Cuarta participación en la carrera urbana más bonita de todas las que se celebran en la Comunidad de Madrid. En apenas 10,6 kms (11 kms según comentan en los foros los corredores que portaban “forerunner”), el recorrido da la oportunidad de transitar junto a la Puerta de Toledo (dos veces), Palacio Real, Catedral de la Almudena, San Francisco El Grande, Calle Mayor, Puerta del Sol, Calle Alcalá, Banco de España, Cibeles, Paseo del Prado y Estación de Atocha. Ni siquiera el MAPOMA con sus 42,195 kms ofrece esta posibilidad. Dicho esto, es lógico pensar que mi análisis de la carrera no sea muy objetivo.
Organizada por la Agrupación Recreativa Argumosa, la carrera tiene un claro carácter artesanal. La salida se da mediante un toque de silbato y desde un punto nunca marcado de la Ronda de Valencia, calle que no se corta al tráfico hasta unos segundos antes del silbatazo. La distancia varía todos los años por unas razones o por otras: en esta edición alguien decidió que al enfilar la Calle Toledo, se rodease la puerta del mismo nombre. El resultado fue que la distancia recorrida estuviera más cerca de los 11.000 metros que de los 10.600 anunciados.
Reconocer a la organización la buena idea de establecer dos puntos de avituallamiento (el calor apretó de lo lindo), la solvencia en la línea de llegada a la hora de recoger el chip y de entregar la bolsa del corredor que evitó aglomeraciones no deseadas y el limitar el número de participantes a los 1.100 inscritos Este último punto me parece muy importante pues cada año la demanda de dorsales aumenta y con ello el riesgo de morir de éxito, convirtiéndose en una carrera masificada de las que cada vez abundan más en nuestra ciudad.
El ambiente, a pesar de las fechas, fenomenal. Gran animación en la línea de salida y, sobre todo, en la meta con speaker berborreico incluido. También hubo gente animando en algunos otros puntos de la carrera como Calle Toledo, Puerta del Sol o Paseo del Prado.
En cuanto a los puntos mejorables señalar dos. El primero le corresponde pelearlo a la organización. Aunque supongo que la orden partiría del Ayuntamiento, no es de recibo que en el tramo en el que la carrera transitaba por el Paseo del Prado (desde Cibeles a Atocha), los corredores nos apretujáramos en el carril bus mientras que el tráfico pasaba bastante cerca y a una velocidad considerable. Como digo, supongo que sería una imposición del Ayuntamiento, pues en ediciones anteriores hemos tenido a nuestra disposición toda la calzada del Paseo el Prado en dirección a Atocha. Una circunstancia similar ya se produjo en el reciente Trofeo de San Antonio de la Florida, por lo que mucho me temo que estamos ante una nueva moda que espero no tengamos que lamentar en alguna carrera en forma de accidente. ¡Y luego queremos organizar unos Juegos Olímpicos…!
El segundo punto mejorable no está relacionado con carrera sino con el civismo de algunas personas. Hasta ahora había visto como los conductores echaban pestes de los corredores cuando se encontraban atrapados por la celebración de alguna prueba popular. El domingo pude contemplar varios enfrentamientos entre viandantes y corredores porque los primeros no podían cruzar las calles cuando querían y en algún caso se lanzaron al asfalto con el peligro de ser arrollados por algún participante. ¡Por favor, un poquito de educación y comprensión!
En cuanto a mi participación, mi estado de forma va mejorando. Las molestias en la rodilla han disminuido (que no desaparecido) y me han permitido enlazar cuatro meses consecutivos de entrenamiento. Aunque me costó un poco encontrar la zancada y la respiración, tras la subida de la Cuesta de San Vicente me fui sintiendo mejor y pude mantener un ritmo creciente hasta la meta. El tiempo final por mi reloj fue de 50:48, marca bastante mejor que los 54:15 de la edición anterior o los 54:22 de la del 2005.
Resumiendo: Mientras la carrera siga manteniendo el recorrido céntrico y el carácter artesanal y de barrio que la hace tan atractiva, intentaré repetir todas las veces que pueda.
¡Hasta la próxima!
Nota: Ya he contactado con la Baronesa Thyssen. Se muestra dispuesta a encadenarse al carril bus del Paseo del Prado si para la edición próxima del Trofeo de San Lorenzo no se corta al tráfico toda la calzada .
Organizada por la Agrupación Recreativa Argumosa, la carrera tiene un claro carácter artesanal. La salida se da mediante un toque de silbato y desde un punto nunca marcado de la Ronda de Valencia, calle que no se corta al tráfico hasta unos segundos antes del silbatazo. La distancia varía todos los años por unas razones o por otras: en esta edición alguien decidió que al enfilar la Calle Toledo, se rodease la puerta del mismo nombre. El resultado fue que la distancia recorrida estuviera más cerca de los 11.000 metros que de los 10.600 anunciados.
Reconocer a la organización la buena idea de establecer dos puntos de avituallamiento (el calor apretó de lo lindo), la solvencia en la línea de llegada a la hora de recoger el chip y de entregar la bolsa del corredor que evitó aglomeraciones no deseadas y el limitar el número de participantes a los 1.100 inscritos Este último punto me parece muy importante pues cada año la demanda de dorsales aumenta y con ello el riesgo de morir de éxito, convirtiéndose en una carrera masificada de las que cada vez abundan más en nuestra ciudad.
El ambiente, a pesar de las fechas, fenomenal. Gran animación en la línea de salida y, sobre todo, en la meta con speaker berborreico incluido. También hubo gente animando en algunos otros puntos de la carrera como Calle Toledo, Puerta del Sol o Paseo del Prado.
En cuanto a los puntos mejorables señalar dos. El primero le corresponde pelearlo a la organización. Aunque supongo que la orden partiría del Ayuntamiento, no es de recibo que en el tramo en el que la carrera transitaba por el Paseo del Prado (desde Cibeles a Atocha), los corredores nos apretujáramos en el carril bus mientras que el tráfico pasaba bastante cerca y a una velocidad considerable. Como digo, supongo que sería una imposición del Ayuntamiento, pues en ediciones anteriores hemos tenido a nuestra disposición toda la calzada del Paseo el Prado en dirección a Atocha. Una circunstancia similar ya se produjo en el reciente Trofeo de San Antonio de la Florida, por lo que mucho me temo que estamos ante una nueva moda que espero no tengamos que lamentar en alguna carrera en forma de accidente. ¡Y luego queremos organizar unos Juegos Olímpicos…!
El segundo punto mejorable no está relacionado con carrera sino con el civismo de algunas personas. Hasta ahora había visto como los conductores echaban pestes de los corredores cuando se encontraban atrapados por la celebración de alguna prueba popular. El domingo pude contemplar varios enfrentamientos entre viandantes y corredores porque los primeros no podían cruzar las calles cuando querían y en algún caso se lanzaron al asfalto con el peligro de ser arrollados por algún participante. ¡Por favor, un poquito de educación y comprensión!
En cuanto a mi participación, mi estado de forma va mejorando. Las molestias en la rodilla han disminuido (que no desaparecido) y me han permitido enlazar cuatro meses consecutivos de entrenamiento. Aunque me costó un poco encontrar la zancada y la respiración, tras la subida de la Cuesta de San Vicente me fui sintiendo mejor y pude mantener un ritmo creciente hasta la meta. El tiempo final por mi reloj fue de 50:48, marca bastante mejor que los 54:15 de la edición anterior o los 54:22 de la del 2005.
Resumiendo: Mientras la carrera siga manteniendo el recorrido céntrico y el carácter artesanal y de barrio que la hace tan atractiva, intentaré repetir todas las veces que pueda.
¡Hasta la próxima!
Nota: Ya he contactado con la Baronesa Thyssen. Se muestra dispuesta a encadenarse al carril bus del Paseo del Prado si para la edición próxima del Trofeo de San Lorenzo no se corta al tráfico toda la calzada .