jueves, 15 de julio de 2010

XI Medio Maratón El Burgo de Osma

El sábado agarré a mi familia y unos pocos trastos y partimos dirección a El Burgo de Osma. Allí cumplí mi segunda participación en su Medio Maratón. Para no resultar muy pesado voy a intentar repetir lo menos posible de aquella entrada que, con ocasión de mi debut en la prueba, hice el año pasado por estas mismas fechas(pulsa aquí)


1. Gestionando variables

Y es que las variables de partida resultaron ser las mismas. En primer lugar un recorrido consistente en dar tres vueltas a un circuito con tránsito por el centro de la localidad castellanoleonesa y que se extendía por los márgenes del río Ucero. Exactamente el mismo que en la edición de 2009. En segundo lugar, un calor insoportable y agobiante que se cifraba en 33ºC en el momento de tomar la salida y que solo comenzó a ser ligeramente más llevadero con el descenso paulatino del astro rey.

La tercera variable fue la fenomenal organización. Siempre atenta a las necesidades de los corredores y tratando en la medida de lo posible de prevenir los efectos adversos del calor, recomendaron a los atletas repetidamente por megafonía que se tomaran la carrera con tranquilidad y, sobre todo y más importante, establecieron cuatro avituallamientos líquidos y tres de esponjas en cada vuelta.

La gran animación existente en las calles de El Burgo de Osma fue la cuarta y última. Mención especial para el paso por la Calle Mayor y la Plaza Mayor donde estuvieron ubicadas la salida y la meta así como la práctica totalidad de familiares y amigos de los corredores que asistieron a darnos ánimos durante la carrera.

Teniendo en cuenta las cuatro variables mencionadas, mi labor principal debía ser combinarlas de la mejor manera posible para que pudiera disfrutar de la carrera y no pasarlo tan sumamente mal como el año anterior. Y así lo hice. Con la lección bien aprendida, esta vez el medio maratón lo comencé unas horas antes hidratándome a conciencia. Tras el silbido que marcó el inició de la carrera, la estrategia consistió en i) salir muy lento con la esperanza de ir apretando si el calor iba aflojando y si me iba encontrando con fuerzas, ii) refrescarme cada dos por tres mojando mi cabeza, cuello y brazos con la ayuda de un esponja que tomé prestada en el primer avituallamiento y que devolví en el último, iii) hidratarme de forma continua mediante pequeños sorbitos, no deshaciéndome de la botellita de agua tomada en cada avituallamiento hasta no tener a la vista el siguiente.

El plan se desarrolló a la perfección, y saliendo desde las últimas posiciones no deje de adelantar gente desde aproximadamente el tercer kilómetro. Mi ritmo fue creciendo paulatinamente, recorriendo cada vuelta en un tiempo menor a la anterior, sobre todo la última donde gasté todas las fuerzas que había guardado en las dos previas. El tiempo final (1:41:26) constata lo acertado de mi decisión. A pesar de encontrarme en peor condición física que el año pasado, llegué a meta con muchas mejores sensaciones y con una marca dos minutos mejor que la del 2009.

Muchos participantes no planearon tan bien la carrera, y sobre todo en el último giro fue muy corriente ver a muchos andando en un intento de recuperar el hálito y poder llegar a meta.


2. Todos con la Roja

Dado que al día siguiente la selección española de futbol disputaba la final del Campeonato del Mundo, decidí desempolvar la camiseta rojigualda que dormía el sueño de los justos en el cajón y vestirla como muestra de apoyo y agradecimiento a la Roja por los buenos momentos que nos ha hecho pasar este último mes. Adquirida hace más de un año en un "outlet", su función original era la de acompañarme cuando volviera a participar en alguna carrera allende nuestras fronteras. Nunca pensé que su estreno tendría lugar en plena Castilla León.

Sin embargo y como preveía, no fui el único en tener esta idea. A lo largo de la carrera adelanté a más de seis o siete corredores que llevaban la elástica de la selección (o similares) en sus más variadas versiones: la del Mundial, la de la última Eurocopa, modelo más antiguos, en azul, con nombre y número…Vamos, que muy original no fui.


3. Conclusión

El Medio Maratón de El Burgo de Osma es una carrera de perfil suave, recorrido bonito y con una gran animación, pero que se hace muy dura debido a las altas temperaturas. Es un evento para pasarlo bien e intentar disfrutar, nunca para hacer marca. Ideal para aprovechar un día de excursión por Burgo de Osma y otras localidades cercanas (San Esteban de Gormaz, Ayllón, Aranda de Duero…) en función de la “paliza” de visitas que se quiera dar cada uno. Yendo en coche desde Madrid, personalmente disfruto muchísimo con el paisaje castellano que surge a ambos lados de la carretera una vez se abandona la A-1 y se toma la nacional (¿N122?), sobre todo a la vuelta, con el día ya en su crepúsculo. Muy recomendable

¡Que no paséis mucho calor!

Nota: La primera foto es de la cosecha familiar. La seguna está extraída de http://www.fotosdelburgo.com/

En capítulos anteriores...X Medio Maratón de El Burgo de Osma

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