También influye el hecho de que gran parte del recorrido transcurra por zonas de reciente construcción o, en muchos de los casos, en plena construcción (sin habitantes). En resumen, que la única presencia humana no atlética eran los esforzados voluntarios y algún que otro despistado camino de la panadería o del quiosco de periódicos.
Menos mal que siempre quedan esos simpáticos y amables automovilistas que viéndose atrapados en pequeños atascos interminables e inesperados en una mañana dominical, calientan el ambiente con el sonido de sus cláxones y con algunas voces malsonantes.
- La esforzada organización. Desde fuera se tiene la impresión de que la carrera esta puesta en pie con poco medios económicos pero con una gran ilusión y esfuerzo. Entre los puntos fuertes destacar la salida y llegada en el interior del polideportivo, la bien surtida bolsa del corredor en lo que a alimentos y bebidas reponedoras se refiere y el envío posterior a domicilio de la foto de la llegada a meta de cada uno de los participantes. A mejorar el tema de la entrega de dorsales, pues a pesar de que el número de participantes no era elevado, el tiempo de espera hasta recibir el dorsal rondaba los quince o veinte minutos (aderezados con un frio de narices). También convendría revisar la longitud de algunos kilómetros (a ojímetro creo poder asegurar que el último kilometro media más de mil de metros) y si es económicamente viable, la utilización de chips para controlar el tiempo.
En cualquier caso agradecer desde aquí al Club de Atletismo la Esperanza, a los voluntarios y a todas las personas que hayan participado de una u otra forma en la organización, el hacer posible el correr un medio maratón por las calles de Guadalajara.
En lo que a mí se refiere, esta fue mi segunda participación en esta carrera y, como sucedió el año pasado, ha servido para poner punto final a las competiciones del año 2007. Tomé la salida sin ninguna pretensión en lo que a hacer marca se refiere. El primer giro lo hice bastante tranquilo, reconociendo los lugares por los que ya había corrido el año anterior y observando la gran cantidad de edificios en construcción (a pesar de la tan traída y llevada crisis inmobiliaria). La segunda vuelta decidí probar mi estado de forma y aceleré un poco el ritmo. El resultado fue un tiempo final de 1:46:03, marca acorde a mi estado de forma y a la pesadez de estomago arrastrada por las sucesivas comidas y cenas prenavideñas.
Alcanzo con este mi trigesimonoveno Medio Maratón, a falta de once para celebrar mis bodas oro con la distancia. Espero poder seguir contándolo en el 2008. ¡Feliz año!